Es uno de los mitos más representativos de Valledupar.
La estatua rinde homenaje a una historia que por décadas se ha repetido entre distintas generaciones y que aflora con su misticismo durante la época de Semana Santa, cuando se supone que ocurrió el encanto que convirtió a una niña en ninfa.
Tres vallenatas que ejercen sus labores como guías turísticas han desarrollado una estrategia de vender al municipio, en materia de este tema, en todo los rincones de Colombia.