Cuando converso con mis alumnos sobre estas dos palabras, que les pregunto sobre su significado, siendo en el contexto académico algo tan importante y necesario conocer, más de uno patina en su definición. Invierten los cables o sencillamente desconocen su significado, otros más inicuos ni siquiera saben que existen estas palabras cobijadas dentro del grupo […]
Cuando converso con mis alumnos sobre estas dos palabras, que les pregunto sobre su significado, siendo en el contexto académico algo tan importante y necesario conocer, más de uno patina en su definición. Invierten los cables o sencillamente desconocen su significado, otros más inicuos ni siquiera saben que existen estas palabras cobijadas dentro del grupo de la paronimia; es decir, aquellos vocablos que se parecen en su pronunciación o forma de escribirse; la RAE los define como que tienen entre sí relación o semejanza, por su etimología o solamente por su forma o sonido.
Actitud con c, es esa capacidad que te mueve a desarrollar de la mejor manera las cosas, es tu forma particular de afrontar ciertas situaciones; es decir, tu temperamento. Aptitud con p, viene de la palabra apto. Es el talento, el conocimiento, la habilidad o la destreza que posees para desarrollar algo. Tanto la actitud como la aptitud pueden ser naturales o adquiridas. Las actitudes naturales son aquellas que forman parte de la personalidad, mientras que las aptitudes naturales son las que llamamos talento, es decir, una facilidad innata para hacer algo bien.
Por otra parte, las actitudes adquiridas son aquellas aprendidas mediante la deconstrucción de la conducta para cambiar la respuesta frente a diferentes situaciones. Mientras que las aptitudes aprendidas son aquellas que se adquieren con un conocimiento específico y su aplicación práctica. Se adquiere a través de los estudios o con procesos técnicos que se pueden aprender de otra persona que los posea.
En fin. Aprendidas o naturales, el llamado es a que primero: entendamos los términos; segundo: los apliquemos. Los procesos que cobijan nuestro universo local, por ejemplo el caso Álvaro Uribe, la polarización que como siempre se presenta en este país, cada vez que se toca el tema o se toca a este señor. Marchas y solicitudes de libertad inmediata nos ponen a pensar si hay una buena actitud, o si en realidad la aptitud de sus seguidores no está bien fundamentada legalmente.
El señor senador Bolívar, atosiga e incendia más los procesos, no sabemos si su actitud es la mejor cuando afirma en un trino “Las caravanas por la libertad de un criminal me recuerdan el recibimiento apoteósico que le hicieron en Valledupar a Diomedes Díaz después de matar a Doris Adriana Niño. Necesitamos 30 años con presupuestos portentosos para educar este país”. Según el senador Bolívar, que se cree dueño absoluto de una aptitud que al país le hace falta, según sus propias palabras este término está bastante subvalorado.
Pero hace mención a que en su trino no dice mentiras, solo hace alusión a una gran verdad y a una vulgar exageración. La gran verdad lo que narra en su última columna, sobre el caso de Doris Adriana Niño y la vulgar exageración es comparar a Diomedes con Álvaro Uribe. ¿Será acaso esta la mejor actitud del senador Bolívar? ¿O desde su aptitud prosaica el pueblo necesita más de 30 años para educarse de mejor forma? Amanecerá y veremos… aptitud y actitud es lo que necesitamos en todos los escenarios del país para encauzar el rumbo. Sólo Eso.
Cuando converso con mis alumnos sobre estas dos palabras, que les pregunto sobre su significado, siendo en el contexto académico algo tan importante y necesario conocer, más de uno patina en su definición. Invierten los cables o sencillamente desconocen su significado, otros más inicuos ni siquiera saben que existen estas palabras cobijadas dentro del grupo […]
Cuando converso con mis alumnos sobre estas dos palabras, que les pregunto sobre su significado, siendo en el contexto académico algo tan importante y necesario conocer, más de uno patina en su definición. Invierten los cables o sencillamente desconocen su significado, otros más inicuos ni siquiera saben que existen estas palabras cobijadas dentro del grupo de la paronimia; es decir, aquellos vocablos que se parecen en su pronunciación o forma de escribirse; la RAE los define como que tienen entre sí relación o semejanza, por su etimología o solamente por su forma o sonido.
Actitud con c, es esa capacidad que te mueve a desarrollar de la mejor manera las cosas, es tu forma particular de afrontar ciertas situaciones; es decir, tu temperamento. Aptitud con p, viene de la palabra apto. Es el talento, el conocimiento, la habilidad o la destreza que posees para desarrollar algo. Tanto la actitud como la aptitud pueden ser naturales o adquiridas. Las actitudes naturales son aquellas que forman parte de la personalidad, mientras que las aptitudes naturales son las que llamamos talento, es decir, una facilidad innata para hacer algo bien.
Por otra parte, las actitudes adquiridas son aquellas aprendidas mediante la deconstrucción de la conducta para cambiar la respuesta frente a diferentes situaciones. Mientras que las aptitudes aprendidas son aquellas que se adquieren con un conocimiento específico y su aplicación práctica. Se adquiere a través de los estudios o con procesos técnicos que se pueden aprender de otra persona que los posea.
En fin. Aprendidas o naturales, el llamado es a que primero: entendamos los términos; segundo: los apliquemos. Los procesos que cobijan nuestro universo local, por ejemplo el caso Álvaro Uribe, la polarización que como siempre se presenta en este país, cada vez que se toca el tema o se toca a este señor. Marchas y solicitudes de libertad inmediata nos ponen a pensar si hay una buena actitud, o si en realidad la aptitud de sus seguidores no está bien fundamentada legalmente.
El señor senador Bolívar, atosiga e incendia más los procesos, no sabemos si su actitud es la mejor cuando afirma en un trino “Las caravanas por la libertad de un criminal me recuerdan el recibimiento apoteósico que le hicieron en Valledupar a Diomedes Díaz después de matar a Doris Adriana Niño. Necesitamos 30 años con presupuestos portentosos para educar este país”. Según el senador Bolívar, que se cree dueño absoluto de una aptitud que al país le hace falta, según sus propias palabras este término está bastante subvalorado.
Pero hace mención a que en su trino no dice mentiras, solo hace alusión a una gran verdad y a una vulgar exageración. La gran verdad lo que narra en su última columna, sobre el caso de Doris Adriana Niño y la vulgar exageración es comparar a Diomedes con Álvaro Uribe. ¿Será acaso esta la mejor actitud del senador Bolívar? ¿O desde su aptitud prosaica el pueblo necesita más de 30 años para educarse de mejor forma? Amanecerá y veremos… aptitud y actitud es lo que necesitamos en todos los escenarios del país para encauzar el rumbo. Sólo Eso.