Durante su visita a Valledupar, la exalcaldesa de Bogotá y precandidata presidencial, Claudia López, conversó con EL PILÓN sobre su recorrido por el Caribe, la crisis energética que enfrenta la región y sus propuestas para superarla. Con un tono crítico, López señaló los efectos de lo que considera una política equivocada del actual Gobierno y presentó su plan para reactivar la economía y garantizar la seguridad.
¿Cómo ha sido el recorrido por el Magdalena Medio, Cesar y La Guajira?
Ha sido maravilloso en términos de conexión con la gente, pero también muy revelador. Decidí empezar por esta zona porque el Caribe está viviendo un drama por culpa de una política energética errática. El presidente Petro no entendió que transición energética no es frenar de un golpe la industria del petróleo. En Barrancabermeja, por ejemplo, están sin empleo, sin ingresos y con una energía cada vez más costosa.
¿Qué encontró al llegar al Cesar?
Entré por San Alberto y pasé tres bloqueos: uno por el paro arrocero y dos por los constantes cortes de luz. Me senté con la gente a tomar tinto al borde de la carretera. Están cansados. Si esto estuviera pasando en Bogotá, Colombia estaría paralizada. Pero como ocurre en el Caribe, a nadie parece importarle. Allá en el Congreso se la pasan en peleas estériles mientras esta región sufre.
¿Cuál es su propuesta para solucionar los problemas energéticos?
Primero, debemos usar todos los recursos naturales que tenemos: petróleo, gas, carbón, viento, energía solar y geotérmica. Eso significa volver a explorar y explotar para obtener regalías. Segundo, esas regalías deben invertirse en rehacer la infraestructura energética del Caribe. No puede ser que se sigan despilfarrando en proyectos sin sentido o, peor, en corrupción.
Vamos a cambiar transformadores, cableado y a entregar paneles solares subsidiados a las familias. Así se reduce el consumo, se mejora el servicio y se pueden hacer mantenimientos sin dejar a la gente sin luz por horas.
El presidente Gustavo Petro también prometió paneles solares. ¿Por qué creerle a usted?
Porque sé cómo se financian. No es con discursos sino con recursos. Si volvemos a vender petróleo, gas y carbón, generamos regalías. Y propongo que esas regalías estén blindadas: se invierten en paneles solares y renovación de redes, no en politiquería.
¿Qué hará por la economía del Caribe?
Proponemos cuatro pilares. Vivienda: 800.000 soluciones habitacionales, que además generan empleo. Educación: un millón de becas universitarias. Cuidados: 1.000 manzanas del cuidado en todo el país, para que las mujeres puedan trabajar y estudiar mientras alguien cuida a quienes ellas cuidan. Y energía: infraestructura confiable y tarifas razonables para hogares y empresas.
Nadie va a invertir en una fábrica en el Caribe si la energía es inestable y costosa. Necesitamos energía confiable, tarifas justas y educación para una nueva economía.
¿Y en materia de seguridad?
Vi con mis propios ojos cómo el ELN detuvo una obra en la doble calzada entre Curumaní y La Mata. Incendiaron 25 máquinas. Eso no puede seguir. Propongo una contribución especial de los más ricos del país, como hizo Uribe en 2002, para fortalecer la seguridad y el desarrollo regional.
Necesitamos más policías, más soldados, inteligencia, tecnología, cárceles y un fiscal antimafia que les quite la plata a los delincuentes.
¿Por qué deberían creerle los colombianos?
Porque ya goberné. Fui alcaldesa de Bogotá y manejé el presupuesto más grande del país sin un solo escándalo de corrupción. Saqué adelante el metro, 60 colegios, 24 manzanas del cuidado, 78 mil becas. Sé gobernar y sé ejecutar. No vengo a prometer, vengo a comprometerme con resultados y experiencia.
Fuertes cuestionamientos del presidente hacia Cerrejón, la empresa de carbón más importante de La Guajira. ¿Qué haría usted en caso de llegar a la Presidencia?
El presidente Petro nos distrae todos los días con su charlatanería. Espanta la inversión y a las empresas. Yo seré clara: vamos a respetar a todos los empresarios, desde los pequeños tenderos hasta los mineros, agroindustriales y energéticos. A todos hay que darles reglas claras.
Vamos a seguir explotando carbón, porque lo necesitamos para nuestras térmicas y también para exportar. Pero seamos francos: más allá del tema con Israel, el principal comprador de carbón colombiano es la Unión Europea, y cada vez compran menos porque han decidido dejar de usarlo. Ellos ya avanzaron en energías eólica y solar.
Por eso, si el Caribe no quiere quedarse sin regalías, necesitamos producir más gas. El gas también está en el Caribe, Colombia lo necesita, y con él podemos sostener ingresos para las regiones.
No podemos parar de un golpe la explotación. Esa fue una mala decisión que empobreció a las regiones. Les quitó empleo, aumentó la pobreza y dejó a la gente sin trabajo, con tarifas de energía altas y apagones constantes. Eso no lo resiste ningún bolsillo.
Como presidenta, voy a usar todas las fuentes de energía: carbón, gas, sol y viento. Voy a garantizar su explotación con reglas claras. Pero estoy convencida de que el gas y la energía solar e industrial son el futuro. El Caribe tiene el potencial y debemos desarrollarlo. El problema es que todo está trancado, especialmente los proyectos eólicos en La Guajira.
¿Qué propone para resolver los problemas de las regalías y su mala administración?
Debemos cambiar el esquema actual. Las comunidades indígenas me dicen con razón: “Los políticos se quedan con todo. Las regalías nunca llegan”. Y es verdad. Los políticos prometen acueductos, carreteras, escuelas, pero lo que vemos son fincas, carros de lujo y corrupción.
Por eso propongo un nuevo esquema: asociaciones público-privadas-comunitarias. Que las comunidades sean socias de los proyectos. Que las empresas no solo paguen regalías al Estado, sino también aportes directos a las comunidades, en obras por impuestos. Obras visibles, que no pasen por las manos de políticos.
Eso ayuda a recuperar la confianza. Que los beneficios lleguen directo a las comunidades y que las decisiones sobre esas inversiones se tomen con ellos. Así destrabamos proyectos, generamos empleo y desarrollamos la región con equidad.
¿Cerrejón y Drummond seguirían operando?
Claro que sí. Cerrejón debe seguir. Drummond también. Y hay que explorar más gas. También debemos traer más empresas para desarrollar proyectos solares y eólicos. Pero todo eso requiere destrabar licencias ambientales y de consulta previa, con diálogo y transparencia.
¿Qué mensaje les da a las comunidades indígenas y a la ciudadanía?
La gente tiene razón cuando desconfía. Sienten que los roban, que las obras nunca llegan. Pero también a veces se vuelven intransigentes con las empresas. Vamos a recuperar esa confianza. Las comunidades serán socias, recibirán utilidades y obras que vean con sus propios ojos.
El objetivo es que cada familia tenga lo que merece, empleo digno, sin depender de una mina o de una alcaldía, educación para sus hijos, vivienda para su familia y autonomía económica, especialmente para las mujeres. Todo esto lo vamos a lograr con manzanas del cuidado, becas universitarias y un gobierno que les cumpla.











