Este lugar fue el mismo que ocupó en el 2019, lo que quiere decir que la capital del Cesar está estancada en materia de competitividad.
La capital del Cesar ocupó el lugar 22 de las urbes más competitivas del país entre 32 ciudades, según lo determinó el Índice de Competitividad de Ciudades, ICC, del 2020 que elaboran la Universidad del Rosario y el Consejo Privado de Competitivad, CPC.
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Con un puntaje de 4.57 sobre 10, Valledupar se ubica por detrás de Bogotá, Medellín, Manizales, Tunja, Bucaramanga, Cali, Pereira, Barranquilla, Popayán, Armenia, Cartagena, Neiva, Pasto, Ibagué, Yopal, Montería, Villavicencio, Cúcuta, Santa Marta y San Andrés; y por delante de Florencia, Mocoa, Riohacha, Quibdó, Arauca, San José del Guaviare, Leticia, Puerto Inirida, Puerto Carreño y Mitú.
“Lo que muestra este resultado es que no se ha movido la competitividad de un año a otro; ese puesto que le ponen a Valledupar no es muy confiable porque no se reporta adecuadamente el movimiento de las variables de los indicadores para su medición. Entre las variables la que más pesa es infraestructura cuando se desagrega la fórmula y en este sentido acá se ha invertido bastante en los años anteriores en equipamiento y no ha movido el indicador”, comentó una funcionaria de la Alcaldía de Valledupar, que prefirió omitir su nombre.
De acuerdo a la fuente, en la capital del Cesar no hay nuevos inversionistas, nuevas industrias o nuevas empresas que dinamicen lo que podría ser una ciudad competitiva. Aseguró que todo quedó rezagado con la explotación minera. La gente no se dedicó a sembrar como antes que por hectáreas daban 3 y 4 toneladas de algodón; sacaban sorgo, café y exportaban ganado vacuno, pero esto ya no se percibe.
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En este sentido, el secretario de Planeación del Cesar, Luis Mendoza, lamentó el hecho que en la región no exista la Comisión Regional de Competitividad que agremiaba la academia, el sector público, empresas y sociedad civil para monitorear el mejoramiento de esos indicadores con planes de trabajo.
“Esa masa crítica de pensadores, investigadores, académicos, empresarios innovadores ha venido languideciendo. Se ha perdido no solo el liderazgo sino el norte. Algunos lamentan el que se haya debilitado, quizás, olvidado, aquel criterio orientador que define la competitividad como aquel proceso en el que se hace igual con menos esfuerzo o más como el mismo esfuerzo”, comentó.
Añadió: “El hecho que las exportaciones estén concentradas en carbón, que no existan empresas o asociatividad sino individualismo influyen para que la ciudad esté estancada. De la misma manera, es necesario la educación pertinente y de calidad, como la necesidad de impulsar la innovación, la ciencia y la tecnología incorporándolas a los sectores productivos”, subrayó.
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De acuerdo con los pilares analizados en esta medición, a Valledupar le fue así: infraestructura y equipamiento (4.42), adopción de TIC (4.76), sostenibilidad ambiental (3.36), salud (5.59), educación básica y media (5.91), educación superior y formación para el trabajo (3.51), entorno para los negocios (6.94), mercado laboral (3.83), sistema financiero (3.09), tamaño del mercado (6.61), sofisticación y diversificación (4.11), innovación y dinámica empresarial (2.04).
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN
[email protected]
Este lugar fue el mismo que ocupó en el 2019, lo que quiere decir que la capital del Cesar está estancada en materia de competitividad.
La capital del Cesar ocupó el lugar 22 de las urbes más competitivas del país entre 32 ciudades, según lo determinó el Índice de Competitividad de Ciudades, ICC, del 2020 que elaboran la Universidad del Rosario y el Consejo Privado de Competitivad, CPC.
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Con un puntaje de 4.57 sobre 10, Valledupar se ubica por detrás de Bogotá, Medellín, Manizales, Tunja, Bucaramanga, Cali, Pereira, Barranquilla, Popayán, Armenia, Cartagena, Neiva, Pasto, Ibagué, Yopal, Montería, Villavicencio, Cúcuta, Santa Marta y San Andrés; y por delante de Florencia, Mocoa, Riohacha, Quibdó, Arauca, San José del Guaviare, Leticia, Puerto Inirida, Puerto Carreño y Mitú.
“Lo que muestra este resultado es que no se ha movido la competitividad de un año a otro; ese puesto que le ponen a Valledupar no es muy confiable porque no se reporta adecuadamente el movimiento de las variables de los indicadores para su medición. Entre las variables la que más pesa es infraestructura cuando se desagrega la fórmula y en este sentido acá se ha invertido bastante en los años anteriores en equipamiento y no ha movido el indicador”, comentó una funcionaria de la Alcaldía de Valledupar, que prefirió omitir su nombre.
De acuerdo a la fuente, en la capital del Cesar no hay nuevos inversionistas, nuevas industrias o nuevas empresas que dinamicen lo que podría ser una ciudad competitiva. Aseguró que todo quedó rezagado con la explotación minera. La gente no se dedicó a sembrar como antes que por hectáreas daban 3 y 4 toneladas de algodón; sacaban sorgo, café y exportaban ganado vacuno, pero esto ya no se percibe.
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En este sentido, el secretario de Planeación del Cesar, Luis Mendoza, lamentó el hecho que en la región no exista la Comisión Regional de Competitividad que agremiaba la academia, el sector público, empresas y sociedad civil para monitorear el mejoramiento de esos indicadores con planes de trabajo.
“Esa masa crítica de pensadores, investigadores, académicos, empresarios innovadores ha venido languideciendo. Se ha perdido no solo el liderazgo sino el norte. Algunos lamentan el que se haya debilitado, quizás, olvidado, aquel criterio orientador que define la competitividad como aquel proceso en el que se hace igual con menos esfuerzo o más como el mismo esfuerzo”, comentó.
Añadió: “El hecho que las exportaciones estén concentradas en carbón, que no existan empresas o asociatividad sino individualismo influyen para que la ciudad esté estancada. De la misma manera, es necesario la educación pertinente y de calidad, como la necesidad de impulsar la innovación, la ciencia y la tecnología incorporándolas a los sectores productivos”, subrayó.
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De acuerdo con los pilares analizados en esta medición, a Valledupar le fue así: infraestructura y equipamiento (4.42), adopción de TIC (4.76), sostenibilidad ambiental (3.36), salud (5.59), educación básica y media (5.91), educación superior y formación para el trabajo (3.51), entorno para los negocios (6.94), mercado laboral (3.83), sistema financiero (3.09), tamaño del mercado (6.61), sofisticación y diversificación (4.11), innovación y dinámica empresarial (2.04).
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN
[email protected]