Por: Eloy Gutiérrez Anaya

El último episodio ocurrido en contra de la hija menor del presidente de la República Gustavo Petro en el estadio Metropolitano de Barranquilla, con ocasión del encuentro entre la selección Colombia contra Brasil donde fue abucheada y con un coro al unísono gritaban “fuera Petro, fuera Petro” al punto que a la familia del presidente le tocó abandonar el estadio en medio de rechiflas y cruce de insultos con los asistentes, hasta aquí todo mal.

Y digo que todo está mal porque la gente descarga su frustración abucheando a la familia del presidente y la prensa no hace otra cosa que enfilarla cada dia con cada acción o decisión que toma el gobierno sea buena o mala, y lo hace desde los intereses políticos o económicos que orbitan alrededor de los dueños de estos medios, pero en el fondo del asunto nadie se ha tomado el trabajo de analizar realmente a qué intereses apunta el gobierno Petro; salvo la senadora María Fernanda Cabal una de las más fuertes opositoras y quien habla sin filtro a lo que representa Gustavo Petro Urrego, los demás solo se unen a una crítica que replican los medios sin mayor profundidad.

Ustedes se han preguntado alguna vez ¿A quién representa Gustavo Petro y sus ideas? Muchos saltarán y sin dudarlo dirán ¡A la izquierda! ¡A Chávez! ¡A Maduro! ¡A los Castro! y así sucesivamente se difuminarán en los mismos conceptos que no son más que un sonsonete como disco rayado; debo decirles señores lectores que estamos ante una agenda más poderosa de lo que ustedes se imaginan, y no solo es un proyecto en Colombia o América Latina, es una agenda global cuyos propósitos debería preocuparnos más allá de si el presidente se emborracha o se droga o si la primera dama baila o se hace masajes en la playa, esto es más serio de lo que parece, todo lo que sale en las noticias y se comparte en los grupos de WhatsApp son solo la punta del iceberg de la agenda que se está desarrollando en el mundo. 

Se que lo que voy a decir va a levantar un polvorín, pero solo quiero que usted vaya un poco más allá de la simple crítica al presidente sin detenerse a analizar si eso por lo que lo critican es realmente lo grave de su gobierno o si por el contrario cada decisión, cada anuncio o cada nuevo episodio es solo una distracción más que oculta lo realmente grande de lo que se cuece en esas reuniones donde se planean los siguientes pasos para acabar con todo lo que hoy nos identifica, la familia, la iglesia, los valores, la inocencia de los niños y por supuesto crear un mundo de caos, degeneración y anarquía total, todo matizado a través de los movimientos como el feminismo, la igualdad de género, la diversidad y el progresismo, al mejor estilo de cuando éramos niños y nos camuflaban el purgante en una cucharada de miel. 

¿Qué hay detrás del muy cacareado calentamiento global y el fin de la tierra y la humanidad por culpa de los gases de efecto invernadero? ¿Quién está detrás de eliminar el petróleo como principal fuente de combustible y reemplazarlo por energías limpias? Yo no sé qué pensarán ustedes, pero quien se haya atrevido a desafiar el imperio del petróleo que lleva reinando más de un siglo como principal generador de energía, me atrevería a especular que son los principales financiadores de toda una agenda que controla gobiernos, industrias (La del entretenimiento, por ejemplo), iglesias, causas altruistas y toda una serie de movimientos alrededor del mundo que busca imponer una agenda que debería preocuparnos.

No en vano personajes como la actual rectora de la universidad EAN (Escuela de administración de negocios) Brigitte Baptiste, o la actual alcaldesa de Bogotá Claudia López, que ocupa el segundo cargo de elección más importante del país, el actual ministro de justicia, el presidente de Ecopetrol, el exdirector del DANE del gobierno Duque y excandidato a la alcaldía de Bogotá Juan Daniel Oviedo, son  solo algunos de una larga lista de representantes de estos movimientos que han logrado escalar a los más altos cargos de poder en Colombia, amén de lo que pasa en el resto del mundo.

Por todo esto señores, no es Petro y su familia, es lo que él representa lo que deberíamos rechazar.