EL PILÓN dialogó con el alcalde de La Jagua de Ibirico, Ovelio Jiménez. Por cantidad de empleos y regalías, el municipio minero es el más afectado ante la noticia que Prodeco devolverá los títulos mineros al Estado colombiano. ¿Qué viene ahora?
El jueves pasado, el Grupo Prodeco anunció que iniciará el proceso de devolución de sus títulos mineros a la República de Colombia a través de la Agencia Nacional de Minería, ANM. Un duro golpe para el país, el Cesar, pero principalmente para La Jagua de Ibirico, el municipio donde se concentraba su operación.
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Desde la llegada de Prodeco, La Jagua de Ibirico se fue transformando y 20 años después, según el alcalde del municipio, Ovelio Jiménez, el 80 o 90 % de la economía local depende de la actividad. Ahora Prodeco anunció su retiro y todo es lamentación. El encargado de liderar la dura transición es el alcalde Ovelio Jiménez. EL PILÓN dialogó con él sobre el pasado, presente y futuro del municipio minero.
Obviamente La Jagua de Ibirico es el municipio más afectado. Somos los más interesados en buscar otras alternativas. Ya Prodeco puso las cartas sobre la mesa, ahora nosotros debemos buscar soluciones porque su salida significa que más de 1.200 empleados directos pierden sus trabajo, indirectos más de 2.000. No esperábamos que Prodeco tomara esta decisión, nos manifestaron que querían continuar, pero las acciones fueron otras. Es un asunto complejo. Tenemos la necesidad de buscar alternativas.
La verdad es que el 80 o 90% del pueblo depende de la economía minera. Cometimos el grave error de poner todos los huevos en una sola canasta. El municipio depende desde hace 20 años de la minería. Algo que no debería ser así. Tuvimos que aprovechar lo que generaba la minería para fortalecer otros sectores económicos, pero no lo hicimos. Nosotros estamos trabajando en eso, en convertir a La Jagua en un centro de desarrollo agroindustrial y turístico, pero eso toma años. Pero a eso debemos apuntarle. Estamos sufriendo las consecuencias de depender de la minería.
El municipio de La Jagua antes de ser minero era agropecuario. Tenemos todas las potencialidades, lastimosamente lo abandonamos. Pero estamos impulsando proyectos como la zona franca, el desarrollo de una planta de beneficio regional; estamos proponiendo un centro de acopio industrial. Ese es el propósito. Insisto, no supimos invertir los recursos que nos trajo la minería y la pobreza no disminuyó.
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Nos quedan unos años con Drummond, pero no sabemos si alguna empresa reemplazará a Prodeco; pero tenemos que trabajar por encima de eso. La Jagua ni el Cesar pueden seguir dependiendo de la minería. Si sigue la minería gloria a Dios, pero ya tenemos la experiencia.
Un dato: entre regalías e impuestos, La Jagua de Ibirico dejaría de recibir al año más de $20.000 millones de pesos. Por industria y comercio hablamos de no recibir entre $11.000 y $12.000 millones, por regalías más o menos $9.000 millones.
Sin contar lo que no recibirá la gente que presta bienes y servicios: el que alquila la residencia, el restaurante, el que vende la gasolina. Eso no lo hemos calculado, pero estimaciones hablan de que La Jagua y Becerril podrían dejar de recibir $100.000 millones, entre bienes y servicios, regalías… Es un impacto altísimo.
Dentro del presupuesto, La Jagua recibía por industria y comercio $27.000 millones cada año. El 90 % lo aportaban las mineras. Solo el año pasado dejamos de recibir $8.000 millones por la parálisis de Prodeco. Antes de mi llegada el presupuesto era de $67.000 millones, hoy es de $50.000 millones, pero de esos, $26.000 tienen destinación específica, que es el régimen subsidiado de salud, más $6.000 millones que vienen por SGP.
Estamos hablando de que si la situación no cambia dejaríamos de recibir más de $17.000 millones, pero la gran verdad es que si quitamos las regalías y los impuestos que aportan las mineras no queda nada en el presupuesto del municipio.
Tenemos la fortuna que la reforma al Sistema General de Regalías hizo justicia. ¡Imagine donde esa reforma no se hubiese dado! Aun así el margen de recursos propios es bastante cerrado, por eso hay que apretar el gasto de funcionamiento y seguramente reducir algunas inversiones.
En los sectores que invertimos. Debimos priorizar la inversión en el sector agropecuario, pero no, al contrario, dejamos de invertir en el sector agropecuario y nos concentramos en concreto. No invertimos en el ser humano y dejamos de ser un municipio competitivo. Pongo un ejemplo, el plan vial de vías terciarias del municipio cuesta $120.000 millones de pesos. Esa inversión debimos haberla realizado hace años y construir placa huella en todas nuestras veredas.
Es crítico que La Jagua de Ibirico dependa de alimentos que producen en otras regiones; nosotros debemos estar produciendo. Drummond y Prodeco consumen al año más de $120.000 millones en alimentación y todo eso lo compran afuera. No tuvimos la capacidad de crear empresa y poner a producir a nuestra gente.
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Yo creo que de las crisis surgen las oportunidades. Tenemos la responsabilidad de echar para adelante este municipio, el Cesar también debe mirar hacia otra dirección. Esperamos en un futuro, no lejano, no depender de la minería, sino de la industria y el turismo. Las salidas llegarán.
Por Deivis Caro/EL PILÓN.
EL PILÓN dialogó con el alcalde de La Jagua de Ibirico, Ovelio Jiménez. Por cantidad de empleos y regalías, el municipio minero es el más afectado ante la noticia que Prodeco devolverá los títulos mineros al Estado colombiano. ¿Qué viene ahora?
El jueves pasado, el Grupo Prodeco anunció que iniciará el proceso de devolución de sus títulos mineros a la República de Colombia a través de la Agencia Nacional de Minería, ANM. Un duro golpe para el país, el Cesar, pero principalmente para La Jagua de Ibirico, el municipio donde se concentraba su operación.
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Desde la llegada de Prodeco, La Jagua de Ibirico se fue transformando y 20 años después, según el alcalde del municipio, Ovelio Jiménez, el 80 o 90 % de la economía local depende de la actividad. Ahora Prodeco anunció su retiro y todo es lamentación. El encargado de liderar la dura transición es el alcalde Ovelio Jiménez. EL PILÓN dialogó con él sobre el pasado, presente y futuro del municipio minero.
Obviamente La Jagua de Ibirico es el municipio más afectado. Somos los más interesados en buscar otras alternativas. Ya Prodeco puso las cartas sobre la mesa, ahora nosotros debemos buscar soluciones porque su salida significa que más de 1.200 empleados directos pierden sus trabajo, indirectos más de 2.000. No esperábamos que Prodeco tomara esta decisión, nos manifestaron que querían continuar, pero las acciones fueron otras. Es un asunto complejo. Tenemos la necesidad de buscar alternativas.
La verdad es que el 80 o 90% del pueblo depende de la economía minera. Cometimos el grave error de poner todos los huevos en una sola canasta. El municipio depende desde hace 20 años de la minería. Algo que no debería ser así. Tuvimos que aprovechar lo que generaba la minería para fortalecer otros sectores económicos, pero no lo hicimos. Nosotros estamos trabajando en eso, en convertir a La Jagua en un centro de desarrollo agroindustrial y turístico, pero eso toma años. Pero a eso debemos apuntarle. Estamos sufriendo las consecuencias de depender de la minería.
El municipio de La Jagua antes de ser minero era agropecuario. Tenemos todas las potencialidades, lastimosamente lo abandonamos. Pero estamos impulsando proyectos como la zona franca, el desarrollo de una planta de beneficio regional; estamos proponiendo un centro de acopio industrial. Ese es el propósito. Insisto, no supimos invertir los recursos que nos trajo la minería y la pobreza no disminuyó.
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Nos quedan unos años con Drummond, pero no sabemos si alguna empresa reemplazará a Prodeco; pero tenemos que trabajar por encima de eso. La Jagua ni el Cesar pueden seguir dependiendo de la minería. Si sigue la minería gloria a Dios, pero ya tenemos la experiencia.
Un dato: entre regalías e impuestos, La Jagua de Ibirico dejaría de recibir al año más de $20.000 millones de pesos. Por industria y comercio hablamos de no recibir entre $11.000 y $12.000 millones, por regalías más o menos $9.000 millones.
Sin contar lo que no recibirá la gente que presta bienes y servicios: el que alquila la residencia, el restaurante, el que vende la gasolina. Eso no lo hemos calculado, pero estimaciones hablan de que La Jagua y Becerril podrían dejar de recibir $100.000 millones, entre bienes y servicios, regalías… Es un impacto altísimo.
Dentro del presupuesto, La Jagua recibía por industria y comercio $27.000 millones cada año. El 90 % lo aportaban las mineras. Solo el año pasado dejamos de recibir $8.000 millones por la parálisis de Prodeco. Antes de mi llegada el presupuesto era de $67.000 millones, hoy es de $50.000 millones, pero de esos, $26.000 tienen destinación específica, que es el régimen subsidiado de salud, más $6.000 millones que vienen por SGP.
Estamos hablando de que si la situación no cambia dejaríamos de recibir más de $17.000 millones, pero la gran verdad es que si quitamos las regalías y los impuestos que aportan las mineras no queda nada en el presupuesto del municipio.
Tenemos la fortuna que la reforma al Sistema General de Regalías hizo justicia. ¡Imagine donde esa reforma no se hubiese dado! Aun así el margen de recursos propios es bastante cerrado, por eso hay que apretar el gasto de funcionamiento y seguramente reducir algunas inversiones.
En los sectores que invertimos. Debimos priorizar la inversión en el sector agropecuario, pero no, al contrario, dejamos de invertir en el sector agropecuario y nos concentramos en concreto. No invertimos en el ser humano y dejamos de ser un municipio competitivo. Pongo un ejemplo, el plan vial de vías terciarias del municipio cuesta $120.000 millones de pesos. Esa inversión debimos haberla realizado hace años y construir placa huella en todas nuestras veredas.
Es crítico que La Jagua de Ibirico dependa de alimentos que producen en otras regiones; nosotros debemos estar produciendo. Drummond y Prodeco consumen al año más de $120.000 millones en alimentación y todo eso lo compran afuera. No tuvimos la capacidad de crear empresa y poner a producir a nuestra gente.
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Yo creo que de las crisis surgen las oportunidades. Tenemos la responsabilidad de echar para adelante este municipio, el Cesar también debe mirar hacia otra dirección. Esperamos en un futuro, no lejano, no depender de la minería, sino de la industria y el turismo. Las salidas llegarán.
Por Deivis Caro/EL PILÓN.