Gravísimo problema que ha persistido en Colombia desde el comienzo de la colonización europea, a pesar de las múltiples gestiones realizadas en procura de que los colombianos alcancemos a convivir en paz fraternal.
Gravísimo problema que ha persistido en Colombia desde el comienzo de la colonización europea, a pesar de las múltiples gestiones realizadas en procura de que los colombianos alcancemos a convivir en paz fraternal.
Requeriría un extenso texto para hacer un análisis profundo sobre el tremendo fenómeno que entorpece, no solo el logro de la paz en Colombia, sino su prosperidad en todas las actividades universalmente aceptadas como legales por los beneficios que favorecen a toda la humanidad y a su medio ambiente, cuya buena conservación es indispensable para el bienestar general.
Entre las múltiples causas que impiden la prosperidad de la paz en Colombia, considero a la injusticia (también léase impunidad) como la más nefasta para toda la humanidad, porque su antónimo, la justicia, es la virtud humana más fundamental en la filosofía de los derechos humanos, los cuales, deben ser respetados esmeradamente a todas las personas sin ninguna discriminación; es decir, tanto los indigentes como los multimillonarios tienen los mismos derechos, lo cual es uno de los pilares de la democracia, que según consenso mundial es el mejor régimen gubernamental entre todos los existentes.
La Constitución Política de Colombia, en su artículo 22, estipula: “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”. Y, hasta ahora, todos los intentos para convivir pacíficamente han sido frustrados, y no digo fallidos porque se han logrado varios acuerdos de paz parciales; mejor dicho, algunas huestes de insurgentes se han desmovilizado a la vida civil y se han convertido en partidos políticos; por ejemplo, la Unión Patriótica (UP) resultó del acuerdo de paz firmado en el gobierno de Belisario Betancourt Cuartas con la organización guerrillera Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Partido Comunista Colombiano. Cuyos miembros, prácticamente fueron asesinados por supuestas organizaciones de la ultraderecha clandestina, que todavía siguen fomentado y patrocinando el conflicto interno armado, y tal ‘mano negra’ es uno de los factores inamovibles de la multicausalidad que entorpece la paz en Colombia, y se esconden bajo la sombra de la clandestinidad, especialmente, aquellos que fingen ser los salvadores de los regímenes democráticos a sabiendas de que solo defienden intereses individuales.
Otra pregunta es: ¿Por qué hay tanta violencia en Colombia? Algunos aducen que es genético y otros que es cultural. Lo innegable es el alto índice de irregularidades y vivezas cometidas por muchos colombianos.
En todo caso no ignoremos que los seres humanos en sí somos depredadores, además el territorio colombiano fue conquistado y colonizado por los españoles en una época que España atravesaba una situación financiera crítica. Encontraron unas tierras prácticamente vírgenes con muchas riquezas naturales de metales preciosos como el oro y la plata, además floras y faunas desconocidas, con una población de etnias y costumbres diferentes, atrasados con relación a Europa; sin embargo, tenían armas para defenderse y, por ende, fueron víctimas de muchos abusos.
Con la traída de esclavos negros del África subsahariano, la llegada de árabes, hebreos, gitanos y gente de otras razas se configuró un mestizaje genético y cultural; como quien dice, un coctel de impredecibles peculiaridades. Lo cierto es que, en Colombia, tanto la corrupción como el narcotráfico han permeado todo. En consecuencia, La paz poco o nada importa.
Por José Romero Churio
Gravísimo problema que ha persistido en Colombia desde el comienzo de la colonización europea, a pesar de las múltiples gestiones realizadas en procura de que los colombianos alcancemos a convivir en paz fraternal.
Gravísimo problema que ha persistido en Colombia desde el comienzo de la colonización europea, a pesar de las múltiples gestiones realizadas en procura de que los colombianos alcancemos a convivir en paz fraternal.
Requeriría un extenso texto para hacer un análisis profundo sobre el tremendo fenómeno que entorpece, no solo el logro de la paz en Colombia, sino su prosperidad en todas las actividades universalmente aceptadas como legales por los beneficios que favorecen a toda la humanidad y a su medio ambiente, cuya buena conservación es indispensable para el bienestar general.
Entre las múltiples causas que impiden la prosperidad de la paz en Colombia, considero a la injusticia (también léase impunidad) como la más nefasta para toda la humanidad, porque su antónimo, la justicia, es la virtud humana más fundamental en la filosofía de los derechos humanos, los cuales, deben ser respetados esmeradamente a todas las personas sin ninguna discriminación; es decir, tanto los indigentes como los multimillonarios tienen los mismos derechos, lo cual es uno de los pilares de la democracia, que según consenso mundial es el mejor régimen gubernamental entre todos los existentes.
La Constitución Política de Colombia, en su artículo 22, estipula: “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”. Y, hasta ahora, todos los intentos para convivir pacíficamente han sido frustrados, y no digo fallidos porque se han logrado varios acuerdos de paz parciales; mejor dicho, algunas huestes de insurgentes se han desmovilizado a la vida civil y se han convertido en partidos políticos; por ejemplo, la Unión Patriótica (UP) resultó del acuerdo de paz firmado en el gobierno de Belisario Betancourt Cuartas con la organización guerrillera Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Partido Comunista Colombiano. Cuyos miembros, prácticamente fueron asesinados por supuestas organizaciones de la ultraderecha clandestina, que todavía siguen fomentado y patrocinando el conflicto interno armado, y tal ‘mano negra’ es uno de los factores inamovibles de la multicausalidad que entorpece la paz en Colombia, y se esconden bajo la sombra de la clandestinidad, especialmente, aquellos que fingen ser los salvadores de los regímenes democráticos a sabiendas de que solo defienden intereses individuales.
Otra pregunta es: ¿Por qué hay tanta violencia en Colombia? Algunos aducen que es genético y otros que es cultural. Lo innegable es el alto índice de irregularidades y vivezas cometidas por muchos colombianos.
En todo caso no ignoremos que los seres humanos en sí somos depredadores, además el territorio colombiano fue conquistado y colonizado por los españoles en una época que España atravesaba una situación financiera crítica. Encontraron unas tierras prácticamente vírgenes con muchas riquezas naturales de metales preciosos como el oro y la plata, además floras y faunas desconocidas, con una población de etnias y costumbres diferentes, atrasados con relación a Europa; sin embargo, tenían armas para defenderse y, por ende, fueron víctimas de muchos abusos.
Con la traída de esclavos negros del África subsahariano, la llegada de árabes, hebreos, gitanos y gente de otras razas se configuró un mestizaje genético y cultural; como quien dice, un coctel de impredecibles peculiaridades. Lo cierto es que, en Colombia, tanto la corrupción como el narcotráfico han permeado todo. En consecuencia, La paz poco o nada importa.
Por José Romero Churio