La historia dicta que el acordeón llegó a Colombia a finales del siglo XIX, siendo La Guajira un lugar trascendental.
Cualquiera de los diferentes ritmos del vallenato fue utilizado por ‘Alejo’ para enarbolar su acordeón en sentidos cantos, pero sin duda es de todos el más notable la puya ‘Pedazo de acordeón’.
En Plato reclaman que fue el primer sitio donde llegó este instrumento, basan este argumento en que fue el principal puerto de las embarcaciones que transportaban la pulpa del bálsamo hacia Barranquilla, y después rumbo al exterior.
En sus inicios, en esta región el acordeón fue un aparejo completamente rural para recrear y fortalecer relaciones afectivas en esas otrora colectividades. Con el tiempo ese melodeón comunicativo rompió barreras sociales, religiosas, étnicas, literarias y hasta protocolos de Estado.