La primera dama de  la Nación, Verónica Alcocer, ha generado un debate nacional sobre el papel que deben cumplir las esposas de los presidentes de Colombia, a causa de su participación en diferentes decisiones del Gobierno, viajes al exterior representando al país, e incluso por su forma de bailar. 

EL PILÓN dialogó sobre este tema con Diana García, presidenta de la Asociación de Primeras Damas de Colombia, organización creada hace 15 años, y quien ha estado por estos días como jurado en el 56° Festival de la Leyenda Vallenata. 

¿Qué análisis hace del papel que ha desempeñado Verónica Alcocer en el Gobierno nacional? Hay quienes lo cuestionan por no ser funcionaria, mientras que otros elogian sus acciones… 

Cada una de las gestoras sociales busca la manera de  impactar en los territorios. No es lo mismo ser gestora social de un municipio de sexta categoría que de un departamento, ya sea en la costa o en el interior del país, cada uno de ellos tiene sus prioridades y unos talentos que desarrollar y nosotras tenemos que velar para que puedan salir adelante. 

¿Cuál considera que debe ser el rol de estas mujeres en los diferentes gobiernos? 

La idea es agregar nuestras agendas sociales  al trabajo estructural que  los alcaldes  o gobernantes, que pueden ser esposo, hermano, primo o hijo, porque también hay gestoras sociales madres, vienen desarrollando en las administraciones. 

Desde Asodamas de Colombia, el objetivo es trabajar por esa mujer líder, cabeza de hogar, que ganan el mínimo, tienen talentos pero no son visibles, y tratar de buscar el mejoramiento de la calidad de vida de esas mujeres de base. Las primeras damas debemos velar por ellas, resaltarlas, y tratar de capacitarlas para que ese trabajo que vienen realizando a diario sea tecnificado y administrado para que tengan un sustento más sólido y no dependan de absolutamente nadie. Solo así se logra desarrollar la verdadera equidad de género. 

También se asocia la figura de la primera dama con la protección de la niñez, pero hay casos de machismo cuando las primeras damas no se concentran solo en ese ámbito, ¿usted cree que ese problema está vigente? 

Sí, con toda las poblaciones vulnerables que son: las mujeres, la infancia y la adolescencia, LGBTI, en condiciones de discapacidad y otros grupos. 

Sobre el machismo, pienso que es un sistema que debe cambiarse, no es fácil ser primera dama cuando tengo que dejar de lado mi empresa para hacer acompañamiento a mi esposo siendo consciente de que no existe un ingreso legal por parte de la Alcaldía porque no hay presupuesto para la gestora social municipal o departamental. 

Es pesado cuando tenemos nuestro hogar, cumplir compromisos laborales y triplicarnos para poder atender y acompañar las labores sociales a cambio de satisfacción personal, un “gracias” o una sonrisa. 

Precisamente algunas de las cuestiones hacia las gestoras sociales es que no son funcionarias y realizan acciones dentro de las administraciones, ¿cuál es la forma de trabajo que usted, por ejemplo, realiza en Villanueva, La Guajira? 

La forma de trabajar es hacerle acompañamiento a las diferentes dependencias de la administración. En el caso mío que estoy en un municipio de sexta categoría, uno es coequipera de las diferentes secretarías que tenemos siendo conocedores de que tenemos que colaborar sin manejo de presupuesto. 

¿Y qué pasa con las mujeres que no quieren asumir esos roles, como ha pasado en otras ciudades del país?

Absolutamente nada. Es una de las cosas que la población debe tener en cuenta al momento de la elección, que siempre se debe elegir un equipo de trabajo capacitado para que no tengamos 4 años de queja como normalmente sucede. 

Fue jurado de la categoría Acordeonera Menor del Festival Vallenato, ¿qué tal el nivel de las participantes? 

Estoy sorprendida con cómo esas niñas ejecutan el acordeón. No solo es La Guajira, el Cesar y el Caribe, es Colombia y el mundo pendiente de participar en un Festival Vallenato. 

Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN. 

@andreaguerraperiodista