Me entregó su cabás y nos dirigimos a la sala donde permanecían las mujeres que fueron a buscarme a la escuela. Estaban inclinadas y miraban hacia el suelo. Las escuché orar, sus voces producían un sonido ronco y continuo.
El objetivo principal de esta crónica es dar otra oportunidad de que se conozca quien fue, José Gregorio Hernández Cisneros. Un médico científico con profundo ascetismo y divina devoción a la religión católica que, en Venezuela, su país de origen, lo honran con el apodo de ‘El médico de los pobres’, por su espíritu bondadoso con permanente voluntad para atender a los enfermos sin recursos pecuniarios, generosidad que trascendió más allá de las fronteras venezolanas y que todavía, a muchas personas, para recordarlo les siguen poniendo su nombre.
El doctor José Gregorio Hernández ya es beato, así lo anunció la página oficial del Vaticano. Festeja el pueblo venezolano.