El llanero logró coronarse, el pasado 17 de octubre, rey de la Piqueria Mayor en la versión 54 del Festival de la Leyenda Vallenata.
EL PILÓN dialogó con el nuevo rey de la Piqueria Vallenata, Yostimar Prada, el cual contó acerca de su vida, amor por la cultura de nuestra región y sus proyectos después de haber obtenido el título. En cuanto a lo último, indicó que entre sus planes está lanzar una producción discográfica que fusione los sonidos del arpa y el acordeón, con el fin de unir aún más estas regiones.
El amor por la Piqueria inició hace unos 5 años, y desde ahí empecé a profundizar en las diferentes temáticas que ponen en los festivales, a nutrirme de conocimiento y de su historia. He sido un eterno enamorado del repentetismo, después de participar en muchos festivales de contrapunteo, siempre había escuchado de la Piqueria y de la Trova, por lo que inicié a participar en la Trova y posteriormente en la Piqueria porque me gusta mucho su acervo cultural, su autenticidad. Es un ritmo muy alegre, por eso decidí empezar a participar en este festival; tengo un gran amor por la Piqueria, un gran respeto por los verseadores y una gran admiración por los juglares del folclor vallenato.
Dios nos da el don de la improvisación, de ahí en adelante todo va en la disciplina, en la constancia, en el esfuerzo, en la dedicación, en persistir. Para este festival me venía preparando día a día, desde hace 5 años. En el 2019 me presenté por primera vez, puse mucha atención a los demás verseadores y me seguí esforzando; ya para el 2020, en la edición virtual del festival, estuve en la final.
Como mi objetivo era ganar, me seguí preparando para llevarme la corona, por eso para este 2021 llegué más recargado, durante el 2019 y 2020 analicé a mis contrincantes para ir mejorando cada día más. Este año gracias a Dios se dieron las cosas, esta corona es el fruto de la constancia, de la dedicación, del esfuerzo, del análisis, de la disciplina.
En ningún momento me sentí desanimado. El primer año fue una experiencia maravillosa, presté mucha atención a todos los aspectos del concurso; para el segundo año llegué con más experiencia y firmeza, eso me permitió estar en la final y finalmente, para este tercer año Dios me concedió coronarme rey.
No me sentí desanimado, por el contrario, hay que continuar cuando se tiene una meta y no se logra en el tiempo que uno quiere. Hay que continuar, confiar en sus capacidades y, sobre todo, hay que tener paciencia. El éxito es de constancia, dedicación, esfuerzo y disciplina.
El repentista se debe inspirar para vesear porque esa es nuestra tradición oral; el repentismo es inspiración. Uno se inspira en lo que vive en el momento, en la ocasión, pero también nos inspiramos en las vivencias y tradiciones de la cultura en la que nos encontremos.
El ensayo de un verseador es la lectura, hay que tener mucha riqueza literaria, hay que saber mucho de la historia de las regiones, de lo ancestral, de las tradiciones, de las vivencias, de los juglares. El resto ya fluye en la tarima, este arte depende mucho de la concentración y la creatividad de la persona.
Para mí, existen muchas similitudes. Los copleros, sobre todo los pioneros, han sido campesinos formados en las labores propias del campo, en donde sus canciones expresan las bellezas del llano, de las mujeres, lo bello de la naturaleza; han sido poetas formados en ese trabajo diario del acervo y la tradición cultural. Hay un parentesco y una similitud con la música vallenata porque la mayoría de los juglares vallenatos provenían del campo, y departían allí. Esas raíces nos unen mucho, yo lo veo de esa forma.
Seguiré exaltando y promoviendo la riqueza cultural de nuestro país, ahora con la gran responsabilidad que es ser un gran embajador de la Piqueria, contarle al mundo lo bello del folclor vallenato. Pronto lanzaré mi primer trabajo discográfico, que también es un gran sueño que tengo, ese trabajo tendrá muchas sorpresas, entre esas, una canción donde fusionemos, muy respetuosamente, el arpa y el acordeón.
Esta versión me enseñó que el éxito, los logros y los triunfos llegan con esfuerzo, sacrificio y dedicación, que para conquistar el corazón de una región no hay que ser precisamente de ella porque Valledupar me abrió los brazos, su gente se portó de maravilla con este llanero, y ese recuerdo perdurará para siempre en el corazón de su rey de la Piqueria Yostimar Prada, ‘El coplero guameño’.
Por: Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN
El llanero logró coronarse, el pasado 17 de octubre, rey de la Piqueria Mayor en la versión 54 del Festival de la Leyenda Vallenata.
EL PILÓN dialogó con el nuevo rey de la Piqueria Vallenata, Yostimar Prada, el cual contó acerca de su vida, amor por la cultura de nuestra región y sus proyectos después de haber obtenido el título. En cuanto a lo último, indicó que entre sus planes está lanzar una producción discográfica que fusione los sonidos del arpa y el acordeón, con el fin de unir aún más estas regiones.
El amor por la Piqueria inició hace unos 5 años, y desde ahí empecé a profundizar en las diferentes temáticas que ponen en los festivales, a nutrirme de conocimiento y de su historia. He sido un eterno enamorado del repentetismo, después de participar en muchos festivales de contrapunteo, siempre había escuchado de la Piqueria y de la Trova, por lo que inicié a participar en la Trova y posteriormente en la Piqueria porque me gusta mucho su acervo cultural, su autenticidad. Es un ritmo muy alegre, por eso decidí empezar a participar en este festival; tengo un gran amor por la Piqueria, un gran respeto por los verseadores y una gran admiración por los juglares del folclor vallenato.
Dios nos da el don de la improvisación, de ahí en adelante todo va en la disciplina, en la constancia, en el esfuerzo, en la dedicación, en persistir. Para este festival me venía preparando día a día, desde hace 5 años. En el 2019 me presenté por primera vez, puse mucha atención a los demás verseadores y me seguí esforzando; ya para el 2020, en la edición virtual del festival, estuve en la final.
Como mi objetivo era ganar, me seguí preparando para llevarme la corona, por eso para este 2021 llegué más recargado, durante el 2019 y 2020 analicé a mis contrincantes para ir mejorando cada día más. Este año gracias a Dios se dieron las cosas, esta corona es el fruto de la constancia, de la dedicación, del esfuerzo, del análisis, de la disciplina.
En ningún momento me sentí desanimado. El primer año fue una experiencia maravillosa, presté mucha atención a todos los aspectos del concurso; para el segundo año llegué con más experiencia y firmeza, eso me permitió estar en la final y finalmente, para este tercer año Dios me concedió coronarme rey.
No me sentí desanimado, por el contrario, hay que continuar cuando se tiene una meta y no se logra en el tiempo que uno quiere. Hay que continuar, confiar en sus capacidades y, sobre todo, hay que tener paciencia. El éxito es de constancia, dedicación, esfuerzo y disciplina.
El repentista se debe inspirar para vesear porque esa es nuestra tradición oral; el repentismo es inspiración. Uno se inspira en lo que vive en el momento, en la ocasión, pero también nos inspiramos en las vivencias y tradiciones de la cultura en la que nos encontremos.
El ensayo de un verseador es la lectura, hay que tener mucha riqueza literaria, hay que saber mucho de la historia de las regiones, de lo ancestral, de las tradiciones, de las vivencias, de los juglares. El resto ya fluye en la tarima, este arte depende mucho de la concentración y la creatividad de la persona.
Para mí, existen muchas similitudes. Los copleros, sobre todo los pioneros, han sido campesinos formados en las labores propias del campo, en donde sus canciones expresan las bellezas del llano, de las mujeres, lo bello de la naturaleza; han sido poetas formados en ese trabajo diario del acervo y la tradición cultural. Hay un parentesco y una similitud con la música vallenata porque la mayoría de los juglares vallenatos provenían del campo, y departían allí. Esas raíces nos unen mucho, yo lo veo de esa forma.
Seguiré exaltando y promoviendo la riqueza cultural de nuestro país, ahora con la gran responsabilidad que es ser un gran embajador de la Piqueria, contarle al mundo lo bello del folclor vallenato. Pronto lanzaré mi primer trabajo discográfico, que también es un gran sueño que tengo, ese trabajo tendrá muchas sorpresas, entre esas, una canción donde fusionemos, muy respetuosamente, el arpa y el acordeón.
Esta versión me enseñó que el éxito, los logros y los triunfos llegan con esfuerzo, sacrificio y dedicación, que para conquistar el corazón de una región no hay que ser precisamente de ella porque Valledupar me abrió los brazos, su gente se portó de maravilla con este llanero, y ese recuerdo perdurará para siempre en el corazón de su rey de la Piqueria Yostimar Prada, ‘El coplero guameño’.
Por: Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN