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Columnista - 14 febrero, 2010

El cinismo de Andrés Pastrana

Por: Jacobo Solano Cerchiaro Los colombianos podemos ser olvidadizos pero no tontos. El transcurso del tiempo no puede diluir la realidad como para olvidar la equívoca gestión de Pastrana; fue un fiasco: se rajó en el manejo de los principales problemas del país, mostrando poca autoridad. Prometió un cambio, pero al final de su mandato […]

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Por: Jacobo Solano Cerchiaro

Los colombianos podemos ser olvidadizos pero no tontos. El transcurso del tiempo no puede diluir la realidad como para olvidar la equívoca gestión de Pastrana; fue un fiasco: se rajó en el manejo de los principales problemas del país, mostrando poca autoridad. Prometió un cambio, pero al final de su mandato el mundo miraba a Colombia como un país sin futuro claro, con una eminente incertidumbre acerca de su viabilidad en el mediano y largo plazo; el desempleo llegó a una cifra record, superando el 20%; se registró el mayor índice de pescas milagrosas y secuestros en toda la historia, 12.948 personas fueron secuestradas durante su periodo; escasa presencia policiva en los municipios; alcaldes desterrados; fortalecimiento de grupos paramilitares, que establecieron un para estado; el reacomodo de la guerrilla en el célebre Caguán, donde hicieron lo que les dio la gana; un frenazo en el crecimiento económico, nadie quería invertir en Colombia. Entonces, suena destemplado que el artífice de toda esta debacle, aparezca cada vez que quiere hacer protagonismo mediático, con su cara lavada, a desprestigiar al actual gobierno, que quiera o no, con todo y sus polémicos desaciertos, le ha devuelto la confianza a la gente.
Este es el único país en el que alguien con una imagen tan negativa, todavía tenga voz y voto en la opinión, peor aún, que algunos dirigentes lo consideren un referente, sabiendo que su trayectoria está basada en simples abolengos, sin más méritos que ser hijo de otro ex presidente, que le ganó al General Rojas, envuelto en circunstancias dudosas.
¿Qué hay detrás de la agresiva reaparición del hijo de don Misael? La estrategia del delfín, es enarbolar las banderas de un partido que se ha entregado y se ha beneficiado de toda la burocracia estatal de este gobierno, otorgada deliberadamente para pagar favores electorales y mantener el control de las mayorías en el Congreso; y además, convocar una amplia concurrencia en la consulta conservadora para Noemí Sanín, hasta hace poco su más acérrima enemiga, que dicho sea de paso, también recibió privilegios exagerados de este mandato: las reñidas embajadas en Madrid y Londres; y ahora, con una actitud ingrata, se une con quien sea para ser elegida como candidata única del conservatismo.
Con lo que no cuenta el polémico ex presidente, es con la piedra en el zapato que puede convertirse en un obstáculo mayor:  ‘Uribito’, el mismo del Agro Ingreso Seguro y el calcado discurso del actual Presidente, con el impulso de la U y otras vertientes, pretende imponerse en la consulta azul y no está dispuesto a dejarse. La contienda está como para alquilar balcón. El partido, cada vez más fraccionado y sin posibilidades de triunfo, acude a estrategias no tan santas, únicamente por seguirles el juego a los enemigos del Presidente Uribe y de paso, reencauchar el inconsistente liderazgo de Pastrana, que evoca un pésimo recuerdo ante la opinión pública del país.

[email protected]

Columnista
14 febrero, 2010

El cinismo de Andrés Pastrana

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

Por: Jacobo Solano Cerchiaro Los colombianos podemos ser olvidadizos pero no tontos. El transcurso del tiempo no puede diluir la realidad como para olvidar la equívoca gestión de Pastrana; fue un fiasco: se rajó en el manejo de los principales problemas del país, mostrando poca autoridad. Prometió un cambio, pero al final de su mandato […]


Por: Jacobo Solano Cerchiaro

Los colombianos podemos ser olvidadizos pero no tontos. El transcurso del tiempo no puede diluir la realidad como para olvidar la equívoca gestión de Pastrana; fue un fiasco: se rajó en el manejo de los principales problemas del país, mostrando poca autoridad. Prometió un cambio, pero al final de su mandato el mundo miraba a Colombia como un país sin futuro claro, con una eminente incertidumbre acerca de su viabilidad en el mediano y largo plazo; el desempleo llegó a una cifra record, superando el 20%; se registró el mayor índice de pescas milagrosas y secuestros en toda la historia, 12.948 personas fueron secuestradas durante su periodo; escasa presencia policiva en los municipios; alcaldes desterrados; fortalecimiento de grupos paramilitares, que establecieron un para estado; el reacomodo de la guerrilla en el célebre Caguán, donde hicieron lo que les dio la gana; un frenazo en el crecimiento económico, nadie quería invertir en Colombia. Entonces, suena destemplado que el artífice de toda esta debacle, aparezca cada vez que quiere hacer protagonismo mediático, con su cara lavada, a desprestigiar al actual gobierno, que quiera o no, con todo y sus polémicos desaciertos, le ha devuelto la confianza a la gente.
Este es el único país en el que alguien con una imagen tan negativa, todavía tenga voz y voto en la opinión, peor aún, que algunos dirigentes lo consideren un referente, sabiendo que su trayectoria está basada en simples abolengos, sin más méritos que ser hijo de otro ex presidente, que le ganó al General Rojas, envuelto en circunstancias dudosas.
¿Qué hay detrás de la agresiva reaparición del hijo de don Misael? La estrategia del delfín, es enarbolar las banderas de un partido que se ha entregado y se ha beneficiado de toda la burocracia estatal de este gobierno, otorgada deliberadamente para pagar favores electorales y mantener el control de las mayorías en el Congreso; y además, convocar una amplia concurrencia en la consulta conservadora para Noemí Sanín, hasta hace poco su más acérrima enemiga, que dicho sea de paso, también recibió privilegios exagerados de este mandato: las reñidas embajadas en Madrid y Londres; y ahora, con una actitud ingrata, se une con quien sea para ser elegida como candidata única del conservatismo.
Con lo que no cuenta el polémico ex presidente, es con la piedra en el zapato que puede convertirse en un obstáculo mayor:  ‘Uribito’, el mismo del Agro Ingreso Seguro y el calcado discurso del actual Presidente, con el impulso de la U y otras vertientes, pretende imponerse en la consulta azul y no está dispuesto a dejarse. La contienda está como para alquilar balcón. El partido, cada vez más fraccionado y sin posibilidades de triunfo, acude a estrategias no tan santas, únicamente por seguirles el juego a los enemigos del Presidente Uribe y de paso, reencauchar el inconsistente liderazgo de Pastrana, que evoca un pésimo recuerdo ante la opinión pública del país.

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