El mundo está lleno de instituciones, muchas de las cuales son de papel o están al servicio del caciquismo internacional, pese a que fueron creadas con buenos propósitos. Terminada la Segunda Guerra Mundial, casi al tiempo, se conformaron la ONU y la OTAN; la primera para evitar la guerra, mantener y supervisar la paz; la segunda, en cambio, se concibió para hacer la guerra; esta es una institución político-militar. Tienen fines opuestos: si la primera fracasa, hagamos la guerra, este es el confuso mensaje. ¿Por qué tanta prevención? Derrotada la Alemania nazi, ¿a qué temerle? Tras la guerra, surgió el concepto del enemigo externo: el comunismo en cabeza de la URSS era el señalado, dado que, por primera vez, esta proponía un modelo alterno al capitalismo. Esta fue la razón para crear la OTAN, cuyo timonel es EE. UU.
La ONU, no obstante tener algunos organismos benefactores como la OMS, UNICEF, UNESCO y otras, no ha estado a la altura de su misionalidad; el hecho de que cinco países tengan derecho al veto, de suyo, deja de ser una entidad democrática. La ONU está en función de los intereses del imperio norteamericano, el cual incumple sus estatutos. El primer ministro de Israel tiene orden de captura, pero ningún país se atreve a hacerla efectiva por temor al Tío Sam. El sostenimiento del genocidio de Palestina por parte de los EE. UU., contrariando la misión de la ONU, le resta credibilidad.
Por esta razón, se ha intentado, por varios países, construir otros organismos de autoprotección. Los No Alineados fue un intento de independencia al margen de los conciliábulos de la ONU, pero no prosperó. Por su lado, la OEA, creada casi al tiempo que la ONU y la OTAN, es una organización de papel al servicio del imperio y sin prestigio; con razón Fidel Castro la llamaba el Ministerio de Colonias. Por eso, América Latina ha hecho intentos por buscar una organización sinérgica para los pueblos al sur del río Grande.
Por iniciativa de Chávez, se creó la Alianza Bolivariana para los pueblos de América, ALBA, y antes se había creado Mercosur, constituido por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, ambos con corta vigencia, porque los EE. UU. torpedean todo lo que ellos no puedan controlar y porque no existe coherencia y unidad dentro de los gobiernos latinoamericanos, que no tienen políticas de Estado, sino de gobiernos de turno. Ha faltado pudor y coherencia nacionalista.
El grito independentista más reciente es el de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, que busca mejorar la inserción internacional para combatir el crimen, fortalecer los conceptos de democracia, libertad, unidad política y doblegar la barbarie. Estos parámetros de decencia pública se están confrontando con la Unión Europea para fortalecer la cooperación en mercados e inversiones sociales. Este grupo representa el 21% del PIB mundial.
A la cuarta cumbre de esta semana en Santa Marta asistieron representantes de 60 países de Europa y América, incluyendo algunos jefes de Estado. Se trata de hacer un nuevo diseño de las relaciones internacionales bajo una gobernanza multilateral, conceptos no gratos para los imperios para los cuales solo la sumisión y el cipayismo son válidos. Por fortuna, no están lejos los años para revertir esta situación, la decadencia de los EE. UU. se avecina. A los países les sucede lo mismo que a las personas prepotentes y humillantes, mueren abandonados. Parece que fue provechosa la cumbre según los participantes. Ojalá este prometedor ejercicio no quede en la retórica.
POR: Luis Napoleón de Armas P.





