Definitivamente, Valledupar está desarrollando una zona muy bien definida para el desarrollo del turismo empresarial.
Definitivamente, Valledupar está desarrollando una zona muy bien definida para el desarrollo del turismo empresarial, la cual comienza en la glorieta de la Pilonera Mayor y se extiende geográficamente a toda la zona norte de la Sierra Nevada de Valledupar; con todo respeto no digo Sierra Nevada de Santa Marta porque los nevados embellecen es a nuestra tierra vallenata.
Se destacan sitios importantes como el Parque de la Leyenda, el Parque Lineal Hurtado, la Sirena Vallenata, el Club Campestre, Mirador el Eccehomo, el Cerro Murillo y toda esa topografía que nos lleva a disfrutar de La Ventana Marroncita en La Junta, sin olvidar las tinajas de Guacoche; el ambiente gastronómico de Patillal, las piedras sobrepuestas y con cortes extraños que pareciera un parque, del corregimiento de La Mina; las artesanías, su arte en dulces y panela, su música autóctona de la gaita, el chicote, el baile de las cucambas y la visita a la piedra blanca donde con solo empinarse se puede tocar la luna en los meses de diciembre; las aguas frías de los ríos, incluido el pozo azul en el corregimiento de Guatapurí y su recorrido hasta el corregimiento de Chemesquemena.
Todo ello acompañado del fresco de la sierra, su riqueza étnica y cultural reflejada, en los bailes tradicionales que engalanan a los visitantes y que se hacen con soltura natural y espontánea y encantadora propia de una gente golpeada por la violencia de todos los lares, pero resistente desde el pasado histórico desde cuando fue descubierta.
Mi propuesta de hoy es ambientar la idea, de construir pequeñas cosas, al estilo de René Chisco, o de cualquier otro que haya tomado la iniciativa de ejecutar cosas pequeñas en los territorios, como sería extender el puente Hurtado, con figura de mirador como otro atractivo adicional del Parque Lineal Hurtado, obra que deberá ser calculada y proyectada por la ingeniería especializada, estando seguro de convertirse en parte del paseo, especialmente en las noches, para extender la vista hacia el sur de esas corrientes de aguas cristalinas que por allí corren; como también los raudos de su fuerza de volumen de agua, en las épocas de invierno.
Mi propuesta es una interpretación de lo que la misma comunidad hace diariamente, al apostarse de manera incómoda y peligrosa en ese lugar y que cualquiera que por allí circule puede comprobarlo. En esta etapa de la discusión del Plan de Desarrollo de la ciudad, podría contemplarse esta atrevida idea.
Para quienes no conocen la historia del puente, este se construyó en los albores del año 50, dirigido por ingeniero civil de la región apellido Morón, y recientemente se hizo la ampliación de doble carril. Lo que no precisa la historia aún es el homenaje de qué personaje se le dio el nombre de Hurtado, por lo tanto habrá que investigar este dato histórico que está en especulación sin precisión alguna; como la canción vallenata del Pilón : “A quien se la canta aquí, a quien se le dan las gracias, a los que vienen de afuera o a los dueños de la casa”. ¿Quién me escucha? ¿Me oyen?
Definitivamente, Valledupar está desarrollando una zona muy bien definida para el desarrollo del turismo empresarial.
Definitivamente, Valledupar está desarrollando una zona muy bien definida para el desarrollo del turismo empresarial, la cual comienza en la glorieta de la Pilonera Mayor y se extiende geográficamente a toda la zona norte de la Sierra Nevada de Valledupar; con todo respeto no digo Sierra Nevada de Santa Marta porque los nevados embellecen es a nuestra tierra vallenata.
Se destacan sitios importantes como el Parque de la Leyenda, el Parque Lineal Hurtado, la Sirena Vallenata, el Club Campestre, Mirador el Eccehomo, el Cerro Murillo y toda esa topografía que nos lleva a disfrutar de La Ventana Marroncita en La Junta, sin olvidar las tinajas de Guacoche; el ambiente gastronómico de Patillal, las piedras sobrepuestas y con cortes extraños que pareciera un parque, del corregimiento de La Mina; las artesanías, su arte en dulces y panela, su música autóctona de la gaita, el chicote, el baile de las cucambas y la visita a la piedra blanca donde con solo empinarse se puede tocar la luna en los meses de diciembre; las aguas frías de los ríos, incluido el pozo azul en el corregimiento de Guatapurí y su recorrido hasta el corregimiento de Chemesquemena.
Todo ello acompañado del fresco de la sierra, su riqueza étnica y cultural reflejada, en los bailes tradicionales que engalanan a los visitantes y que se hacen con soltura natural y espontánea y encantadora propia de una gente golpeada por la violencia de todos los lares, pero resistente desde el pasado histórico desde cuando fue descubierta.
Mi propuesta de hoy es ambientar la idea, de construir pequeñas cosas, al estilo de René Chisco, o de cualquier otro que haya tomado la iniciativa de ejecutar cosas pequeñas en los territorios, como sería extender el puente Hurtado, con figura de mirador como otro atractivo adicional del Parque Lineal Hurtado, obra que deberá ser calculada y proyectada por la ingeniería especializada, estando seguro de convertirse en parte del paseo, especialmente en las noches, para extender la vista hacia el sur de esas corrientes de aguas cristalinas que por allí corren; como también los raudos de su fuerza de volumen de agua, en las épocas de invierno.
Mi propuesta es una interpretación de lo que la misma comunidad hace diariamente, al apostarse de manera incómoda y peligrosa en ese lugar y que cualquiera que por allí circule puede comprobarlo. En esta etapa de la discusión del Plan de Desarrollo de la ciudad, podría contemplarse esta atrevida idea.
Para quienes no conocen la historia del puente, este se construyó en los albores del año 50, dirigido por ingeniero civil de la región apellido Morón, y recientemente se hizo la ampliación de doble carril. Lo que no precisa la historia aún es el homenaje de qué personaje se le dio el nombre de Hurtado, por lo tanto habrá que investigar este dato histórico que está en especulación sin precisión alguna; como la canción vallenata del Pilón : “A quien se la canta aquí, a quien se le dan las gracias, a los que vienen de afuera o a los dueños de la casa”. ¿Quién me escucha? ¿Me oyen?