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Columnista - 1 agosto, 2013

Puerta abierta a nuevas figuras

No soy política, jamás me he definido por ideología alguna en ese campo, pero me atrae y admiro los postulados liberales porque en ellos encuentro reflejado todo cuanto la modernidad y la sociedad requiere con las diferentes problemáticas existentes, especialmente en el plano colectivo, teoría que ese partido asume como propia.

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Por Nuris Pardo Conrado

No soy política, jamás me he definido por ideología alguna en ese campo, pero me atrae y admiro los postulados liberales porque en ellos encuentro reflejado todo cuanto la modernidad y la sociedad requiere con las diferentes problemáticas existentes, especialmente en el plano colectivo, teoría que ese partido  asume como propia.

No quiero hacer de revisionista, pero esculcando la historia colombiana, me he dado cuenta que esta colectividad es la que ha tenido y ha asumido las mayores reivindicaciones que se han dado en el momento oportuno como símbolo de su querer para transformar el modus vivendi de la población colombiana.

José Hilario López como presidente decretó la libertad de los esclavos, Uribe Uribe combatió hasta la muerte el respeto por los derechos personales, este partido fue artífice de la huelga de las bananeras en 1928, la que sirvió para que los obreros supieran cuanto le pertenecía en respeto y compensación por sus arduas labores, Alfonso López Pumarejo introdujo el desarrollo social que necesitábamos a partir de 1936, Jorge Eliecer Gaitán defendió la igualdad de clases y de derechos haciéndose parlante del querer popular, Alfonso López Michelsen en su mandato logró el mayor desarrollo económico y productivo de la nación, Luis Carlos Galán Sarmiento impulsó el liberalismo hacia la moralidad y al bien hacer, don Guillermo Cano dio la vida y no claudicó por no negociar con las mafias y censurarle fue su mayor osadía, Cesar Gaviria nos regaló la constitución que hoy nos rige, otro tanto hizo Ernesto Samper Pizano en lo social, durante su periodo de gobierno y en lo local tenemos que rememorar a hombres como el doctor Pupo, Pepe Castro, Alfonso Araujo Cotes, Crispín Villazón, Aníbal Martínez Zuleta y sigue la lista de buenos oficiantes.

Visto lo anterior, tenemos que reconocer que el país y la región no  cuenta con líderes que reflejen la historia que el pasado vivió, parece que un virus ha atacado a los partidos y especialmente a los rojos donde no conseguimos lo que todos necesitamos.

Para concluir es hora de abrir espacio para que nuevas figuras lleguen al colectivo liberal porque la costumbre hace ley y están perdiendo vigencia ante la carencia de conductores sociales que iluminen el gran firmamento político del país y por ende del Cesar.

Deben abrirse abanicos de opciones para que el liberalismo con quien mantengo afectos y admiración cuente con verdaderos representantes en todos los terrenos y no suceda lo que hoy vemos,  una actuación lenta y alejada del querer popular en donde quienes ostentan las credenciales son los que imponen sus criterios apartando los estatutos que les rigen  y desde luego buscar beneficios personales y no generales, como debe ser en el estricto sentido de la palabra. 

Bienvenidos esos jóvenes que hoy se atreven a pedir pista en el aeropuerto de la democracia colombiana, porque si a la fecha nadie obedece a su organización ideológica, es más por la decidía de quienes lo conduce, que por el verdadero querer de la militancia. Nos extrañamos del por qué el partido liberal no ha asumido la defensa de los usuarios de  los servicios públicos, principal factor de descontento por el tratamiento que dan los prestadores en la región.

 

Columnista
1 agosto, 2013

Puerta abierta a nuevas figuras

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Nurys Pardo Conrado

No soy política, jamás me he definido por ideología alguna en ese campo, pero me atrae y admiro los postulados liberales porque en ellos encuentro reflejado todo cuanto la modernidad y la sociedad requiere con las diferentes problemáticas existentes, especialmente en el plano colectivo, teoría que ese partido asume como propia.


Por Nuris Pardo Conrado

No soy política, jamás me he definido por ideología alguna en ese campo, pero me atrae y admiro los postulados liberales porque en ellos encuentro reflejado todo cuanto la modernidad y la sociedad requiere con las diferentes problemáticas existentes, especialmente en el plano colectivo, teoría que ese partido  asume como propia.

No quiero hacer de revisionista, pero esculcando la historia colombiana, me he dado cuenta que esta colectividad es la que ha tenido y ha asumido las mayores reivindicaciones que se han dado en el momento oportuno como símbolo de su querer para transformar el modus vivendi de la población colombiana.

José Hilario López como presidente decretó la libertad de los esclavos, Uribe Uribe combatió hasta la muerte el respeto por los derechos personales, este partido fue artífice de la huelga de las bananeras en 1928, la que sirvió para que los obreros supieran cuanto le pertenecía en respeto y compensación por sus arduas labores, Alfonso López Pumarejo introdujo el desarrollo social que necesitábamos a partir de 1936, Jorge Eliecer Gaitán defendió la igualdad de clases y de derechos haciéndose parlante del querer popular, Alfonso López Michelsen en su mandato logró el mayor desarrollo económico y productivo de la nación, Luis Carlos Galán Sarmiento impulsó el liberalismo hacia la moralidad y al bien hacer, don Guillermo Cano dio la vida y no claudicó por no negociar con las mafias y censurarle fue su mayor osadía, Cesar Gaviria nos regaló la constitución que hoy nos rige, otro tanto hizo Ernesto Samper Pizano en lo social, durante su periodo de gobierno y en lo local tenemos que rememorar a hombres como el doctor Pupo, Pepe Castro, Alfonso Araujo Cotes, Crispín Villazón, Aníbal Martínez Zuleta y sigue la lista de buenos oficiantes.

Visto lo anterior, tenemos que reconocer que el país y la región no  cuenta con líderes que reflejen la historia que el pasado vivió, parece que un virus ha atacado a los partidos y especialmente a los rojos donde no conseguimos lo que todos necesitamos.

Para concluir es hora de abrir espacio para que nuevas figuras lleguen al colectivo liberal porque la costumbre hace ley y están perdiendo vigencia ante la carencia de conductores sociales que iluminen el gran firmamento político del país y por ende del Cesar.

Deben abrirse abanicos de opciones para que el liberalismo con quien mantengo afectos y admiración cuente con verdaderos representantes en todos los terrenos y no suceda lo que hoy vemos,  una actuación lenta y alejada del querer popular en donde quienes ostentan las credenciales son los que imponen sus criterios apartando los estatutos que les rigen  y desde luego buscar beneficios personales y no generales, como debe ser en el estricto sentido de la palabra. 

Bienvenidos esos jóvenes que hoy se atreven a pedir pista en el aeropuerto de la democracia colombiana, porque si a la fecha nadie obedece a su organización ideológica, es más por la decidía de quienes lo conduce, que por el verdadero querer de la militancia. Nos extrañamos del por qué el partido liberal no ha asumido la defensa de los usuarios de  los servicios públicos, principal factor de descontento por el tratamiento que dan los prestadores en la región.