La Fe es el factor común para creer en Dios o en el Diablo. A diario las personas compran velas, aceites o perfumes para alejar o atraer determinado deseo. Para la Iglesia católica la falta de una creencia arraigada a Dios conlleva a caer en la oscuridad y hasta posesiones malditas.
Cómo acercar el amor? ¿Qué puede traerme buena suerte?¿Dónde puedo saber mi futuro?¿Quién me hace daño? Una y otra vez estas preguntas son hechas por distintas personas que anhelando mejorar su vida se apoyan en ‘almas del más allá’ para saber lo que les sucede y qué puede pasar mañana. El PILÓN visitó diferentes ventas de productos naturales y artificiales que bajo una bendición oscura, mejora vidas.
Hacia el centro de Valledupar, caminando por las adyacencias de la Casa de la Cultura se observa un letrero que reza ‘hermano Ramiro, consejero espiritual’, al acercarse al sitio, cualquiera logra ver los diferentes frascos de vidrios que en su interior contienen ‘ramas naturales’ que son utilizadas para ‘baños de limpieza’.
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“bañitos, riegos, despojos… se compran crema liquida para echarse en el cuerpo o llevan algo así como perfumes sencillos, se les vende a 1.000 o a 2.000 pesos. Todos los días viene la gente a toda hora” explicó el señor Ramiro quien desde muy joven practica la consultoría espiritual y venta de estos productos. El anciano, de mirada desgastada, practica estas consultas porque es un don, dijo.
A la casa del ‘hermano Ramiro’ también llegan personas para trabajos especiales, a lo cual el señor Ramiro es el encargado directo de atenderlos. “A ellos se les trabaja más que todo psíquicamente, mentalmente. Aquí los aconsejamos, les dejamos ver sus errores y demás. Lo que no les conviene o lo que sí. Les enseñamos a concentrarse bien en lo que deben hacer y la gente en su mayoría cambia de parecer y dejan los vicios y malas costumbres”.
Mientras Ramiro explicaba a EL PILÓN sobre las consultas, se pudo apreciar en detalle varios frascos pequeños tipo gotero que decían con marcado escrito ‘quita vicios’.
“Eso es valeriana. A la gente se le altera el sistema nervioso y optan por hacer lo que no les conviene, entonces con ese quita vicios, se le hace ver por qué no les conviene y se le ayuda a retroceder en sus deseos. Hay que utilizar la voluntad”.
Ramiro tiene 78 años, de los cuales asegura haber pasado toda su vida en el negocio espiritual. Como una ironía de la vida su relación con Dios parece muy cercana debido a la espiritualidad que según él, lo acompaña.
Las consultas con el hermano Ramiro se hacen en un lugar apartado de la venta de sus productos donde priman la fe, la sugestión y el intercambio de energías y sin terceros observando.
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Caminando en el interior del centro de Valledupar, son más de cinco puestos donde el olor de hojas tipo ruda, menta, albahaca, borraja, canela y vainilla se percibe desde lejos. Entre ellos se conoció a Eusebio, quien vende desde plantas medicinales hasta velones hace unos 20 años.
“Lo que más sale es la ruda, caléndula, botellas de contras, también se llevan elementos para baños de limpieza como ‘abre camino’ que son esencias que tienen olores diversos, sirven para aromatizar la casa, eso va en la fe de la persona. Tú lo compras y lo haces con fe”.
Dentro de la brujería las esencias para ‘amarrar hombres o mujeres’ son muy frecuentes. “Hay unos que los llaman miel de amor, garrapata. La gente compra el frasco y se lo hecha con fe en que su pareja se quedará a su lado”, dijo.
Entre los baños para la suerte hay unos donde la gente debe aplicarse varias hierbas aromáticas como ruda, tomillo. Los espiritistas les recomiendan a las personas tres baños, y al final de cada baño hacerse la señal de la cruz en símbolo de santificar el procedimiento.
Explicó Eusebio que en cuanto a velas, hay varios colores y cada uno tiene un significado. Las velas negras se usan para ‘tumbar trabajo’ o mejor dicho, contrarrestar una brujería echada.
La vela se enciende y si la persona ha sido embrujada ‘explota’ la vela de manera que corrobora el maleficio echado, y también lo ayuda a alejar; las velas blancas son utilizadas para los velorios, y llamar la paz; la vela roja suele utilizarse para trabajos espirituales vinculados al amor.
Al lado de Eusebio, otro señor llama la atención por la cantidad velones y los colores. Se trata de Matías García quien tiene 15 años vendiendo productos espiritista.
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“La gente compra velones para hacer trabajos de brujería, o de limpieza. También algunos compran para muertos y hablar con ellos. Hay amarillos, rojos, naranjas, de todos los colores. Aquí tengo hierbas como la ruda, hierbabuena, albahaca que son muy buscadas. La gente llega con una lista y me la piden con discreción”.
En conversación con el sacerdote Doriam Rocha: “Para nadie es un secreto que estamos en una cultura muy supersticiosa. Aquí hay hermanos muy religiosos en cuanto dicen creer en Dios pero son de poca vida cristiana, porque no tienen una fe sólida. Pueden rezar un rosario pero la gente es muy supersticiosa”.
Parte de la débil creencia representa el nacimiento de un nuevo miembro de la familia cuando se le ata a una mano o tobillo del pie una ‘contra’.
“Para la gente es fácil poner amuletos, de creer en el mal de ojos. Al no tener una fe consolidada aceptan cualquier propuesta que les hacen los que practican la brujería, hechicería y los terminan arrastrando. Todo esto termina siendo más esotérico que religioso”, manifestó en tono preocupante Rocha.
El diablo existe, no es una superstición sino un hecho, así lo aseguró Doriam Rocha quien ha realizado más de 300 exorcismos dentro y fuera de esta tierra vallenata.
“Dentro de este tema, hay dos maneras en que el demonio actúa, la primera es la tentación que no es un pecado y que tampoco Dios tienta a nadie, el gran tentador es satanás”.
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Contó el padre que el demonio no puede entrar en la mente de las personas y por eso él tienta a la gente, para ver cuál es la debilidad y una vez detectada comienza a operar lo que se conoce en términos religiosos como: “Acción extraordinaria, la primera se llama opresión u obsesión demoníaca que consiste en crearte unas dependencias como el alcohol, droga, la sexualidad desorientada. Luego la ludopatía, que está en todos los sentidos, la dependencia a los juegos. También se da otra cosa que en el campo espiritual se llama desdoblamiento. Lo segundo entonces es infestaciones o contaminaciones, que consiste en los maleficios, entierros. Los vudús. El tabaco, echar la suerte. Y se puede contaminar el cuerpo, la comida, la bebida, los lugares y ahí empieza a dañarse el hogar y se convierte en un ambiente hostil y pesado, lo tercero es la vejación que es un espíritu maligno real, lo cuarto es ya la posesión del mal”.
La experiencia con Dios o lucifer, refleja una línea de comunicación que es la fe, una creencia que arraigada puede hacer daño o puede generar luz. “el mal no se puede contrarrestar con mal, eso hay que atacarlo a fuerza de oración, a fuerza de una vida cristiana”.
Por: Daniela Minorta / EL PILÓN
[email protected]
La Fe es el factor común para creer en Dios o en el Diablo. A diario las personas compran velas, aceites o perfumes para alejar o atraer determinado deseo. Para la Iglesia católica la falta de una creencia arraigada a Dios conlleva a caer en la oscuridad y hasta posesiones malditas.
Cómo acercar el amor? ¿Qué puede traerme buena suerte?¿Dónde puedo saber mi futuro?¿Quién me hace daño? Una y otra vez estas preguntas son hechas por distintas personas que anhelando mejorar su vida se apoyan en ‘almas del más allá’ para saber lo que les sucede y qué puede pasar mañana. El PILÓN visitó diferentes ventas de productos naturales y artificiales que bajo una bendición oscura, mejora vidas.
Hacia el centro de Valledupar, caminando por las adyacencias de la Casa de la Cultura se observa un letrero que reza ‘hermano Ramiro, consejero espiritual’, al acercarse al sitio, cualquiera logra ver los diferentes frascos de vidrios que en su interior contienen ‘ramas naturales’ que son utilizadas para ‘baños de limpieza’.
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“bañitos, riegos, despojos… se compran crema liquida para echarse en el cuerpo o llevan algo así como perfumes sencillos, se les vende a 1.000 o a 2.000 pesos. Todos los días viene la gente a toda hora” explicó el señor Ramiro quien desde muy joven practica la consultoría espiritual y venta de estos productos. El anciano, de mirada desgastada, practica estas consultas porque es un don, dijo.
A la casa del ‘hermano Ramiro’ también llegan personas para trabajos especiales, a lo cual el señor Ramiro es el encargado directo de atenderlos. “A ellos se les trabaja más que todo psíquicamente, mentalmente. Aquí los aconsejamos, les dejamos ver sus errores y demás. Lo que no les conviene o lo que sí. Les enseñamos a concentrarse bien en lo que deben hacer y la gente en su mayoría cambia de parecer y dejan los vicios y malas costumbres”.
Mientras Ramiro explicaba a EL PILÓN sobre las consultas, se pudo apreciar en detalle varios frascos pequeños tipo gotero que decían con marcado escrito ‘quita vicios’.
“Eso es valeriana. A la gente se le altera el sistema nervioso y optan por hacer lo que no les conviene, entonces con ese quita vicios, se le hace ver por qué no les conviene y se le ayuda a retroceder en sus deseos. Hay que utilizar la voluntad”.
Ramiro tiene 78 años, de los cuales asegura haber pasado toda su vida en el negocio espiritual. Como una ironía de la vida su relación con Dios parece muy cercana debido a la espiritualidad que según él, lo acompaña.
Las consultas con el hermano Ramiro se hacen en un lugar apartado de la venta de sus productos donde priman la fe, la sugestión y el intercambio de energías y sin terceros observando.
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Caminando en el interior del centro de Valledupar, son más de cinco puestos donde el olor de hojas tipo ruda, menta, albahaca, borraja, canela y vainilla se percibe desde lejos. Entre ellos se conoció a Eusebio, quien vende desde plantas medicinales hasta velones hace unos 20 años.
“Lo que más sale es la ruda, caléndula, botellas de contras, también se llevan elementos para baños de limpieza como ‘abre camino’ que son esencias que tienen olores diversos, sirven para aromatizar la casa, eso va en la fe de la persona. Tú lo compras y lo haces con fe”.
Dentro de la brujería las esencias para ‘amarrar hombres o mujeres’ son muy frecuentes. “Hay unos que los llaman miel de amor, garrapata. La gente compra el frasco y se lo hecha con fe en que su pareja se quedará a su lado”, dijo.
Entre los baños para la suerte hay unos donde la gente debe aplicarse varias hierbas aromáticas como ruda, tomillo. Los espiritistas les recomiendan a las personas tres baños, y al final de cada baño hacerse la señal de la cruz en símbolo de santificar el procedimiento.
Explicó Eusebio que en cuanto a velas, hay varios colores y cada uno tiene un significado. Las velas negras se usan para ‘tumbar trabajo’ o mejor dicho, contrarrestar una brujería echada.
La vela se enciende y si la persona ha sido embrujada ‘explota’ la vela de manera que corrobora el maleficio echado, y también lo ayuda a alejar; las velas blancas son utilizadas para los velorios, y llamar la paz; la vela roja suele utilizarse para trabajos espirituales vinculados al amor.
Al lado de Eusebio, otro señor llama la atención por la cantidad velones y los colores. Se trata de Matías García quien tiene 15 años vendiendo productos espiritista.
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“La gente compra velones para hacer trabajos de brujería, o de limpieza. También algunos compran para muertos y hablar con ellos. Hay amarillos, rojos, naranjas, de todos los colores. Aquí tengo hierbas como la ruda, hierbabuena, albahaca que son muy buscadas. La gente llega con una lista y me la piden con discreción”.
En conversación con el sacerdote Doriam Rocha: “Para nadie es un secreto que estamos en una cultura muy supersticiosa. Aquí hay hermanos muy religiosos en cuanto dicen creer en Dios pero son de poca vida cristiana, porque no tienen una fe sólida. Pueden rezar un rosario pero la gente es muy supersticiosa”.
Parte de la débil creencia representa el nacimiento de un nuevo miembro de la familia cuando se le ata a una mano o tobillo del pie una ‘contra’.
“Para la gente es fácil poner amuletos, de creer en el mal de ojos. Al no tener una fe consolidada aceptan cualquier propuesta que les hacen los que practican la brujería, hechicería y los terminan arrastrando. Todo esto termina siendo más esotérico que religioso”, manifestó en tono preocupante Rocha.
El diablo existe, no es una superstición sino un hecho, así lo aseguró Doriam Rocha quien ha realizado más de 300 exorcismos dentro y fuera de esta tierra vallenata.
“Dentro de este tema, hay dos maneras en que el demonio actúa, la primera es la tentación que no es un pecado y que tampoco Dios tienta a nadie, el gran tentador es satanás”.
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Contó el padre que el demonio no puede entrar en la mente de las personas y por eso él tienta a la gente, para ver cuál es la debilidad y una vez detectada comienza a operar lo que se conoce en términos religiosos como: “Acción extraordinaria, la primera se llama opresión u obsesión demoníaca que consiste en crearte unas dependencias como el alcohol, droga, la sexualidad desorientada. Luego la ludopatía, que está en todos los sentidos, la dependencia a los juegos. También se da otra cosa que en el campo espiritual se llama desdoblamiento. Lo segundo entonces es infestaciones o contaminaciones, que consiste en los maleficios, entierros. Los vudús. El tabaco, echar la suerte. Y se puede contaminar el cuerpo, la comida, la bebida, los lugares y ahí empieza a dañarse el hogar y se convierte en un ambiente hostil y pesado, lo tercero es la vejación que es un espíritu maligno real, lo cuarto es ya la posesión del mal”.
La experiencia con Dios o lucifer, refleja una línea de comunicación que es la fe, una creencia que arraigada puede hacer daño o puede generar luz. “el mal no se puede contrarrestar con mal, eso hay que atacarlo a fuerza de oración, a fuerza de una vida cristiana”.
Por: Daniela Minorta / EL PILÓN
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