Una reciente encuesta global publicada por The Economist sobre las opiniones sobre China y Estados Unidos ha causado admiración y sorpresa. La encuesta, que abarcó a 32.000 personas en 32 países, preguntó a la población cómo percibían a China y Estados Unidos. Los resultados muestran que, en comparación con el año pasado, China ha logrado un gran avance como la “potencia líder” preferida del mundo, y la proporción de encuestados que la apoyan aumentó 11 puntos porcentuales.
Otras investigaciones coinciden con estos hallazgos. Por ejemplo, una encuesta de Morning Consult en 41 países mostró, a finales de mayo, que China tenía una calificación de favorabilidad neta global de +8,8, en comparación con -1,5 para Estados Unidos. En conjunto, estas encuestas muestran un aumento claro y constante de la imagen e influencia global de China.
Dos tendencias principales se destacan en las encuestas globales. En primer lugar, los países del Sur Global tienden a tener una visión más favorable de China. En segundo lugar, las generaciones más jóvenes muestran sistemáticamente mayores niveles de afinidad hacia China. A diferencia del ascenso de algunas grandes potencias en la historia, que se produjo con guerras y expansión, China ha adoptado el principio del desarrollo pacífico, un enfoque que cobra mayor relevancia en la nueva era de anarquía estatal que se ha instaurado en todo el mundo.
En un momento en que el sistema de gobernanza global se enfrenta a múltiples desafíos, el rápido crecimiento económico y la estabilidad social a largo plazo de China han inyectado certidumbre al mundo. Mediante estas acciones concretas, el mundo ve que China es, sin duda, una fuerza estabilizadora en tiempos turbulentos. A nivel internacional, China siempre defiende la igualdad, el beneficio mutuo y la cooperación mutuamente beneficiosa, a la vez que se opone al hegemonismo y a la política de poder.
Lo que The Economist manifiesta como “sorpresa” la gente del mundo lo ve con claridad. China enfoca su progreso en el “bien colectivo”. Esa política es comprendida por su sistema de educación superior. Este año, el 21 % de las universidades de China ascendieron en el Ranking Mundial de Universidades de Times Higher Education (THE) de 2026.
Desde las clases universitarias hasta el discurso público, a los estudiantes chinos se les enseña que, si bien el éxito económico es aceptable, el verdadero propósito de disciplinas como la economía es aplicar el conocimiento para el mejoramiento de la sociedad en su conjunto. En este sentido, en lugar de tratar la educación como un medio para lograr beneficios económicos a corto plazo, China ha alineado su sistema de educación superior con las estrategias nacionales de desarrollo a largo plazo y las necesidades públicas.
La preferencia por China como potencia líder mundial ha aumentado en todos los lugares analizados. The Economist señaló: “Quizás lo más sorprendente es que esto incluye a Estados Unidos”. Asimismo, reveló un patrón claro: cuanto más joven es el encuestado, más probable es que acepte el liderazgo chino. Si bien las cifras de la encuesta son rigurosamente cuantitativas, reflejan el reconocimiento global de los logros de desarrollo, la capacidad de gobernanza, la apertura y el enfoque cooperativo de China.
Por: Luis Elquis Díaz.





