La 1ª cumbre sobre medio ambiente, ONU, se realizó en 1972 en Estocolmo y la llamaron La Primera Cumbre para la Tierra; en esta se establecieron los vínculos y contradicciones entre el desarrollo económico y el medio ambiente, entre contaminadores y receptores, entre países ricos y pobres, entre las leyes del mercado de un lado […]
La 1ª cumbre sobre medio ambiente, ONU, se realizó en 1972 en Estocolmo y la llamaron La Primera Cumbre para la Tierra; en esta se establecieron los vínculos y contradicciones entre el desarrollo económico y el medio ambiente, entre contaminadores y receptores, entre países ricos y pobres, entre las leyes del mercado de un lado y las del Estado y la sociedad del otro; es curioso que este propósito haya surgido en Suecia donde Alfredo Nobél (sic) creara la dinamita (TNT), símbolo de progreso y de destrucción; fueron 26 principios orientadores que servirían para equilibrar el mundo y ralentizar el holocausto de la humanidad.
En esta cumbre se comenzó a hablar de cambio climático y surgieron varias entidades, más burocráticas que eficaces; ningún país industrializado, en especial los grandes consumidores de combustibles fósiles, ha querido apostarle al cumplimiento de las metas de Estocolmo para las cuales el crecimiento del PIB es soberano. Pero, de nuevo, en Kioto, en 1997, se prendieron las alarmas por el calentamiento climático debido al efecto invernadero que producen los gases carburados, aunque muchos no creen que esto sucedería. Aquí se aprobaron normas vinculantes para los signatarios, retórica de la burocracia internacional, más, ya hemos llegado a un punto de inflexión en materia ambiental.
Mucho antes de estas conferencias, ya el sueco Svante Arrhenius había anunciado los cambios climáticos que ocurrían en la troposfera si no se adoptaban estrategias para prevenirlos. Ahora sí, el lobo de caperucita vendrá.
La presencia del presidente Petro en la COP 27 fue oportuna para recordarle al mundo que el cambio climático es una realidad; sus críticas al liderazgo político del mundo pese a lo duras son irrefutables; dijo que habían fracasado en materia de medio ambiente por sostener que las fuerzas del mercado son el mecanismo principal para superar la crisis climática. Y, uno de los elementos que integran esa fuerza es el consumo de combustibles fósiles por los cuales han surgido muchas guerras, dijo Petro. Añade que es hora de la humanidad, no del petróleo. Por eso, hay que definir hasta dónde llega el mercado y dónde comienza la sociedad. ¡Hay que tener mucho valor para entrar greñudo al salón de los peluqueros! Sus propuestas son inaplazables, las compensaciones que el mundo industrial le debe pagar a la humanidad ya tienen vencidos los plazos; una forma es cambiar deuda por inversión en adaptación y mitigación en cambio climático.
La propuesta sobre la Amazonía, una de las cuatro esponjas del planeta para recoger gas carbónico, es incuestionable. Aterrizando en Colombia propone un fondo al cual nosotros le aportaríamos USD200/año durante 20 años si queremos continuar como la 2ª potencia mundial en biodiversidad. Ante este foro y en París, se reafirmó en que en Colombia el petróleo no va más como aporte presupuestal una vez se produzca la transición energética.
Aquí han armado un velorio con plañideras a bordo porque nuestra dirigencia se acostumbró a no producir y vivir de las rentas y no del trabajo. ¿Qué tanto beneficio nos ha traído la industria extractiva? Los ingresos por regalías terminaron en elefantes blancos y en el bolsillo de un cartel. Miremos un indicador sintético como lo es el índice de calidad de vida (ICV) que depende de tres indicadores: la mortalidad infantil, la esperanza de vida al nacer y la tasa de alfabetización: en 1998, el ICV fue 81.6% y en 2021, 102.0%, ocupando el puesto 71 entre 84 países analizados; en ese periodo de 23 años este indicador solo creció 0.97%/año, en promedio. ¿Por qué es tan bajo el impacto en el ICV? Frente a este precario avance, ¿cuánto se ha contaminado el ambiente? ¿Cuántas especies han desaparecido o han mutado? Las reservas probadas alcanzan para 8.8 años y desde ya, si no estructuramos fuentes sucedáneas de ingresos y una nueva matriz energética, habría crisis fiscal. Hoy solo el 31.7% del PGN se debe a los hidrocarburos gracias a los altos precios del crudo.
La 1ª cumbre sobre medio ambiente, ONU, se realizó en 1972 en Estocolmo y la llamaron La Primera Cumbre para la Tierra; en esta se establecieron los vínculos y contradicciones entre el desarrollo económico y el medio ambiente, entre contaminadores y receptores, entre países ricos y pobres, entre las leyes del mercado de un lado […]
La 1ª cumbre sobre medio ambiente, ONU, se realizó en 1972 en Estocolmo y la llamaron La Primera Cumbre para la Tierra; en esta se establecieron los vínculos y contradicciones entre el desarrollo económico y el medio ambiente, entre contaminadores y receptores, entre países ricos y pobres, entre las leyes del mercado de un lado y las del Estado y la sociedad del otro; es curioso que este propósito haya surgido en Suecia donde Alfredo Nobél (sic) creara la dinamita (TNT), símbolo de progreso y de destrucción; fueron 26 principios orientadores que servirían para equilibrar el mundo y ralentizar el holocausto de la humanidad.
En esta cumbre se comenzó a hablar de cambio climático y surgieron varias entidades, más burocráticas que eficaces; ningún país industrializado, en especial los grandes consumidores de combustibles fósiles, ha querido apostarle al cumplimiento de las metas de Estocolmo para las cuales el crecimiento del PIB es soberano. Pero, de nuevo, en Kioto, en 1997, se prendieron las alarmas por el calentamiento climático debido al efecto invernadero que producen los gases carburados, aunque muchos no creen que esto sucedería. Aquí se aprobaron normas vinculantes para los signatarios, retórica de la burocracia internacional, más, ya hemos llegado a un punto de inflexión en materia ambiental.
Mucho antes de estas conferencias, ya el sueco Svante Arrhenius había anunciado los cambios climáticos que ocurrían en la troposfera si no se adoptaban estrategias para prevenirlos. Ahora sí, el lobo de caperucita vendrá.
La presencia del presidente Petro en la COP 27 fue oportuna para recordarle al mundo que el cambio climático es una realidad; sus críticas al liderazgo político del mundo pese a lo duras son irrefutables; dijo que habían fracasado en materia de medio ambiente por sostener que las fuerzas del mercado son el mecanismo principal para superar la crisis climática. Y, uno de los elementos que integran esa fuerza es el consumo de combustibles fósiles por los cuales han surgido muchas guerras, dijo Petro. Añade que es hora de la humanidad, no del petróleo. Por eso, hay que definir hasta dónde llega el mercado y dónde comienza la sociedad. ¡Hay que tener mucho valor para entrar greñudo al salón de los peluqueros! Sus propuestas son inaplazables, las compensaciones que el mundo industrial le debe pagar a la humanidad ya tienen vencidos los plazos; una forma es cambiar deuda por inversión en adaptación y mitigación en cambio climático.
La propuesta sobre la Amazonía, una de las cuatro esponjas del planeta para recoger gas carbónico, es incuestionable. Aterrizando en Colombia propone un fondo al cual nosotros le aportaríamos USD200/año durante 20 años si queremos continuar como la 2ª potencia mundial en biodiversidad. Ante este foro y en París, se reafirmó en que en Colombia el petróleo no va más como aporte presupuestal una vez se produzca la transición energética.
Aquí han armado un velorio con plañideras a bordo porque nuestra dirigencia se acostumbró a no producir y vivir de las rentas y no del trabajo. ¿Qué tanto beneficio nos ha traído la industria extractiva? Los ingresos por regalías terminaron en elefantes blancos y en el bolsillo de un cartel. Miremos un indicador sintético como lo es el índice de calidad de vida (ICV) que depende de tres indicadores: la mortalidad infantil, la esperanza de vida al nacer y la tasa de alfabetización: en 1998, el ICV fue 81.6% y en 2021, 102.0%, ocupando el puesto 71 entre 84 países analizados; en ese periodo de 23 años este indicador solo creció 0.97%/año, en promedio. ¿Por qué es tan bajo el impacto en el ICV? Frente a este precario avance, ¿cuánto se ha contaminado el ambiente? ¿Cuántas especies han desaparecido o han mutado? Las reservas probadas alcanzan para 8.8 años y desde ya, si no estructuramos fuentes sucedáneas de ingresos y una nueva matriz energética, habría crisis fiscal. Hoy solo el 31.7% del PGN se debe a los hidrocarburos gracias a los altos precios del crudo.