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Columnista - 13 junio, 2020

Toque de queda

Recuerdan los mayores que en 1970, una noche de abril, Carlos Lleras Restrepo, señalaba: “Son las ocho de la noche (mirando su reloj). A las nueve de la noche no debe haber gente en las calles. El toque de queda se hará cumplir de manera rigurosa y quien salga a la calle lo hará por […]

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Recuerdan los mayores que en 1970, una noche de abril, Carlos Lleras Restrepo, señalaba: “Son las ocho de la noche (mirando su reloj). A las nueve de la noche no debe haber gente en las calles. El toque de queda se hará cumplir de manera rigurosa y quien salga a la calle lo hará por su cuenta y riesgo”. Aunque las circunstancias son distintas y los tiempos han cambiado el toque de queda como medida excepcional de prohibición o restricción de circular libremente por las calles de una ciudad y/o permanecer en lugares públicos, tiene plena legitimidad.

En circunstancias normales, considero que cualquier medida que limite la movilidad de las personas no tiene razón de ser, cualquier acto de gobierno, indistintamente que sea del orden nacional, departamental o municipal así este legitimado que implique autoritarismo me gusta poco; pero también soy consciente que, en momentos complejos y excepcionales, no es posible proceder como si estuviéramos en una situación común y corriente.

Los actuales gobernantes, que dicho sea de paso muchos son jóvenes, también entienden lo que implica gobernar con responsabilidad y proteger a la población, seguramente no dicen las cosas, con un: “A las nueve de la noche no debe haber gente en las calles”, les gusta socializar, pero eso no hace que no tengan capacidad de tomar decisiones, tampoco que les tiemble el pulso. Muchos saben razonar y no hablan entre líneas; de hecho, son cercanos a la ciudadanía y evitan que los traten de doctor o señor, lo normal es que los llamen por su nombre de pila, o el sobrenombre.  

Nada tiene de malo un toque de queda, cuando busca el cuidado de la población. Nada de arbitrario tiene el toque de queda cuando lo que se busca es proteger el interés general, el de una comunidad. Se entiende que la permanencia de los habitantes únicamente en sus hogares, no es un asunto fácil, pero también se entiende que estas medidas, en la actualidad en cualquier municipio, ciudad o departamento son tomadas por el incremento de contagios y muertes por covid-19. Claro las excepciones de necesidad o urgencia, son necesarias y además de consagrarse deben ser también objeto de respeto por parte de la autoridad.

La indisciplina, es caldo de cultivo, para las afectaciones en salud pública, los reportes del Instituto Nacional de Salud dan cuenta del aumento de contagios en muchos lugares del país; el no estar respetando la cuarentena ha llevado a brotes del coronavirus.

“Toque de queda y ley seca en Atlántico durante puentes festivos de junio”, tituló un medio de comunicación; así de claro, el departamento donde está la ciudad con mayor proyección empresarial y comercial, al margen de su desarrollo le tocó asumir esta medida, y eso que ellos vienen siendo ejemplo y la verdad el único lugar que el país reconoce como sorpresa caribe.

No es necesario que, a lo Carlos Lleras Restrepo, un mandatario salga por televisión, señalando su reloj para mostrar la hora en la que todas las personas debemos estar en nuestras residencias, para que respetemos el toque de queda y la decisión de la autoridad, se trata de que los ciudadanos entendamos que, así como tenemos derechos, existen deberes.

Columnista
13 junio, 2020

Toque de queda

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Antonio Spto Murgas

Recuerdan los mayores que en 1970, una noche de abril, Carlos Lleras Restrepo, señalaba: “Son las ocho de la noche (mirando su reloj). A las nueve de la noche no debe haber gente en las calles. El toque de queda se hará cumplir de manera rigurosa y quien salga a la calle lo hará por […]


Recuerdan los mayores que en 1970, una noche de abril, Carlos Lleras Restrepo, señalaba: “Son las ocho de la noche (mirando su reloj). A las nueve de la noche no debe haber gente en las calles. El toque de queda se hará cumplir de manera rigurosa y quien salga a la calle lo hará por su cuenta y riesgo”. Aunque las circunstancias son distintas y los tiempos han cambiado el toque de queda como medida excepcional de prohibición o restricción de circular libremente por las calles de una ciudad y/o permanecer en lugares públicos, tiene plena legitimidad.

En circunstancias normales, considero que cualquier medida que limite la movilidad de las personas no tiene razón de ser, cualquier acto de gobierno, indistintamente que sea del orden nacional, departamental o municipal así este legitimado que implique autoritarismo me gusta poco; pero también soy consciente que, en momentos complejos y excepcionales, no es posible proceder como si estuviéramos en una situación común y corriente.

Los actuales gobernantes, que dicho sea de paso muchos son jóvenes, también entienden lo que implica gobernar con responsabilidad y proteger a la población, seguramente no dicen las cosas, con un: “A las nueve de la noche no debe haber gente en las calles”, les gusta socializar, pero eso no hace que no tengan capacidad de tomar decisiones, tampoco que les tiemble el pulso. Muchos saben razonar y no hablan entre líneas; de hecho, son cercanos a la ciudadanía y evitan que los traten de doctor o señor, lo normal es que los llamen por su nombre de pila, o el sobrenombre.  

Nada tiene de malo un toque de queda, cuando busca el cuidado de la población. Nada de arbitrario tiene el toque de queda cuando lo que se busca es proteger el interés general, el de una comunidad. Se entiende que la permanencia de los habitantes únicamente en sus hogares, no es un asunto fácil, pero también se entiende que estas medidas, en la actualidad en cualquier municipio, ciudad o departamento son tomadas por el incremento de contagios y muertes por covid-19. Claro las excepciones de necesidad o urgencia, son necesarias y además de consagrarse deben ser también objeto de respeto por parte de la autoridad.

La indisciplina, es caldo de cultivo, para las afectaciones en salud pública, los reportes del Instituto Nacional de Salud dan cuenta del aumento de contagios en muchos lugares del país; el no estar respetando la cuarentena ha llevado a brotes del coronavirus.

“Toque de queda y ley seca en Atlántico durante puentes festivos de junio”, tituló un medio de comunicación; así de claro, el departamento donde está la ciudad con mayor proyección empresarial y comercial, al margen de su desarrollo le tocó asumir esta medida, y eso que ellos vienen siendo ejemplo y la verdad el único lugar que el país reconoce como sorpresa caribe.

No es necesario que, a lo Carlos Lleras Restrepo, un mandatario salga por televisión, señalando su reloj para mostrar la hora en la que todas las personas debemos estar en nuestras residencias, para que respetemos el toque de queda y la decisión de la autoridad, se trata de que los ciudadanos entendamos que, así como tenemos derechos, existen deberes.