Dentro de la ciudad existen árboles nativos, pero también invasivos o foráneos, es por eso que los expertos en arboricultura manifestaron cuáles son las especies recomendables para sembrar en Valledupar.
A raíz de la polémica causada por la poda de árboles en el Aeropuerto Alfonso López Pumarejo, surgió la pregunta: ¿qué árboles es recomendable sembrar en el casco urbano de Valledupar? Teniendo en cuenta su tamaño, especie y longitud.
Es importante mencionar que la intervención forestal realizada por la concesión aérea fue autorizada por una resolución de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar; además, el aeropuerto argumentó que la poda se hizo porque ese tipo de árboles representaban un riesgo para las instalaciones del lugar, los taxistas, viajeros y demás personas.
En ese sentido, EL PILÓN dialogó con ingenieros forestales y arboristas de la ciudad para conocer las recomendaciones de los expertos. Asimismo, la conversación estuvo enfocada hacia el cuidado que se debe tener para proteger estos recursos vegetales, los cuales deberían ser vistos como un patrimonio de la ciudad.
En ese orden de ideas, el ingeniero forestal y consultor en arboricultura en diferentes países de América Latina, Carlos Llanos, indicó que en las ciudades se deben sembrar los árboles teniendo en cuenta todas las condiciones y precauciones para que su follaje y salud no se vean afectados por el entorno. “Los vallenatos estamos viviendo en un Bosque Seco Tropical y el 90 % de ese bosque en el país y el mundo ya se destruyó, por ende, tenemos que cuidar el nuestro”.
De ese modo, recomendó sembrar árboles grandes en las ciudades, ya que brindan sombra, alimentos y son el hogar de muchas aves y animales pequeños. “Los árboles ideales para las ciudades pueden ser grandes, siempre y cuando estén ubicados en sitios donde puedan crecer. En Valledupar se puede sembrar: caucho y mango, a pesar de que este último es foráneo. Pero deben estar puestos en plazas, parques, rondas de ríos, e incluso en separadores viales que sean muy amplios, es decir, lugares en donde puedan tener un desarrollo adecuado de sus raíces y no comprometan ninguna de las infraestructuras eléctricas, de telecomunicaciones, acueducto o alcantarillado; incluso la movilidad de la ciudad”, señaló el experto.
Por otro lado, el ingeniero forestal Eneir Jiménez, indicó que dentro de sus recomendaciones siempre estará sembrar árboles nativos, pero estos deben cumplir con algunas especificaciones técnicas y medir, mínimo, 2 metros de altura. “Se puede sembrar especies como el cañahuate, ocobo morado, guayacán, maíz tostado, porque son árboles que en época de verano no pierden su follaje. Respecto a los parques o plazas, se pueden usar palmas para embellecer más el paisaje; y para las avenidas pueden ser árboles frutales combinados con especies nativas. Hay que tener presente que ese material vegetal debe ser de raíces profundas”.
A pesar de que hay árboles introducidos a nuestra región, la mayoría se han adaptado muy bien, inclusive, hoy en día son un símbolo representativo de nuestra ciudad, tal como es el caso del ‘palo’ de mango, una muestra de ello, es que hace varios años se encuentra uno en medio de la Plaza Alfonso López. Esta especie, representa quizá un poco más del 50 % de la totalidad del material vegetal que tenemos.
Según los arboristas consultados, esto se da porque es una especie que produce alimentos para las personas y la avifauna; además, crece perfectamente en espacios urbanos a pesar de ser demasiado grande. “Hay muchos pájaros y mamíferos que se alimentan de esos mangos, pero hay que mencionar que esta fruta está siendo atacada por el hongo ceratocystis, y ese hongo puede llegar a la ciudad y acabar con más del 50 % de los árboles de Valledupar. Por eso, hay que sembrar 25 o 30 especies más, promover el desarrollo de ellas, y vincularlas en los espacios que queden disponibles en la ciudad, para que haya una biodiversidad”, acotó Carlos Llanos.
No obstante, existen árboles invasores que tienen en ‘jaque’ nuestra región, “Hay especies invasoras como el bambús, caña brava, pasto brachiaria, la caña de azúcar, botón de oro, leucaena leucocephala, y demás, que ya se tienen identificadas, por tanto, ya debería haber programas por parte de la corporación, la Alcaldía y la Gobernación, para erradicarlas, porque son foráneas, pero además invasoras y, por ende, destruyen el ecosistema. Después de erradicarlas hay que hacer reforestación con especies que nos beneficien”.
Los arboristas concluyeron sus intervenciones manifestando que ninguna práctica que atente contra el bienestar y la salud de los árboles se debe justificar. “No se puede estar desmochando (cortar toda la copa de los árboles reiteradamente), porque eso destruye la vida de los árboles y los vuelve inseguros. Por esos cortes grandes que se hacen empiezan a entrar hongos descomponedores de la madera y esos árboles terminan volcándose”.
Finalmente, en ese orden de ideas, los árboles deben crecer como son, expresar su forma, genética y brindarnos sus atributos paisajísticos; “no se puede podar toda la copa de los árboles, hacerles cortes demasiado grandes, o quitarles más del 25 o 30 % de la copa, esas prácticas no son aceptables, la corporación no debería aceptarlas y las personas deberían no hacerlas”, concluyeron.
Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN
Dentro de la ciudad existen árboles nativos, pero también invasivos o foráneos, es por eso que los expertos en arboricultura manifestaron cuáles son las especies recomendables para sembrar en Valledupar.
A raíz de la polémica causada por la poda de árboles en el Aeropuerto Alfonso López Pumarejo, surgió la pregunta: ¿qué árboles es recomendable sembrar en el casco urbano de Valledupar? Teniendo en cuenta su tamaño, especie y longitud.
Es importante mencionar que la intervención forestal realizada por la concesión aérea fue autorizada por una resolución de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar; además, el aeropuerto argumentó que la poda se hizo porque ese tipo de árboles representaban un riesgo para las instalaciones del lugar, los taxistas, viajeros y demás personas.
En ese sentido, EL PILÓN dialogó con ingenieros forestales y arboristas de la ciudad para conocer las recomendaciones de los expertos. Asimismo, la conversación estuvo enfocada hacia el cuidado que se debe tener para proteger estos recursos vegetales, los cuales deberían ser vistos como un patrimonio de la ciudad.
En ese orden de ideas, el ingeniero forestal y consultor en arboricultura en diferentes países de América Latina, Carlos Llanos, indicó que en las ciudades se deben sembrar los árboles teniendo en cuenta todas las condiciones y precauciones para que su follaje y salud no se vean afectados por el entorno. “Los vallenatos estamos viviendo en un Bosque Seco Tropical y el 90 % de ese bosque en el país y el mundo ya se destruyó, por ende, tenemos que cuidar el nuestro”.
De ese modo, recomendó sembrar árboles grandes en las ciudades, ya que brindan sombra, alimentos y son el hogar de muchas aves y animales pequeños. “Los árboles ideales para las ciudades pueden ser grandes, siempre y cuando estén ubicados en sitios donde puedan crecer. En Valledupar se puede sembrar: caucho y mango, a pesar de que este último es foráneo. Pero deben estar puestos en plazas, parques, rondas de ríos, e incluso en separadores viales que sean muy amplios, es decir, lugares en donde puedan tener un desarrollo adecuado de sus raíces y no comprometan ninguna de las infraestructuras eléctricas, de telecomunicaciones, acueducto o alcantarillado; incluso la movilidad de la ciudad”, señaló el experto.
Por otro lado, el ingeniero forestal Eneir Jiménez, indicó que dentro de sus recomendaciones siempre estará sembrar árboles nativos, pero estos deben cumplir con algunas especificaciones técnicas y medir, mínimo, 2 metros de altura. “Se puede sembrar especies como el cañahuate, ocobo morado, guayacán, maíz tostado, porque son árboles que en época de verano no pierden su follaje. Respecto a los parques o plazas, se pueden usar palmas para embellecer más el paisaje; y para las avenidas pueden ser árboles frutales combinados con especies nativas. Hay que tener presente que ese material vegetal debe ser de raíces profundas”.
A pesar de que hay árboles introducidos a nuestra región, la mayoría se han adaptado muy bien, inclusive, hoy en día son un símbolo representativo de nuestra ciudad, tal como es el caso del ‘palo’ de mango, una muestra de ello, es que hace varios años se encuentra uno en medio de la Plaza Alfonso López. Esta especie, representa quizá un poco más del 50 % de la totalidad del material vegetal que tenemos.
Según los arboristas consultados, esto se da porque es una especie que produce alimentos para las personas y la avifauna; además, crece perfectamente en espacios urbanos a pesar de ser demasiado grande. “Hay muchos pájaros y mamíferos que se alimentan de esos mangos, pero hay que mencionar que esta fruta está siendo atacada por el hongo ceratocystis, y ese hongo puede llegar a la ciudad y acabar con más del 50 % de los árboles de Valledupar. Por eso, hay que sembrar 25 o 30 especies más, promover el desarrollo de ellas, y vincularlas en los espacios que queden disponibles en la ciudad, para que haya una biodiversidad”, acotó Carlos Llanos.
No obstante, existen árboles invasores que tienen en ‘jaque’ nuestra región, “Hay especies invasoras como el bambús, caña brava, pasto brachiaria, la caña de azúcar, botón de oro, leucaena leucocephala, y demás, que ya se tienen identificadas, por tanto, ya debería haber programas por parte de la corporación, la Alcaldía y la Gobernación, para erradicarlas, porque son foráneas, pero además invasoras y, por ende, destruyen el ecosistema. Después de erradicarlas hay que hacer reforestación con especies que nos beneficien”.
Los arboristas concluyeron sus intervenciones manifestando que ninguna práctica que atente contra el bienestar y la salud de los árboles se debe justificar. “No se puede estar desmochando (cortar toda la copa de los árboles reiteradamente), porque eso destruye la vida de los árboles y los vuelve inseguros. Por esos cortes grandes que se hacen empiezan a entrar hongos descomponedores de la madera y esos árboles terminan volcándose”.
Finalmente, en ese orden de ideas, los árboles deben crecer como son, expresar su forma, genética y brindarnos sus atributos paisajísticos; “no se puede podar toda la copa de los árboles, hacerles cortes demasiado grandes, o quitarles más del 25 o 30 % de la copa, esas prácticas no son aceptables, la corporación no debería aceptarlas y las personas deberían no hacerlas”, concluyeron.
Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN