No conozco a nadie resentido que tenga buena salud y que sea feliz, se documenta en estudios de psicología y psiquiatría, pero los hay a granel, y se escudan para desvirtuar los argumentos del contrario, creyéndose depositarios de la verdad, lo que explica que los resentidos sociales pueden estar a la izquierda o a la […]
No conozco a nadie resentido que tenga buena salud y que sea feliz, se documenta en estudios de psicología y psiquiatría, pero los hay a granel, y se escudan para desvirtuar los argumentos del contrario, creyéndose depositarios de la verdad, lo que explica que los resentidos sociales pueden estar a la izquierda o a la derecha de Dios padre, pero son estigmatizados de acuerdo a la escala económica y sociocultural.
La felicidad consiste en tener buena salud y mala memoria para olvidar las ofensas y apelar al perdón como un acto de amor y de humildad.
Hay que asumir la vida con humor para evitar conflictos y disgustos por malos entendidos, gestos y comentarios desagradables: Principio de Hanlon, consejo que debe acoger la senadora María Fernanda Cabal, quien se dejó torear cuando despuntaba el gobierno del Cambio.
La exministra de Cultura, Patricia Ariza Flórez, posesionó a la directora del Archivo General “Por las diosas del Olimpo”, pero la Cabal enfureció porque el juramento tradicional fue cambiado.
“¿Jura usted por Dios, por todas las diosas del Olimpo, por la patria y por la matria, cumplir y defender la Constitución y las leyes, y desempeñar los deberes que el cargo le impone?”, se le escucha a la ministra.
Y la funcionaria respondió: “Sí lo juro, especialmente por la matria, que está en lo más profundo de mi corazón”.
“Si así lo hiciere, que Dios y las diosas, la patria y la matria, se lo premien. Si no, que él y ella se lo demanden”. Eso se llama “equidad de género”, entre padre y madre, porque patria viene del latín pater que significa padre y matria madre”. Recordemos a la doctora Gala Pimienta, hoy en Canadá, quien se abanderó del tema años atrás como concejala de Valledupar.
En el mismo contexto hallamos la inteligencia emocional cuando tenemos la capacidad de expresar emociones, relacionarnos bien con nuestro entorno y transpirar cariño, diferente a la inteligencia artificial, que es una de las áreas más fascinantes y prometedoras de la tecnología actual. Permite que máquinas y dispositivos electrónicos realicen tareas que antes eran dominio exclusivo de los seres humanos. Y no solo tareas mecánicas, sino también tareas que requerían la actuación de profesionales especializados.
Entonces, se quiere rotular de resentido social a los estratos bajos, listando únicamente a las clases populares, sin mirar que a las élites también les embarga los mismos sentimientos de prosperidad y frustraciones para resentir de su propio entorno y descalificar a los que no pertenecen a su círculo social.
Resentido social los hay en todos los estratos, y de pronto llevan la batuta las altas familias, que son esclavas de los pergaminos y mentiras sociales, porque la posesión embota la mente, y en medio de su opulencia son unos fracasados y resentidos, graduados en ‘NI NI’: ni estudian, ni trabajan, ni rajan, ni prestan el hacha, pero se esmeran por una vida de ocio, deleites, aventuras y diversiones, lo que está consignado en el pensamiento de los filósofos epicúreos, que no fijaron sus esfuerzos en una meta alta y digna.
Miguel Aroca Yepes.
No conozco a nadie resentido que tenga buena salud y que sea feliz, se documenta en estudios de psicología y psiquiatría, pero los hay a granel, y se escudan para desvirtuar los argumentos del contrario, creyéndose depositarios de la verdad, lo que explica que los resentidos sociales pueden estar a la izquierda o a la […]
No conozco a nadie resentido que tenga buena salud y que sea feliz, se documenta en estudios de psicología y psiquiatría, pero los hay a granel, y se escudan para desvirtuar los argumentos del contrario, creyéndose depositarios de la verdad, lo que explica que los resentidos sociales pueden estar a la izquierda o a la derecha de Dios padre, pero son estigmatizados de acuerdo a la escala económica y sociocultural.
La felicidad consiste en tener buena salud y mala memoria para olvidar las ofensas y apelar al perdón como un acto de amor y de humildad.
Hay que asumir la vida con humor para evitar conflictos y disgustos por malos entendidos, gestos y comentarios desagradables: Principio de Hanlon, consejo que debe acoger la senadora María Fernanda Cabal, quien se dejó torear cuando despuntaba el gobierno del Cambio.
La exministra de Cultura, Patricia Ariza Flórez, posesionó a la directora del Archivo General “Por las diosas del Olimpo”, pero la Cabal enfureció porque el juramento tradicional fue cambiado.
“¿Jura usted por Dios, por todas las diosas del Olimpo, por la patria y por la matria, cumplir y defender la Constitución y las leyes, y desempeñar los deberes que el cargo le impone?”, se le escucha a la ministra.
Y la funcionaria respondió: “Sí lo juro, especialmente por la matria, que está en lo más profundo de mi corazón”.
“Si así lo hiciere, que Dios y las diosas, la patria y la matria, se lo premien. Si no, que él y ella se lo demanden”. Eso se llama “equidad de género”, entre padre y madre, porque patria viene del latín pater que significa padre y matria madre”. Recordemos a la doctora Gala Pimienta, hoy en Canadá, quien se abanderó del tema años atrás como concejala de Valledupar.
En el mismo contexto hallamos la inteligencia emocional cuando tenemos la capacidad de expresar emociones, relacionarnos bien con nuestro entorno y transpirar cariño, diferente a la inteligencia artificial, que es una de las áreas más fascinantes y prometedoras de la tecnología actual. Permite que máquinas y dispositivos electrónicos realicen tareas que antes eran dominio exclusivo de los seres humanos. Y no solo tareas mecánicas, sino también tareas que requerían la actuación de profesionales especializados.
Entonces, se quiere rotular de resentido social a los estratos bajos, listando únicamente a las clases populares, sin mirar que a las élites también les embarga los mismos sentimientos de prosperidad y frustraciones para resentir de su propio entorno y descalificar a los que no pertenecen a su círculo social.
Resentido social los hay en todos los estratos, y de pronto llevan la batuta las altas familias, que son esclavas de los pergaminos y mentiras sociales, porque la posesión embota la mente, y en medio de su opulencia son unos fracasados y resentidos, graduados en ‘NI NI’: ni estudian, ni trabajan, ni rajan, ni prestan el hacha, pero se esmeran por una vida de ocio, deleites, aventuras y diversiones, lo que está consignado en el pensamiento de los filósofos epicúreos, que no fijaron sus esfuerzos en una meta alta y digna.
Miguel Aroca Yepes.