El plano internacional para el 2026 está marcado por una agenda que hereda mucho de lo ocurrido en el año que está por culminar: el giro en la política exterior de Estados Unidos, la guerra en Ucrania continúa, varios Estados africanos en conflicto y transgresiones a los acuerdos negociados, déficit fiscal generalizado en las economías y la IA sin ceder terreno, acompañada de voces que especulan de una burbuja que estallará. El próximo año varios países de la región atenderán las urnas para elegir a presidentes y parlamentarios, un momento clave en que parece colorearse el espectro político de tintes cercanos a la derecha. Además, Estados Unidos en su aniversario 250 recibirá junto a Canadá y México la Copa Mundial de fútbol organizada por la FIFA. Entre estos temas también cobran relevancia los movimientos sociales enmarcados en las “protestas de la generación Z”, que se dieron en distintas latitudes, pero que comparten problemas y causas comunes, las cuales serán determinantes en el trámite de las elecciones y reformas políticas.
La nueva postura de EE. UU.: la Estrategia de Seguridad Nacional y su impacto en América Latina
La Estrategia de Seguridad Nacional (NSS) de Estados Unidos, actualizada en 2025, representa un giro radical que se aleja del enfoque anterior en la competencia entre grandes potencias con China y Rusia. Este nuevo documento eleva al hemisferio occidental como la prioridad geográfica dominante del país. El objetivo explícito es expulsar a los competidores no hemisféricos de la región, una clara alusión a la creciente influencia de China. Este giro estratégico se materializa en lo que se ha denominado un “Corolario Trump” a la Doctrina Monroe, diseñado específicamente para debilitar la presencia económica y política de Pekín en el continente, reconfigurando así las alianzas y las dinámicas de poder en toda la región.
Las acciones de Estados Unidos en el Caribe, en cabeza de Donald Trump y en línea con su estrategia de seguridad, marcarán el ritmo de las relaciones con los países vecinos -vistos desde el norte como su patio trasero-. Venezuela es el epicentro de las tensiones diplomáticas y políticas que se han desarrollado después de los bombardeos a embarcaciones en el Caribe y el Pacífico, por orden del Departamento de Guerra de EE. UU.-otrora Departamento de Defensa-.
Por último, y en materia de lo que significa esta estrategia para EE. UU., desde distintos frentes se ha criticado lo débil que es este documento en cuanto a estrategia. Por ejemplo, Daniel S. Hamilton en un artículo para Brookings Institute mencionó que desde su experiencia en la elaboración de este tipo de documentos, no encuentra en esta versión una guía que los encargados de la política exterior puedan seguir. Lo que es claro, es que la administración Trump trae una propuesta heterodoxa frente a lo que se venía haciendo y que está alineada con las acciones que se han ejecutado en su mandato en áreas como la migración, lucha contra las drogas y comercio internacional.
Mapa ideológico de América Latina al término del 2025. Fuente: Tomado de El Avance Media
Conflictos en el radar: Acuerdos, guerra y riesgo de intensificación
El escenario global en 2026 estará marcado por la continuación y posible intensificación de conflictos claves. La guerra entre Rusia y Ucrania se ha recrudecido, la captura rusa del estratégico centro de transporte de Pokrovsk es muestra de un conflicto que no parece acabar. Al mismo tiempo, los ojos del mundo están sobre la Franja de Gaza, donde está vigente el cese al fuego entre Hamás e Israel. Sin embargo, hay muchas expectativas sobre el desenlace de los acuerdos pactados en octubre del 2025: ¿Qué atención humanitaria recibirán los gazatíes? ¿Quiénes conformarán la Fuerza Internacional de Estabilización (ISF, por sus siglas en inglés) para el desarme de Hamás? ¿Quiénes tomarán las riendas de la administración de Gaza? Son dudas que aún persisten.
Por otro lado, el conflicto en Sudán, entre las Fuerzas Armadas de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido, ha dejado más de 11 millones de desplazados y en el 2025 repuntó en acciones violentas, donde la población civil resultó gravemente afectada. Este conflicto se suma a la escalada de violencia que vive Nigeria por conflictos basados en credos religiosos, los Estados del Sahel que sucumbieron en golpes de Estado y el conflicto en la República Democrática del Congo (RDC), que pese a los esfuerzos no cesa.
En el hemisferio occidental, la creciente acumulación militar estadounidense cerca de las aguas de Venezuela ha elevado la tensión a un punto crítico, aumentando el riesgo de una confrontación directa. En el Caribe, Haití sigue sin un gobierno establecido y sus calles están bajo el control de las pandillas. Además, la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad a cargo de Kenia no ha representado grandes resultados, algo que infortunadamente no dista mucho de las iniciativas anteriores.
Para un paneo completo de los actuales conflictos en el mundo les invito a visitar el Conflict Tracker del Council on Foreign Relations.
2026: Reconfiguración del mapa político de América Latina desde las urnas
El espectro político de América Latina ha sufrido cambios y la expectativa se mantiene con los gobernantes electos Rodrigo Paz en Bolivia, quien tomó posesión en noviembre del 2025, y José Antonio Kast en Chile, que recibirá el cargo en marzo del 2026. En esa misma línea, la región tendrá elecciones en Colombia, Brasil, Costa Rica, Haití y Perú. Hacia la derecha es la tendencia de los gobiernos en la región, por este motivo estas elecciones resultan importantes, pues definirán cómo se configurará el mapa político regional. También resulta importante las elecciones intermedias (midterm elections) del congreso en Estados unidos en noviembre del 2026. En otras latitudes también se celebrarán elecciones, como es el caso de Bangladesh, Hungría (parlamento), Armenia (parlamento), Etiopía, Israel (parlamento) y Suecia.
La generación Z alza la voz: distintas latitudes, problemas comunes
Durante 2025, una ola de protestas sacudió a gobiernos en países como México, Marruecos, Nepal y Perú, donde los jóvenes tomaron las calles movilizados por una profunda frustración con la corrupción gubernamental, los excesos antidemocráticos y las crecientes dificultades económicas. Utilizando redes sociales como Instagram, Facebook y TikTok, esta generación demostró una capacidad sorprendente para organizar y visibilizar sus causas a escala global. Sin embargo, aunque la generación Z es el motor digital de estas movilizaciones, las frustraciones subyacentes a menudo abarcan a un amplio espectro de la sociedad, convirtiéndolos en movimientos multigeneracionales con un rostro juvenil.
Ante escenarios adversos como el alto costo para adquirir una vivienda, desempleo o empleos inestables, un sistema pensional que no parece funcionar para los que hoy son jóvenes y la falta de representatividad en los gobiernos, estas protestas deben ser entendidas como un síntoma. Es importante seguir el pulso a los procesos políticos que se están gestando en Perú, uno de los países donde hubo estas movilizaciones y que lleva varios años sumergido en una inestabilidad política marcada por casos de corrupción severos.
Porcentaje de la deuda pública sobre el PIB de los Estados. Fuente: Tomado de Visual Capitalist.
La economía bajo presión: déficits y deuda pública
El 2026 hereda una economía global marcada por la “reordenación” y la incertidumbre. La agresiva política de aranceles del presidente Trump está forzando a una diversificación de las cadenas de suministro y agudizando las tensiones comerciales. Este proteccionismo se suma a una presión fiscal asfixiante, donde la deuda pública global alcanzó un alarmante 94.7% del PIB en 2025. Este nivel de endeudamiento, con la deuda de Estados Unidos situándose en el 123% de su propio PIB, restringe severamente la capacidad de los gobiernos para responder a crisis futuras y crea fricciones para el sistema financiero internacional.
Este punto debe entenderse en conjunto con las causas que motivaron las movilizaciones de la generación Z, que como se mencionó también fueron movilizaciones multigeneracionales. Las probabilidades de nuevas protestas incrementan ante el potencial descontento que pueden producir los recortes del Estado para subsanar los déficits que los gobiernos ya están sufriendo. En ese sentido, las decisiones en materia económica y fiscal serán determinantes e ineludibles, por lo tanto, la expectativa está puesta en las consecuencias de estas decisiones.
Para ampliar el estado de la deuda pública a nivel global, ONU comercio y desarrollo (UNCTAD) elaboró un informe.
250 años de la Declaración de Independencia de Estados Unidos
En 2026, Estados Unidos celebrará su 250º aniversario en medio de una intensa polarización interna. Sin embargo, esta conmemoración histórica también representa una oportunidad para que el país reafirme su liderazgo en el sistema internacional. A pesar de sus divisiones, la nación tiene la capacidad de encabezar iniciativas cruciales en asuntos globales como el cambio climático, la seguridad, el comercio y la reducción de la pobreza. El aniversario ofrece un momento para la reflexión y para definir el papel de Estados Unidos en las próximas décadas.
Este aniversario coincide con el mundial de fútbol que organiza la FIFA y que se jugará por primera vez en tres países: Canadá, Estados Unidos y México. Sin lugar a duda, este evento deportivo estará permeado por la política. También, como es habitual cada año, se disputa el Super Bowl organizado por la NFL y para la edición LX que se realizará en California, el espectáculode medio tiempo estará a cargo de Bad Bunny. Esto es importante, pues en un juego de softpower se especula que el cantante puertorriqueño realice una presentación cargada de símbolos y mensajes en favor de la comunidad latina, como un llamado de atención ante las medidas antimigratorias del Gobierno Trump.
Por último, otro evento que coincide con el aniversario es la misión Artemis II de la NASA, que enviará un vuelo tripulado a la órbita de la Luna en un esfuerzo a mediano plazo por parte de este país para aterrizar en la superficie lunar. Esta misión hay que entenderla en paralelo al plan lunar chino, cuyo objetivo es lograr aterrizar en la Luna en 2030.
China: Xi, el ganador del 2025
De acuerdo con The Economist, el líder chino Xi Jinping ha sido de los más beneficiados de la guerra arancelaria impulsada por Estados Unidos de Donald Trump. El balance es claro, China representa un poco más de un tercio del valor agregado mundial de la industria manufacturera, exporta entre el 60 % y 80 % de los componentes necesarios para producir energía renovable y carros eléctricos. Además, empresas chinas han demostrado que tienen capacidad de llevar al mercado modelos de inteligencia artificial generativa con menores costos que los de empresas norteamericanas, como el caso de DeepSeek.
Uno de los grandes activos que tiene China para las negociaciones comerciales con Estados Unidos son los materiales de tierras raras, del cual dependen las industrias estadounidenses. Asimismo, la estrategia china de la Nueva Ruta de la Seda ha extendido su alcance y cada vez gana terreno tanto en Asia, África y América Latina. La concepción de que los productos chinos son de baja calidad está cambiando y hoy son los chinos quienes construyen unas de las bibliotecas más grandes en El Salvador, el puerto más grande de Perú y de la región, y el metro de Bogotá. No es menor que en los últimos años el papel de socio comercial principal de América Latina haya rotado de Estados Unidos a China.
¿Qué esperar del 2026?
El 2026 se perfila como un año crucial para Estados Unidos, que tendrá elecciones legislativas y celebrará su aniversario 250, en un momento crítico para la defensa de los valores que cimentaron su proyecto de nación. En cuanto a la región, las expectativas están puestas en la reconfiguración del mapa político en función de ideologías, en el cual parece tener ventaja la derecha. Los distintos conflictos parecen estar lejos de terminar y los acuerdos que se han anunciado parecen frágiles. Por último, la administración de la delicada situación fiscal de los Estados está atada al riesgo de provocar descontentos en la población que se traduzcan en movilizaciones sociales y estas a su vez pongan en jaque la gobernabilidad de los mandatarios.
Por: Sebastián Manotas Garrido*
* Internacionalista con énfasis en Política Internacional y Diplomacia











