Las precarias condiciones de algunos colegios del municipio de San Diego impidieron la continuidad de la presencialidad en los planteles educativos ante las deficiencias en servicios básicos como agua potable.
La virtualidad impulsó la incorporación de lenguajes tecnológicos, plataformas digitales para el trabajo compartido y la utilización de las tecnologías de la información para compartir de manera interactiva las ciencias del conocimiento en las instituciones educativas del Cesar.