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Columnista - 2 septiembre, 2022

Alfonso Campo Martínez

Alfonso Campo Martínez como magistrado del Consejo Nacional Electoral por parte del Congreso de la República.

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Me satisface y recibo con mucho agrado la designación del doctor Alfonso Campo Martínez como magistrado del Consejo Nacional Electoral por parte del Congreso de la República, el máximo órgano en materia electoral en representación del Partido Conservador que lo postuló para tal fin. Para mí y creo que para todos es una importante designación y un gran homenaje póstumo que se le rinde a su padre, el inolvidable hombre público y dirigente de muchos quilates Alfonso Campo Soto, recientemente fallecido. Bien por ‘Ponchito’, el hijo de ‘Poncho’, como con mucho cariño los conocimos y tratamos, fue una acertada escogencia la que hizo el Congreso, pues el doctor Campo Martínez ‘Ponchito’, por sus merecimientos y brillante carrera se lo merece y estamos seguros que ese es otro peldaño, de los ya superados que escala para llegar a la cima, pues con sus dotes intelectuales, personales y anímicos él se abre el camino del triunfo a pasos agigantados. Felicitaciones ‘Ponchito’, felicitaciones también a la familia Campo Soto que tanto le ha servido a esta ciudad y al departamento del Cesar. Nos sentimos satisfechos y orgullosos de tus triunfos y no tenemos duda de que le espera un camino ancho y luminoso por recorrer para llegar, repito, aún más alto.

Otra cosa, recibo complacido la designación de 30 agentes de tránsito debidamente preparados en el SENA; hace 1 año más o menos, se lo sugerí a mi buen amigo Mello Castro, nuestro joven y flamante alcalde, pero dotados de una flamante moto para que pudieran realizar con más eficiencia su labor e hicieran el trabajo de 90 agentes y prescindir del oneroso y costoso contrato con la Policía Nacional, para evitar que estén pendientes de estar pidiendo pases y castigando con partes a los conductores, pues eso les produce un desgaste innecesario y jamás la Policía maneja al civil como se lo merece, sino que creen que todos somos delincuentes. Esa es una de las grandes fallas que tiene esa respetable institución y que el actual gobierno del presidente Gustavo Petro está dispuesto a corregir esa absurda idea, eso es lo que tienen que hacer, humanizarla, decirles que están equivocados, enseñarles que los civiles somos sus amigos y colaboradores y no sus enemigos.

Con estas motos, que no valen $200 millones de pesos, pueden cubrir toda la ciudad, ir a todos los barrios y controlar el desorden desmedido de las motos: para ellos no hay semáforos, menos pares, no existen normas de tránsito, hacen lo que les da la gana ante la mirada impávida de azules y verdes que lucen cansados y aburridos y permiten que esos infractores atenten contra nuestra integridad física.

Cuándo será qué un alcalde de Valledupar comience a pensar en grande y dé inicio a la construcción de uno o varios puentes que se están necesitando a gritos y es la única forma de descongestionar el tránsito, pues el problema se ha agravado más ahora que angostaron la carrera novena y la ‘Calle Grande’ y todas nuestras calles que eran amplias y hermosas, incluyendo la del Cesar; cada día nos parecemos más a Santa Marta y a Cartagena con sus callecitas angostas e incómodas, ese es mucho enredo el del centro, dejen eso así, no hagan del Valle una ciudad antipática e incómoda sino agradable y cómoda, dejen la sexta y la quince como estaban antes, el que crea el problema no es el peatón, es el carro y a él hay que buscarle soluciones de movilización.

Señor director de tránsito, salga a la calle, deje el aire acondicionado y dese cuenta de que sus agentes trabajen y no estén en macetas en la carreras 12 y 8ª y también se dé cuenta que faltan reducidores en sitios álgidos de mucho peligro como el de la entrada a Rosas del Ateneo, no por mí, sino por la vida de cientos de personas que ahí residen. 

Columnista
2 septiembre, 2022

Alfonso Campo Martínez

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Alfonso Campo Martínez como magistrado del Consejo Nacional Electoral por parte del Congreso de la República.


Me satisface y recibo con mucho agrado la designación del doctor Alfonso Campo Martínez como magistrado del Consejo Nacional Electoral por parte del Congreso de la República, el máximo órgano en materia electoral en representación del Partido Conservador que lo postuló para tal fin. Para mí y creo que para todos es una importante designación y un gran homenaje póstumo que se le rinde a su padre, el inolvidable hombre público y dirigente de muchos quilates Alfonso Campo Soto, recientemente fallecido. Bien por ‘Ponchito’, el hijo de ‘Poncho’, como con mucho cariño los conocimos y tratamos, fue una acertada escogencia la que hizo el Congreso, pues el doctor Campo Martínez ‘Ponchito’, por sus merecimientos y brillante carrera se lo merece y estamos seguros que ese es otro peldaño, de los ya superados que escala para llegar a la cima, pues con sus dotes intelectuales, personales y anímicos él se abre el camino del triunfo a pasos agigantados. Felicitaciones ‘Ponchito’, felicitaciones también a la familia Campo Soto que tanto le ha servido a esta ciudad y al departamento del Cesar. Nos sentimos satisfechos y orgullosos de tus triunfos y no tenemos duda de que le espera un camino ancho y luminoso por recorrer para llegar, repito, aún más alto.

Otra cosa, recibo complacido la designación de 30 agentes de tránsito debidamente preparados en el SENA; hace 1 año más o menos, se lo sugerí a mi buen amigo Mello Castro, nuestro joven y flamante alcalde, pero dotados de una flamante moto para que pudieran realizar con más eficiencia su labor e hicieran el trabajo de 90 agentes y prescindir del oneroso y costoso contrato con la Policía Nacional, para evitar que estén pendientes de estar pidiendo pases y castigando con partes a los conductores, pues eso les produce un desgaste innecesario y jamás la Policía maneja al civil como se lo merece, sino que creen que todos somos delincuentes. Esa es una de las grandes fallas que tiene esa respetable institución y que el actual gobierno del presidente Gustavo Petro está dispuesto a corregir esa absurda idea, eso es lo que tienen que hacer, humanizarla, decirles que están equivocados, enseñarles que los civiles somos sus amigos y colaboradores y no sus enemigos.

Con estas motos, que no valen $200 millones de pesos, pueden cubrir toda la ciudad, ir a todos los barrios y controlar el desorden desmedido de las motos: para ellos no hay semáforos, menos pares, no existen normas de tránsito, hacen lo que les da la gana ante la mirada impávida de azules y verdes que lucen cansados y aburridos y permiten que esos infractores atenten contra nuestra integridad física.

Cuándo será qué un alcalde de Valledupar comience a pensar en grande y dé inicio a la construcción de uno o varios puentes que se están necesitando a gritos y es la única forma de descongestionar el tránsito, pues el problema se ha agravado más ahora que angostaron la carrera novena y la ‘Calle Grande’ y todas nuestras calles que eran amplias y hermosas, incluyendo la del Cesar; cada día nos parecemos más a Santa Marta y a Cartagena con sus callecitas angostas e incómodas, ese es mucho enredo el del centro, dejen eso así, no hagan del Valle una ciudad antipática e incómoda sino agradable y cómoda, dejen la sexta y la quince como estaban antes, el que crea el problema no es el peatón, es el carro y a él hay que buscarle soluciones de movilización.

Señor director de tránsito, salga a la calle, deje el aire acondicionado y dese cuenta de que sus agentes trabajen y no estén en macetas en la carreras 12 y 8ª y también se dé cuenta que faltan reducidores en sitios álgidos de mucho peligro como el de la entrada a Rosas del Ateneo, no por mí, sino por la vida de cientos de personas que ahí residen.