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Comunidad - 13 enero, 2020

“Si los caballos hablaran”: Luz Melia Quintero

La ejecución de unos recursos aprobados durante el gobierno de Augusto Ramírez Uhía para un sector de los más de 350 carromuleros de Valledupar aún sigue siendo un sueño para este sector que hace vida en la ciudad.

FOTO/NÉSTOR DE ÁVILA.
FOTO/NÉSTOR DE ÁVILA.

Así como la jáquima frena la rienda de los caballos, de esa misma forma se detuvieron los $343.050.000 para la sustitución de vehículos bajo el proyecto “Sustitución de la actividad económica de las personas dedicadas al servicio de transporte informal de carga en vehículos de tracción animal en su (segunda fase) y fortalecimiento a emprendimientos adscritos en el municipio de Valledupar”, presupuesto que transformaría la vida de un grupo de carromuleros que, día a día, ven en este viejo y rural oficio la opción de generar ingresos para la sostenibilidad económica de sus familias.

La situación que gira en torno a estos hombres y mujeres que junto a un caballo y una estructura a base de un eje de rodamiento, dos llantas y tablas, todos los días desde las cinco de la mañana son vistos recorriendo la ciudad. La problemática de esta población hasta ahora no parece tener solución alguna.

Lee también: Caballos en Valledupar quedan atrapados en rejillas pluviales

Tenemos 12 años de estar en esta lucha, el animal no tiene dónde comer porque no hay una finca adecuada donde puedan pasar la noche los caballos, los potreros están secos por la temporada de verano y los animales están muriendo en la calle por la temperatura, le están dando infartos y otros han quedado accidentados con sus extremidades en las alcantarillas”, expresó Luz Melia Quintero, representante de la Asociación de Carromuleros de Valledupar.

Vivimos de un escombro o de una basura”, agregó.

Quintero expresó estar consciente de que hay personas que les dan un trato inhumano a estos animales. “No somos todos, hay quienes hacemos uso de estos animales como único medio de apoyo para generar ingresos para nuestra familia”.

Muy difícilmente producimos para nosotros, escenario que nos imposibilita darle un mantenimiento adecuado a los caballos, por tal razón algunos están muy flacos, otros casi enfermos, todos tenemos corazón y sentimos, a ellos lo único que le falta es hablar como cualquier ser humano”.

La Alcaldía siempre que íbamos nos decían ya solucionamos el vertedero de basura, a mí la Policía me quitó el caballo yo tengo la denuncia, porque el caballo llevaba un poquito de escombro y no tenía donde arrojarlo, yo la tiré en un lote invadido que estaba solo, cuando salí el caballo se me resbaló, me lo quitó la Policía y más nunca me lo volvieron a entregar, me dijeron que se había muerto”, comentó la representante del grupo de carromuleros.

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Este programa presentado y evaluado por la Oficina Asesora de Planeación Municipal, quien conceptuó que técnica, económica, financiera, ambiental e institucionalmente, el proyecto cumplía con los criterios de viabilidad y elegibilidad discutidos en el trigésimo cuarto comité de priorización realizado el tres de octubre de 2019, donde a través del registro en el banco de Programas se disponía de un total de $674.330.955, de los cuales el valor priorizado y solicitado al municipio fue de $343.050.000 para la sustitución de vehículos; $270.000.000 para el fortalecimiento a nuevos emprendedores y $34.280.955 destinados al apoyo a emprendedores adscritos, los posibles beneficiarios siguen a la espera de que los recursos sean ejecutados, según Luz Melia Quintero.

Antonio Mercado, desde el año 1981, viene dedicándose al oficio del carromulero, este trabajador quien depende del traslado de los residuos sólidos hasta hace tres meses dependió de los recorridos diarios que hacía en su medio de transporte, jornada que iniciaba desde las cinco de la mañana hasta altas horas de la noche cuando aún no había conseguido nada de alimentos para llevar al hogar.

Yo tengo unos hijos y son los que me dan la comida, es lo único”, expresó Mercado entre lágrimas y en medio de sus compañeros de trabajo. El afectado agregó que su animal pudo ser víctima de las altas temperaturas que se viven en la ciudad y que trajo como consecuencia la muerte de su caballo producto de un infarto.

La población afectada diariamente recorre varios kilómetros, se les refleja el cansancio en sus rostros y el abandono en su vestimenta. Hombres y mujeres quienes en su mayoría superan los 60 años de edad aún siguen empuñando las riendas de la esperanza para no formar parte de los casi diez carromuleros que fallecieron en el 2019 esperando una ayuda que no ha llegado como en la obra de Gabriel García Márquez, ‘El coronel no tiene quien le escriba’.

Otra de las historias de estos valientes luchadores de la ecología de la ciudad es la de Luis Alfonso Luna, quien a sus 35 años ha hecho de las riendas un instrumento que guíe la posibilidad de generar ingresos para el sostenimiento de su familia. “Ya casi lo que uno se gana no alcanza, todo se ha puesto muy difícil”.

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Luna mencionó que desde hace 10 años los viajes en carromula han disminuido y que hoy en día sólo se hacen entre dos o tres traslados.

El grupo de servidores del aseo informal concertaron que esta problemática va acabar cuando haya un alcalde que se disponga a terminar con los carromula.

Así cómo sacan para una remodelación de una plaza con una cantidad de recursos o para un parque con 10.000 millones de pesos, por qué no sacan todos los carromula de Valledupar y acaban con la problemática”.

POR: JORGE LÓPEZ / El Pilón
[email protected]

Comunidad
13 enero, 2020

“Si los caballos hablaran”: Luz Melia Quintero

La ejecución de unos recursos aprobados durante el gobierno de Augusto Ramírez Uhía para un sector de los más de 350 carromuleros de Valledupar aún sigue siendo un sueño para este sector que hace vida en la ciudad.


FOTO/NÉSTOR DE ÁVILA.
FOTO/NÉSTOR DE ÁVILA.

Así como la jáquima frena la rienda de los caballos, de esa misma forma se detuvieron los $343.050.000 para la sustitución de vehículos bajo el proyecto “Sustitución de la actividad económica de las personas dedicadas al servicio de transporte informal de carga en vehículos de tracción animal en su (segunda fase) y fortalecimiento a emprendimientos adscritos en el municipio de Valledupar”, presupuesto que transformaría la vida de un grupo de carromuleros que, día a día, ven en este viejo y rural oficio la opción de generar ingresos para la sostenibilidad económica de sus familias.

La situación que gira en torno a estos hombres y mujeres que junto a un caballo y una estructura a base de un eje de rodamiento, dos llantas y tablas, todos los días desde las cinco de la mañana son vistos recorriendo la ciudad. La problemática de esta población hasta ahora no parece tener solución alguna.

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Tenemos 12 años de estar en esta lucha, el animal no tiene dónde comer porque no hay una finca adecuada donde puedan pasar la noche los caballos, los potreros están secos por la temporada de verano y los animales están muriendo en la calle por la temperatura, le están dando infartos y otros han quedado accidentados con sus extremidades en las alcantarillas”, expresó Luz Melia Quintero, representante de la Asociación de Carromuleros de Valledupar.

Vivimos de un escombro o de una basura”, agregó.

Quintero expresó estar consciente de que hay personas que les dan un trato inhumano a estos animales. “No somos todos, hay quienes hacemos uso de estos animales como único medio de apoyo para generar ingresos para nuestra familia”.

Muy difícilmente producimos para nosotros, escenario que nos imposibilita darle un mantenimiento adecuado a los caballos, por tal razón algunos están muy flacos, otros casi enfermos, todos tenemos corazón y sentimos, a ellos lo único que le falta es hablar como cualquier ser humano”.

La Alcaldía siempre que íbamos nos decían ya solucionamos el vertedero de basura, a mí la Policía me quitó el caballo yo tengo la denuncia, porque el caballo llevaba un poquito de escombro y no tenía donde arrojarlo, yo la tiré en un lote invadido que estaba solo, cuando salí el caballo se me resbaló, me lo quitó la Policía y más nunca me lo volvieron a entregar, me dijeron que se había muerto”, comentó la representante del grupo de carromuleros.

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Este programa presentado y evaluado por la Oficina Asesora de Planeación Municipal, quien conceptuó que técnica, económica, financiera, ambiental e institucionalmente, el proyecto cumplía con los criterios de viabilidad y elegibilidad discutidos en el trigésimo cuarto comité de priorización realizado el tres de octubre de 2019, donde a través del registro en el banco de Programas se disponía de un total de $674.330.955, de los cuales el valor priorizado y solicitado al municipio fue de $343.050.000 para la sustitución de vehículos; $270.000.000 para el fortalecimiento a nuevos emprendedores y $34.280.955 destinados al apoyo a emprendedores adscritos, los posibles beneficiarios siguen a la espera de que los recursos sean ejecutados, según Luz Melia Quintero.

Antonio Mercado, desde el año 1981, viene dedicándose al oficio del carromulero, este trabajador quien depende del traslado de los residuos sólidos hasta hace tres meses dependió de los recorridos diarios que hacía en su medio de transporte, jornada que iniciaba desde las cinco de la mañana hasta altas horas de la noche cuando aún no había conseguido nada de alimentos para llevar al hogar.

Yo tengo unos hijos y son los que me dan la comida, es lo único”, expresó Mercado entre lágrimas y en medio de sus compañeros de trabajo. El afectado agregó que su animal pudo ser víctima de las altas temperaturas que se viven en la ciudad y que trajo como consecuencia la muerte de su caballo producto de un infarto.

La población afectada diariamente recorre varios kilómetros, se les refleja el cansancio en sus rostros y el abandono en su vestimenta. Hombres y mujeres quienes en su mayoría superan los 60 años de edad aún siguen empuñando las riendas de la esperanza para no formar parte de los casi diez carromuleros que fallecieron en el 2019 esperando una ayuda que no ha llegado como en la obra de Gabriel García Márquez, ‘El coronel no tiene quien le escriba’.

Otra de las historias de estos valientes luchadores de la ecología de la ciudad es la de Luis Alfonso Luna, quien a sus 35 años ha hecho de las riendas un instrumento que guíe la posibilidad de generar ingresos para el sostenimiento de su familia. “Ya casi lo que uno se gana no alcanza, todo se ha puesto muy difícil”.

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Luna mencionó que desde hace 10 años los viajes en carromula han disminuido y que hoy en día sólo se hacen entre dos o tres traslados.

El grupo de servidores del aseo informal concertaron que esta problemática va acabar cuando haya un alcalde que se disponga a terminar con los carromula.

Así cómo sacan para una remodelación de una plaza con una cantidad de recursos o para un parque con 10.000 millones de pesos, por qué no sacan todos los carromula de Valledupar y acaban con la problemática”.

POR: JORGE LÓPEZ / El Pilón
[email protected]