COLUMNISTA

El Paseo

Por: Julio Oñate Martínez Cuando el maestro Pacho Galán en 1944 escribió el arreglo musical del Compai Chipuco de Chema Gómez que grabó la orquesta emisora Atlántico Jazz Band el tema fue  rotulado como son vallenato ya que genéricamente así se denominaba toda la música que florecía en la provincia y que fuera diferente a […]

Por: Julio C.

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Por: Julio Oñate Martínez

Cuando el maestro Pacho Galán en 1944 escribió el arreglo musical del Compai Chipuco de Chema Gómez que grabó la orquesta emisora Atlántico Jazz Band el tema fue  rotulado como son vallenato ya que genéricamente así se denominaba toda la música que florecía en la provincia y que fuera diferente a la puya.
Esta apreciación es confirmada por Toño Salas ( Q.E.P.D), en entrevista lograda con en 1992 al tratar este asunto: aquí en la provincia por allá en los años 30 y 40 a todo lo que hacíamos le decíamos son, inclusive al merengue,  ya a partir de los cincuenta se comenzó a llamar paseo a las canciones que tenían un coro, por ejemplo, Cállate Corazón de Tobías Enrique, El Testamento del maestro “Rafa’ y Por ella de Montaño.

Sin embargo siguiendo las huellas más antiguas de nuestra discografía encontramos que en la pasta de 78 R.P.M N° 76-767 del sello argentino Odeón registra como paseo el tema Las cosas de las mujeres, de Abel Antonio Villa, grabado con el acompañamiento de la guitarra de Guillermo Buitrago en los estudios de esta disquera en Barranquilla, a mediados de 1944.
Continuando ya en el 47 ubicamos la histórica grabación Toño Miranda en el Valle autoría de Buitrago y que fue realizada por el dúo Fortich y Valencia para la R.C.A Víctor Argentina, donde – por primera vez- se identifica un canto provinciano como paseo vallenato.
En 1948 destacamos al maestro Rafael Escalona como el primer compositor vallenato que en uno de sus cantos hace alusión al paseo, “como es estudiante ya se va Escalona, pero de recuerdo te deja un paseo” (El Testamento).
Como vemos la aparición del término es relativamente nueva y parece estar relacionada, según el criterio de Chema Gómez con aquella costumbre del ayer de organizar paseos, campestres amenizados por un conjunto de acordeón que interpretaba la música de los primeros compositores, aunque hay quienes afirman que la palabra paseo nació de la forma de bailar paseao y así del movimiento paso a designar el aire.
El artista y musicólogo guajiro Roger Bermúdez nos dice que el ritmo del paseo tradicional está influenciado por aires nativos y se escribe a cuatro tiempos ya sea de corte narrativo o romántico.
El paseo en su estructura interna no tiene medidas fijas para los versos y la forma de ordenarlos, pues se combinan libremente pero ajustándose con rigor a las reglas de la rima y la métrica, caracteres estos heredados del romance español.
La cuarteta de versos octosílabos fue la forma de versificación empleada en los paseos más antiguos, como: La Estrella de Juan Muñoz, Carmen Díaz del Viejo Mile, La Primavera Florecía de Moralito; pero, posteriormente en este proceso natural de evolución comenzaron a construirse con versos de arte mayor, o Alejandrinos  que comúnmente manejan los autores contemporáneos. Amor sensible, El campesino parrandero, A mi no me consuela nadie, Que vaina las mujeres, El rey del Valle, Mis Vacaciones son claros ejemplos de esto.

De todos los ritmos del folclor vallenato es el paseo el más cultivado y sus mensajes inicialmente de corte narrativo, abarcan una gran variedad de temas que pueden contar un suceso personal o regional, declarar un sentimiento de amor, de amistad, compadrazgo o afecto por la tierra natal o pueden contar aspectos de la vida del compositor, pero siempre ligado a la realidad.
El folclorólogo Guillermo Abadía Morales es su Compendio General sobre el Folclor Colombiano, publicado en 1970, al referirse al paseo nos dice que este es un periódico cantado ya que al contar un hecho de la vida real conserva un orden lineal en el recuento del episodio.
Por otra parte, el escritor guajiro Juan Cataño Bracho nos evidencia en su obra El Canto Vallenato, que el paseo es arte y comunicación.
La gran mayoría de los éxitos que ha impuesto el vallenato tradicional se han hecho en ritmo de paseo, pero con mucha preocupación hemos venido observando que a partir de la nueva ola musical, diferente a lo que sería la nueva ola del vallenato, los éxitos más resonantes que se interpretan con acordeón están muy distantes de nuestra música tradicional, esa que ha hecho grande el nombre de Colombia en el mundo entero.
Aparecerán jóvenes figuras en nuestro panorama que se atrevan a tomar la senda de lo auténtico o tendremos que resignarnos a vivir de las glorias del ayer.
A mi tóquenme un paseo.

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