Por: Giomar Lucía Guerra Bonilla
La herida que siempre llevo en el alma no cicatriza,
inevitable me marca la pena que es infinita,
quisiera volar muy lejos muy lejos sin rumbo fijo,
buscar un lugar del mundo sin odio vivir tranquilo (Gustavo Gutiérrez C)
Doce canciones han sido seleccionadas para el disco del programa musical La Voz Colombia, donde se buscan colombianos con el mejor talento vocal, por eso allí están cuatro grandes estrellas de la música que se encargan de encontrar y entrenar a la siguiente Gran Voz de Colombia. En el momento están en la tercera etapa que son los Shows en vivo.
Como estímulo antes de selecciona al ganador único de La Voz, grabarán un disco con doce canciones de cantantes internacionales y una de las canciones elegidas es “Sin medir distancias” de nuestro reconocido y querido cantautor vallenato “Gustavetas” como cariñosamente lo denominaba el maestro Jaime Molina Maestre a quien-según afirmó- le debe el iniciar sus conciertos declamando los primeros versos de sus composiciones musicales.
La canción escogida, es una de las más bellas de su repertorio. Como alguien dijo sobre los cuentos de Christian Andersen, no tiene pieza mala. La canción elegida fue : Sin medir distancias, grabada por quien el denomina el Monstruo de la canción: Diomedes Díaz, en el álbum: Brindo con el alma, 1986. El Cacique de La Junta, es el mensajero de esta composición con la que nos llena de alegría y nostalgia e ilumina nuestras mentes y el escenario con esta bella interpretación que después grabó con Jorge Celedón en “Celebremos Juntos.”
. La interpretó en La Voz Colombia, el concursante Iván Quiroga del grupo coordinado por Carlos Vives a quien además le incluyen otra canción que cantó Giovana Giacometo barranquillera.
Otras canciones seleccionadas son: Esta vida loca, la quiero a morir, lo grande que es, el amor que soñé, Me va a extrañar, Yo no sé mañana, Me cuesta tanto olvidarte, Sin medir distancias A tu manera. Concursantes de los grupo de Ricardo Montaner, Fanny Lú y Andrés Cepeda.
Sin medir distancias de Gustavo Gutiérrez Cabello, quien adoptó por los años 60 la poética con que su mente imprimía, trasluciendo una pena en el alma, un estilo de y para componer con musicalidad y métrica propias, donde declaraba sus amores. El sentimiento traducido en desengaños y añoranzas de su tierra, que definió una época, creando así un nuevo sendero al folclor vallenato al introducir el género lírico romántico a la música vallenata, que venía incursionando por la narrativa, la crónica, relatos de anécdotas y sucesos de la provincia, herencia que preservamos, para ponerla a sonar como un poema a los acordes de la poesía que traducen las penas del alma.











