Antes de la puesta en escena, es probable que mucha gente en Colombia desconociera qué es el Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles (FECP). Asimismo, los objetivos de su creación. Subir el precio de los combustibles ha sido una decisión impopular, sobre todo, cuando el aumento es por 1.000 pesos y no de 100 pesos como se hacía anteriormente. La gasolina y el diésel han sido los combustibles de mayor cobijo (subsidio) del mecanismo que fue creado en 2007, como política de estabilización, sin embargo, su regresividad se ha convertido en un padecimiento de política fiscal y macroeconómica para el país. 

Para 2023, el FEPC cerró con un déficit histórico de $103,9 billones. Esa cuenta es difícil de pagar, ignorarlo o meterla debajo del tapete, es una irresponsabilidad extremadamente grave. Sacar a la luz este problema es una coincidencia generalizada.  

En 2022, con el objetivo de reducir el déficit fiscal, el Gobierno de Gustavo Petro implementó un aumento gradual en el precio de la gasolina y aplazó la decisión sobre el diésel, para mitigar los impactos inflacionarios. El 30 de agosto de 2024, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, manifestó que el precio del ACPM había estado congelado durante 56 meses, acumulando un déficit promedio de $1 billón al mes. Posteriormente, los Ministerios de Minas y Energía y de Hacienda emitieron las resoluciones que establecieron un ajuste de 1.904 pesos en el precio de venta al público del galón de ACPM, efectivo a partir del sábado 31 de agosto. Esa decisión originó el paro organizado por los gremios de transportadores de carga.

Tras varios días de bloqueos en el país por el aumento del ACPM, el Gobierno Nacional y los transportadores de carga lograron acordar en $800 el costo del ACPM, con incrementos de 400 pesos a partir de la modificación de la resolución 40350 de 2024 y los otros 400 pesos a partir del 1° de diciembre.

Las decisiones para superar el déficit del FEPC no tuvieron recepción en el gremio transportador, al contrario, impusieron su poder paralizando al país, generando alarmas en las cadenas de suministro y productivas. La consideración fiscal y de inversión es secundaria, pese al esfuerzo que hacemos todos los colombianos apalancado el FECP, vigente durante 56 meses (por pandemia) periodo en el cual el precio del ACPM estuvo congelado. 

No pretendo satanizar al sector transportador de carga, esperaba solidaridad y empatía. Los reiterativos paros de los gremios de transportadores y carga, generan angustia inflacionaria y hacen añorar la importancia del otrora sistema férreo que tuvo el país. Cerca de 4.000 kilómetros, en vez de ser modernizados entraron en proceso de liquidación en el gobierno de Virgilio Barco. El ferrocarril es eje vertebral del transporte multimodal y sostenible de personas y carga en el futuro.

Era previsible el acuerdo entre el Gobierno Nacional y los transportadores de carga, el paro solo genera problemas. Se avecina un nuevo debate relacionado con la discusión del presupuesto 2025, comparte escenario con los problemas de caja y un FEPC, aumentando su déficit. Es inevitable otra reforma tributaria. 

Por Luis Elquis Díaz 

@LuchoDiaz12