Ahora que se avecinan las campañas políticas no sería malo hacerles algunas reflexiones a los pre-candidatos vallenatos al Senado y Cámara.
Por Alberto Herazo Palmera
Ahora que se avecinan las campañas políticas no sería malo hacerles algunas reflexiones a los pre-candidatos vallenatos al Senado y Cámara.
Tenemos claro que para cualquier campaña política se necesita mucho dinero: Vallas, pasacalles, calcomanías, afiches, avisos de publicidad, sancocho de gallina, aguardientico y muchos almuerzos.
Buena parte de ese dinero está destinado a dar a conocer al precandidato a hacerlo popular o como dirían los publicistas sin doble sentido, a venderlos. Venderlo como un detergente, como una crema dental, como un bien de consumo masivo: como el pan de cada día.
Para aquellos candidatos pobres y ser pobre se está convirtiendo en una excelente referencia para los políticos. He aquí algunas recomendaciones o ideas para ponerlos a sonar sin tanta inversión su nombre y, con buenos dividendos en la “publicidad política no pagada”.
Convoque a un foro sobre cualquier tema en la Plaza Alfonso López y bájese los pantalones en público, llame a las emisoras todas las mañanas, y opine sobre el tema del día. Si tiene bigote, quíteselo de buenas a primera y envíe fotografías al El Pilón con su nuevo look.
Pida prestado los salones de la Asamblea Departamental y Concejo Municipal y realice allí la próxima piñata de sus hijos; lance un libro de cocina con sus mejores recetas. Lance un disco de vallenato con su propia voz o monte una obra de teatro donde usted sea el protagonista. Invite a una rueda de prensa en el basurero municipal, envíe un comunicado de prensa en el que asegure que su campaña política la respaldan las mujeres más importantes de la región. Cuando le pregunten de quienes se trata, mencione a su mamá, esposa e hijas.
Aquí en nuestro pueblo no es fácil vender algunos nombres de los precandidatos que están sonando, esos son los payasos de todas las campañas.
Y como es mi costumbre, trataré otros temitas, por ejemplo: Es el colmo que casi nunca se encuentre un agente de la Policía en la Plaza Alfonso López. Que haya tanto precandidato mentiroso. Que hay personas que siguen atreviéndose a invadir los espacios públicos. Qué hay vallenatos que no se apropian de la ciudad y siguen los vándalos haciéndole daño a lo poco o bueno que tenemos.
Que se encuentren niños a altas horas de la noche vendiendo chuchería o pidiendo limosna en las calles; gastar tanto dinero en una campaña política cuando hay muchas familias pasando hambre y trabajo. Esa plata debería ser utilizada en darles vivienda y comida a la gente humilde.
Y finalmente dos cositas: agradecerle al señor Alcalde, Fredys Socarrás la entrega de computadores para la sede del Inspecam y para las sedes anexas Alberto Herazo Palmera y Cinco de Enero.
Hacía muchos años estos colegios no recibían ayuda alguna de las anteriores administraciones y a los señores concejales que se reivindiquen de la mala fama que tienen.
Ahora que se avecinan las campañas políticas no sería malo hacerles algunas reflexiones a los pre-candidatos vallenatos al Senado y Cámara.
Por Alberto Herazo Palmera
Ahora que se avecinan las campañas políticas no sería malo hacerles algunas reflexiones a los pre-candidatos vallenatos al Senado y Cámara.
Tenemos claro que para cualquier campaña política se necesita mucho dinero: Vallas, pasacalles, calcomanías, afiches, avisos de publicidad, sancocho de gallina, aguardientico y muchos almuerzos.
Buena parte de ese dinero está destinado a dar a conocer al precandidato a hacerlo popular o como dirían los publicistas sin doble sentido, a venderlos. Venderlo como un detergente, como una crema dental, como un bien de consumo masivo: como el pan de cada día.
Para aquellos candidatos pobres y ser pobre se está convirtiendo en una excelente referencia para los políticos. He aquí algunas recomendaciones o ideas para ponerlos a sonar sin tanta inversión su nombre y, con buenos dividendos en la “publicidad política no pagada”.
Convoque a un foro sobre cualquier tema en la Plaza Alfonso López y bájese los pantalones en público, llame a las emisoras todas las mañanas, y opine sobre el tema del día. Si tiene bigote, quíteselo de buenas a primera y envíe fotografías al El Pilón con su nuevo look.
Pida prestado los salones de la Asamblea Departamental y Concejo Municipal y realice allí la próxima piñata de sus hijos; lance un libro de cocina con sus mejores recetas. Lance un disco de vallenato con su propia voz o monte una obra de teatro donde usted sea el protagonista. Invite a una rueda de prensa en el basurero municipal, envíe un comunicado de prensa en el que asegure que su campaña política la respaldan las mujeres más importantes de la región. Cuando le pregunten de quienes se trata, mencione a su mamá, esposa e hijas.
Aquí en nuestro pueblo no es fácil vender algunos nombres de los precandidatos que están sonando, esos son los payasos de todas las campañas.
Y como es mi costumbre, trataré otros temitas, por ejemplo: Es el colmo que casi nunca se encuentre un agente de la Policía en la Plaza Alfonso López. Que haya tanto precandidato mentiroso. Que hay personas que siguen atreviéndose a invadir los espacios públicos. Qué hay vallenatos que no se apropian de la ciudad y siguen los vándalos haciéndole daño a lo poco o bueno que tenemos.
Que se encuentren niños a altas horas de la noche vendiendo chuchería o pidiendo limosna en las calles; gastar tanto dinero en una campaña política cuando hay muchas familias pasando hambre y trabajo. Esa plata debería ser utilizada en darles vivienda y comida a la gente humilde.
Y finalmente dos cositas: agradecerle al señor Alcalde, Fredys Socarrás la entrega de computadores para la sede del Inspecam y para las sedes anexas Alberto Herazo Palmera y Cinco de Enero.
Hacía muchos años estos colegios no recibían ayuda alguna de las anteriores administraciones y a los señores concejales que se reivindiquen de la mala fama que tienen.