Colombia seguirá siendo el bastión latinoamericano contra el Comunismo.
Llegó el momento de hacer balances y analizar lo sucedido en la jornada del 29 de mayo.
Definitivamente triunfó la democracia porque los colombianos pudimos votar en paz gracias a que el orden público estuvo bien controlado por las autoridades civiles y de policía pero también porque la Registraduría, tan cuestionada en las elecciones a Congreso del 13 de marzo, entregó resultados rápidamente; esperamos lo mismo el 19 de junio. Además se redujo la abstención.
La otra buena noticia, que no puede pasar desapercibida, es que Petro y su recua no ganaron en primera vuelta. Recordemos que hasta hace poco esa era su consigna, que hasta hace poco la intención de voto por el Pacto Histórico rondaba el 65%. Fracasaron en ese intento y se salvó Colombia.
No puede desconocerse que el país habló el domingo pasado y que definitivamente quiere un cambio, que las maquinarias no funcionaron en esta oportunidad, que el santismo llevó a que el centro desaprovechará la posibilidad de ser opción real de poder entre tanta polarización y fuera el “oso” de esta contienda; pero también que, duélale a quien le duela, el escenario está tan parejo que la derecha volverá a elegir Presidente de la República.
Es evidente que varios padres de familia hicieron la tarea y le contaron a sus hijos cómo era Colombia cuando asumió Uribe en el 2002. Seguro les narraron cómo las pescas milagrosas de la guerrilla, la toma de pueblos, sus cilindros bomba, su dedicación al narcoterrorismo y la constante amenaza en que vivimos, nos llevó a elegir la seguridad democrática. La mayoría fueron aciertos en ese gobierno. Luego de repasar esa historia, seguro que algunos de esos muchachos le contestaron a sus papás, que si bien ya no votarían por Petro, tampoco lo harían por ‘Fico’; más bien, se irían por la tercería de Rodolfo. Ahí están los resultados.
La conclusión es clara: el antipetrismo es mucho más fuerte que el petrismo. Con tal de frenar a Petro y evitar que el país se vaya al despeñadero, elegiremos a Rodolfo Hernández como Presidente de Colombia; ese platillo ya se cocinó. El domingo pasado se evidenció que tampoco será esta vez para Petro; ojalá cumpla eso de ya no volver a aspirar, esa sería la mejor noticia de los últimos años.
Hace bien Hernández en no ir a los debates, en no ser el idiota útil de la extrema izquierda. A esa campaña se le olvidó que su candidato, temiéndole al toconpe -todos contra Petro- apostó por ausentarse de varios y dejar a los demás debatir sin la presencia de quien siempre especuló con ganar en primera vuelta. Y ahora, que el santandereano sigue esos pasos, quieren, a como dé lugar, obligarlo a asistir. Así no es…
Aunque lo de ‘Fico’ no cuajó –a propósito, qué talante mostró Gutiérrez en su discurso del domingo pasado- es muy refrescante saber que personajes como Roy, Benedetti, Piedad, el libretista Bolívar, Alfonso Prada, Francia y el Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC-, Samper, las FARC, el ELN, el Clan del Golfo y la mafia en pleno, entre muchos otros delincuentes, no tendrán como alfil a Petro.
Como lo hemos dicho en varias columnas anteriores, Petro seguirá siendo Senador y continuará viviendo del estado que ha querido destruir sin descanso. Francia lo acompañará desde la Cámara de Representantes, siendo la voz del ELN en el Congreso. ¿Seguirá cobrando subsidios y en el SISBEN?
El país se pronunció, sí, es inobjetable, pero quienes terminaremos dirimiendo el que sería un empate técnico entre 2 populismos, seremos quienes votamos por ‘Fico’, por Enrique Gómez y por John Milton Rodríguez y la mayoría de los que acompañaron a Fajardo. Ahí están los votos de quienes defendemos las libertades, la democracia, la libre empresa, la propiedad privada, en fin, de quienes sin titubear defenderemos a Colombia en caso de vernos amenazados por una izquierda mezquina y malintencionada.
Colombia seguirá siendo el bastión latinoamericano contra el Comunismo. Desde hace años ese ha sido el rol geopolítico que hemos cumplido y que esperamos seguir cumpliendo.
¡Buena suerte ingeniero!
Colombia seguirá siendo el bastión latinoamericano contra el Comunismo.
Llegó el momento de hacer balances y analizar lo sucedido en la jornada del 29 de mayo.
Definitivamente triunfó la democracia porque los colombianos pudimos votar en paz gracias a que el orden público estuvo bien controlado por las autoridades civiles y de policía pero también porque la Registraduría, tan cuestionada en las elecciones a Congreso del 13 de marzo, entregó resultados rápidamente; esperamos lo mismo el 19 de junio. Además se redujo la abstención.
La otra buena noticia, que no puede pasar desapercibida, es que Petro y su recua no ganaron en primera vuelta. Recordemos que hasta hace poco esa era su consigna, que hasta hace poco la intención de voto por el Pacto Histórico rondaba el 65%. Fracasaron en ese intento y se salvó Colombia.
No puede desconocerse que el país habló el domingo pasado y que definitivamente quiere un cambio, que las maquinarias no funcionaron en esta oportunidad, que el santismo llevó a que el centro desaprovechará la posibilidad de ser opción real de poder entre tanta polarización y fuera el “oso” de esta contienda; pero también que, duélale a quien le duela, el escenario está tan parejo que la derecha volverá a elegir Presidente de la República.
Es evidente que varios padres de familia hicieron la tarea y le contaron a sus hijos cómo era Colombia cuando asumió Uribe en el 2002. Seguro les narraron cómo las pescas milagrosas de la guerrilla, la toma de pueblos, sus cilindros bomba, su dedicación al narcoterrorismo y la constante amenaza en que vivimos, nos llevó a elegir la seguridad democrática. La mayoría fueron aciertos en ese gobierno. Luego de repasar esa historia, seguro que algunos de esos muchachos le contestaron a sus papás, que si bien ya no votarían por Petro, tampoco lo harían por ‘Fico’; más bien, se irían por la tercería de Rodolfo. Ahí están los resultados.
La conclusión es clara: el antipetrismo es mucho más fuerte que el petrismo. Con tal de frenar a Petro y evitar que el país se vaya al despeñadero, elegiremos a Rodolfo Hernández como Presidente de Colombia; ese platillo ya se cocinó. El domingo pasado se evidenció que tampoco será esta vez para Petro; ojalá cumpla eso de ya no volver a aspirar, esa sería la mejor noticia de los últimos años.
Hace bien Hernández en no ir a los debates, en no ser el idiota útil de la extrema izquierda. A esa campaña se le olvidó que su candidato, temiéndole al toconpe -todos contra Petro- apostó por ausentarse de varios y dejar a los demás debatir sin la presencia de quien siempre especuló con ganar en primera vuelta. Y ahora, que el santandereano sigue esos pasos, quieren, a como dé lugar, obligarlo a asistir. Así no es…
Aunque lo de ‘Fico’ no cuajó –a propósito, qué talante mostró Gutiérrez en su discurso del domingo pasado- es muy refrescante saber que personajes como Roy, Benedetti, Piedad, el libretista Bolívar, Alfonso Prada, Francia y el Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC-, Samper, las FARC, el ELN, el Clan del Golfo y la mafia en pleno, entre muchos otros delincuentes, no tendrán como alfil a Petro.
Como lo hemos dicho en varias columnas anteriores, Petro seguirá siendo Senador y continuará viviendo del estado que ha querido destruir sin descanso. Francia lo acompañará desde la Cámara de Representantes, siendo la voz del ELN en el Congreso. ¿Seguirá cobrando subsidios y en el SISBEN?
El país se pronunció, sí, es inobjetable, pero quienes terminaremos dirimiendo el que sería un empate técnico entre 2 populismos, seremos quienes votamos por ‘Fico’, por Enrique Gómez y por John Milton Rodríguez y la mayoría de los que acompañaron a Fajardo. Ahí están los votos de quienes defendemos las libertades, la democracia, la libre empresa, la propiedad privada, en fin, de quienes sin titubear defenderemos a Colombia en caso de vernos amenazados por una izquierda mezquina y malintencionada.
Colombia seguirá siendo el bastión latinoamericano contra el Comunismo. Desde hace años ese ha sido el rol geopolítico que hemos cumplido y que esperamos seguir cumpliendo.
¡Buena suerte ingeniero!