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Columnista - 3 septiembre, 2022

Decrecimiento Vs consumismo 

El término decrecimiento fue acuñado en 1972 por el filósofo social franco-austriaco André Gorz.

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El término decrecimiento fue acuñado en 1972 por el filósofo social franco-austriaco André Gorz, según el sitio web Degrowth.info. Como movimiento, el decrecimiento comenzó a despegar a principios de la década de 2000, según la plataforma de medios OpenDemocracy. Los protagonistas del decrecimiento moderno incluyen al economista francés Serge Latouche, quien argumenta que el modelo actual de crecimiento económico de la sociedad es insostenible. 

La ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, durante su intervención en la inauguración del Congreso Nacional de Minería desarrollado en Cartagena, dijo: “Necesitamos exigirles a otros países que comiencen a decrecer en sus modelos económicos. De esto también depende que logremos un equilibrio y que los impactos del cambio climático nos afecten menos”. En sus palabras la ministra definió el concepto de decrecimiento, que significa, en términos generales, una reducción de las economías en lugar de un crecimiento, usando menos energía y recursos del mundo anteponiendo el bienestar a las ganancias.

Hay muchos opositores a la teoría del decrecimiento. El sitio de noticias y opinión Vox argumenta que el crecimiento económico es lo que le ha dado al mundo “tratamientos contra el cáncer, unidades de cuidados intensivos neonatales, vacunas contra la viruela e insulina”. Uno de los argumentos en contra del decrecimiento de Vox es que muchos países han reducido sus emisiones al mismo tiempo que han aumentado el PIB. Lo han hecho utilizando tecnologías como la energía renovable. Otro argumento es la impracticabilidad de que los países pobres se desarrollen “hasta cierto nivel de prosperidad” y luego se detengan, mientras que los países ricos se reducen al mismo nivel.

El lenguaje del término genera preocupación, porque al escuchar decrecimiento la confusión es inmediata, por eso los defensores de esta idea están condenados a aclarar que el decrecimiento no se trata de reducir el PIB, sino más bien de reducir el rendimiento material y energético. Parecería que esto crea problemas innecesarios. A propósito, Jason Hickel, académico de la Universidad de Londres, defiende estas consideraciones insistiendo: “Es importante aclarar que el decrecimiento no se trata de reducir el PIB, “sino de reducir el rendimiento”. Es como explicar un galimatías.

Con el auge o conciencia climática crece el debate del decrecimiento, mediante la implementación de propuestas para limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1,5 grados centígrados, a través del crecimiento de la economía mediante el uso de energías renovables en lugar de combustibles fósiles e introduciendo formas más eficientes y sostenibles de producción.  

Aunque en la Cumbre del Clima de Glasgow, 46 países asumieron nuevos compromisos para “eliminar gradualmente” el uso del carbón para producir energía, quedaron por fuera los grandes contaminantes que más usan este tipo de combustible fósil, entre ellos China, India, Estados Unidos y Australia. 

Lo dicho por la ministra de Minas y Energía, como suele pasar en el país terminó siendo un pugilato intelectual y de aptitud. No obstante, por ahora es pertinente advertir la realidad energética, estratégica y geopolítica del mundo, las limitantes del decrecimiento y la importancia de los combustibles fósiles para la economía colombiana, para comprender que los asuntos estratégicos del país inherentes a la transición energética deben ser tratados desde la gradualidad hacia la transformación, porque es erróneo y riesgoso hacerlo combinando la institucionalidad con activismo.

Columnista
3 septiembre, 2022

Decrecimiento Vs consumismo 

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

El término decrecimiento fue acuñado en 1972 por el filósofo social franco-austriaco André Gorz.


El término decrecimiento fue acuñado en 1972 por el filósofo social franco-austriaco André Gorz, según el sitio web Degrowth.info. Como movimiento, el decrecimiento comenzó a despegar a principios de la década de 2000, según la plataforma de medios OpenDemocracy. Los protagonistas del decrecimiento moderno incluyen al economista francés Serge Latouche, quien argumenta que el modelo actual de crecimiento económico de la sociedad es insostenible. 

La ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, durante su intervención en la inauguración del Congreso Nacional de Minería desarrollado en Cartagena, dijo: “Necesitamos exigirles a otros países que comiencen a decrecer en sus modelos económicos. De esto también depende que logremos un equilibrio y que los impactos del cambio climático nos afecten menos”. En sus palabras la ministra definió el concepto de decrecimiento, que significa, en términos generales, una reducción de las economías en lugar de un crecimiento, usando menos energía y recursos del mundo anteponiendo el bienestar a las ganancias.

Hay muchos opositores a la teoría del decrecimiento. El sitio de noticias y opinión Vox argumenta que el crecimiento económico es lo que le ha dado al mundo “tratamientos contra el cáncer, unidades de cuidados intensivos neonatales, vacunas contra la viruela e insulina”. Uno de los argumentos en contra del decrecimiento de Vox es que muchos países han reducido sus emisiones al mismo tiempo que han aumentado el PIB. Lo han hecho utilizando tecnologías como la energía renovable. Otro argumento es la impracticabilidad de que los países pobres se desarrollen “hasta cierto nivel de prosperidad” y luego se detengan, mientras que los países ricos se reducen al mismo nivel.

El lenguaje del término genera preocupación, porque al escuchar decrecimiento la confusión es inmediata, por eso los defensores de esta idea están condenados a aclarar que el decrecimiento no se trata de reducir el PIB, sino más bien de reducir el rendimiento material y energético. Parecería que esto crea problemas innecesarios. A propósito, Jason Hickel, académico de la Universidad de Londres, defiende estas consideraciones insistiendo: “Es importante aclarar que el decrecimiento no se trata de reducir el PIB, “sino de reducir el rendimiento”. Es como explicar un galimatías.

Con el auge o conciencia climática crece el debate del decrecimiento, mediante la implementación de propuestas para limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1,5 grados centígrados, a través del crecimiento de la economía mediante el uso de energías renovables en lugar de combustibles fósiles e introduciendo formas más eficientes y sostenibles de producción.  

Aunque en la Cumbre del Clima de Glasgow, 46 países asumieron nuevos compromisos para “eliminar gradualmente” el uso del carbón para producir energía, quedaron por fuera los grandes contaminantes que más usan este tipo de combustible fósil, entre ellos China, India, Estados Unidos y Australia. 

Lo dicho por la ministra de Minas y Energía, como suele pasar en el país terminó siendo un pugilato intelectual y de aptitud. No obstante, por ahora es pertinente advertir la realidad energética, estratégica y geopolítica del mundo, las limitantes del decrecimiento y la importancia de los combustibles fósiles para la economía colombiana, para comprender que los asuntos estratégicos del país inherentes a la transición energética deben ser tratados desde la gradualidad hacia la transformación, porque es erróneo y riesgoso hacerlo combinando la institucionalidad con activismo.