Balnearios de aguas cristalinas, senderos verdes, cascadas, entre otros atractivos turísticos se extienden a lo largo del departamento del Cesar. Con montañas que parecen tocar el cielo, sumado a una flora y fauna que transportan a los visitantes a un paraíso natural.
Visitantes de distintas partes del país llegan al departamento del Cesar atraídos por los 25 municipios, los cuales les ofrecen reservas naturales, cantos vallenatos y la posibilidad de una conexión espiritual con los pueblos indígenas asentados en la serranía de Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta. Municipios como Pueblo Bello, Manaure, San Diego y Chimichagua son algunos de los destinos que extranjeros y nacionales buscan para explorar.
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De acuerdo con Gabriela Salas, líder del sector turístico en Chimichagua, el Cesar es un destino vacacional que visitan turistas procedentes de ciudades como Bogotá y hasta de departamentos lejanos como Caquetá. En este municipio el turismo ecológico es el atractivo destacado. De acuerdo con Salas, el departamento se caracteriza por sus amplios terrenos naturales, fuentes hídricas, flora y fauna.
“Muchas personas subestiman al Cesar como destino turístico porque en realidad no conocen que está lleno de reservas naturales que en otras partes del país no se dan. Balnearios de aguas cristalinas, miradores, fauna, flores y aves de diferentes tipos. No hay que salir del Cesar, hay que entrar en esta región para vivir la magia”, manifestó Salas.
La líder del sector turístico en el municipio de Chimichagua aseveró que los visitantes quedan cautivados por la famosa ciénaga de Zapatosa, el espejo de agua más grande del país. Esta fuente hídrica está cubierta de plantas acuáticas que decoran su superficie de más de 300 kilometros cuadrados. Los turistas pueden navegar en canoas por la ciénaga para disfrutar la belleza natural de este paisaje acuático. Otros lugares para visitar son el Pozo del Higuerón, El Cerro, el monumento a la Piragua y la Iglesia La Inmaculada.
De acuerdo con Jazmín Ortiz, coordinadora de turismo de Pueblo Bello, este territorio es un atractivo turístico multicultural por la influencia de etnias indígenas. Los turistas visitan el mirador del Cielo, mirador cerro de La Peña, el Balneario La Honda y los pozos de ‘La Marmita’, donde se realizan rituales espirituales.
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También recorren Nabusímake, una población de la comunidad indígena arhuaca que queda cerca de la Sierra Nevada de Santa Marta. Además de visitar las siete cascadas de La Tranquilidad, la represa, Piedras Azules, la ruta de la artesanía, ruta cafetera y el Jardín Botánico.
Al municipio de Manaure, denominado como el ‘Balcón Turístico del Cesar’, entre 900 y 1.000 personas llegan aproximadamente los fines de semana a disfrutar este territorio rebosante de naturaleza y arqueología.
Según María Romero, apoyo de la Oficina de Turismo de Manaure, los sitios más concurridos por los turistas son el Cerro de las Cruces y el Centro Turístico y Ecológico Villa Adelaida, que brinda el servicio de restaurante y hospedaje.
También es muy visitado el museo arqueológico Muma y el bosque Los Caracolíes, en el perímetro urbano (donde se hace la terapia de abrazar un árbol), así como el sendero El Mariposario. Otros atractivos turísticos destacados son el Salto Tequendama, Cueva de los Siete Caballeros, Paso de la Canoa, Paso de la Danta y El Chorrito.
De acuerdo con Juan Silva, coordinador de Cultura del municipio de San Diego, en este territorio un alto porcentaje de visitantes se desplazan al Balneario El Perú, donde el juglar Leandro Díaz compuso numerosas canciones que son íconos de la música vallenata.
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La arquitectura de la época colonial es otro atractivo turístico. Un ejemplo de esto es la Ermita de Santa Ana, en el corregimiento de Los Tupes, una de las edificaciones coloniales más visitadas en el municipio. Su construcción data desde antes del año 1973. Así mismo, la iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, construida en 1972.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.
Balnearios de aguas cristalinas, senderos verdes, cascadas, entre otros atractivos turísticos se extienden a lo largo del departamento del Cesar. Con montañas que parecen tocar el cielo, sumado a una flora y fauna que transportan a los visitantes a un paraíso natural.
Visitantes de distintas partes del país llegan al departamento del Cesar atraídos por los 25 municipios, los cuales les ofrecen reservas naturales, cantos vallenatos y la posibilidad de una conexión espiritual con los pueblos indígenas asentados en la serranía de Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta. Municipios como Pueblo Bello, Manaure, San Diego y Chimichagua son algunos de los destinos que extranjeros y nacionales buscan para explorar.
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De acuerdo con Gabriela Salas, líder del sector turístico en Chimichagua, el Cesar es un destino vacacional que visitan turistas procedentes de ciudades como Bogotá y hasta de departamentos lejanos como Caquetá. En este municipio el turismo ecológico es el atractivo destacado. De acuerdo con Salas, el departamento se caracteriza por sus amplios terrenos naturales, fuentes hídricas, flora y fauna.
“Muchas personas subestiman al Cesar como destino turístico porque en realidad no conocen que está lleno de reservas naturales que en otras partes del país no se dan. Balnearios de aguas cristalinas, miradores, fauna, flores y aves de diferentes tipos. No hay que salir del Cesar, hay que entrar en esta región para vivir la magia”, manifestó Salas.
La líder del sector turístico en el municipio de Chimichagua aseveró que los visitantes quedan cautivados por la famosa ciénaga de Zapatosa, el espejo de agua más grande del país. Esta fuente hídrica está cubierta de plantas acuáticas que decoran su superficie de más de 300 kilometros cuadrados. Los turistas pueden navegar en canoas por la ciénaga para disfrutar la belleza natural de este paisaje acuático. Otros lugares para visitar son el Pozo del Higuerón, El Cerro, el monumento a la Piragua y la Iglesia La Inmaculada.
De acuerdo con Jazmín Ortiz, coordinadora de turismo de Pueblo Bello, este territorio es un atractivo turístico multicultural por la influencia de etnias indígenas. Los turistas visitan el mirador del Cielo, mirador cerro de La Peña, el Balneario La Honda y los pozos de ‘La Marmita’, donde se realizan rituales espirituales.
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También recorren Nabusímake, una población de la comunidad indígena arhuaca que queda cerca de la Sierra Nevada de Santa Marta. Además de visitar las siete cascadas de La Tranquilidad, la represa, Piedras Azules, la ruta de la artesanía, ruta cafetera y el Jardín Botánico.
Al municipio de Manaure, denominado como el ‘Balcón Turístico del Cesar’, entre 900 y 1.000 personas llegan aproximadamente los fines de semana a disfrutar este territorio rebosante de naturaleza y arqueología.
Según María Romero, apoyo de la Oficina de Turismo de Manaure, los sitios más concurridos por los turistas son el Cerro de las Cruces y el Centro Turístico y Ecológico Villa Adelaida, que brinda el servicio de restaurante y hospedaje.
También es muy visitado el museo arqueológico Muma y el bosque Los Caracolíes, en el perímetro urbano (donde se hace la terapia de abrazar un árbol), así como el sendero El Mariposario. Otros atractivos turísticos destacados son el Salto Tequendama, Cueva de los Siete Caballeros, Paso de la Canoa, Paso de la Danta y El Chorrito.
De acuerdo con Juan Silva, coordinador de Cultura del municipio de San Diego, en este territorio un alto porcentaje de visitantes se desplazan al Balneario El Perú, donde el juglar Leandro Díaz compuso numerosas canciones que son íconos de la música vallenata.
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La arquitectura de la época colonial es otro atractivo turístico. Un ejemplo de esto es la Ermita de Santa Ana, en el corregimiento de Los Tupes, una de las edificaciones coloniales más visitadas en el municipio. Su construcción data desde antes del año 1973. Así mismo, la iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, construida en 1972.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.