Exponer sobre obras inconclusas en Colombia no es nada nuevo pero existen unos elefantes blancos que parecen de un país del no lo puedo creer, con hechos y personajes insólitos, mejor dicho, como para Ripley.
Exponer sobre obras inconclusas en Colombia no es nada nuevo pero existen unos elefantes blancos que parecen de un país del no lo puedo creer, con hechos y personajes insólitos, mejor dicho, como para Ripley.
En Íquira, población huilense que queda aproximadamente a una hora y media de Neiva por las vías hacia Yaguará y Palermo, existe uno de los reyes de elefantes blancos de Colombia y es nada más ni nada menos que el de la construcción de un predio para matadero público.
La referida obra, que es una muestra fehaciente sobre el mal manejo de un presupuesto municipal, se construyó parcialmente hace 15 años y ninguno de los últimos alcaldes se ha propuesto terminarla y, por consiguiente, no está funcionando.
En esta obra inconclusa se calculan pérdidas económicas que ya superaron los 600 millones de pesos y lo más negativo para la comunidad es que el sacrificio de ganado no se está haciendo en un matadero público con las mínimas medidas de seguridad e higiene; en la actualidad la obra está completamente abandonada.
Claro que la situación de los elefantes blancos no es solamente en el municipio huilense de Íquira; esa es tan solo una situación ejemplo debido a que en la mayoría de los municipios colombianos existen obras sin finalizar, abandonadas y que han causado pérdidas económicas millonarias; es por lo mismo que hacemos un llamado para que el Gobierno Nacional, con la ayuda del Congreso como rama legislativa, realicen las gestiones del caso para eliminar, de una vez por todas, estas lamentables situaciones que demuestran la pésima administración que se presenta en la mayoría de las alcaldías municipales del país.
En la presente época el alcalde del municipio de Íquira es Alberto Yustres Barrera. Esta población huilense, con más de 12 mil habitantes, es visitada frecuentemente por turistas extranjeros por su plena tranquilidad; en Íquira se encuentra la reserva forestal de Tarpeya y en su parque principal está un árbol samán centenario.
La economía de Íquira se sustenta principalmente en actividades agropecuarias y en la vereda Buenos Aires, zona rural de éste municipio, se extrae, desde las entrañas de sus montañas, oro de veinticuatro quilates que es utilizado para la elaboración de medallas y trofeos como el del Premio Nobel de Paz.
La población de Íquira fue fundado por Francisco Martínez de Ospina en 1694 y es la ciudad luz de Huila con la primera planta hidroeléctrica del departamento. Limita por el norte con Teruel; por el sur con Tesalia; por el este con Teruel y Yaguará y por el oeste con Nátaga y el municipio de Páez (Cauca).
Exponer sobre obras inconclusas en Colombia no es nada nuevo pero existen unos elefantes blancos que parecen de un país del no lo puedo creer, con hechos y personajes insólitos, mejor dicho, como para Ripley.
Exponer sobre obras inconclusas en Colombia no es nada nuevo pero existen unos elefantes blancos que parecen de un país del no lo puedo creer, con hechos y personajes insólitos, mejor dicho, como para Ripley.
En Íquira, población huilense que queda aproximadamente a una hora y media de Neiva por las vías hacia Yaguará y Palermo, existe uno de los reyes de elefantes blancos de Colombia y es nada más ni nada menos que el de la construcción de un predio para matadero público.
La referida obra, que es una muestra fehaciente sobre el mal manejo de un presupuesto municipal, se construyó parcialmente hace 15 años y ninguno de los últimos alcaldes se ha propuesto terminarla y, por consiguiente, no está funcionando.
En esta obra inconclusa se calculan pérdidas económicas que ya superaron los 600 millones de pesos y lo más negativo para la comunidad es que el sacrificio de ganado no se está haciendo en un matadero público con las mínimas medidas de seguridad e higiene; en la actualidad la obra está completamente abandonada.
Claro que la situación de los elefantes blancos no es solamente en el municipio huilense de Íquira; esa es tan solo una situación ejemplo debido a que en la mayoría de los municipios colombianos existen obras sin finalizar, abandonadas y que han causado pérdidas económicas millonarias; es por lo mismo que hacemos un llamado para que el Gobierno Nacional, con la ayuda del Congreso como rama legislativa, realicen las gestiones del caso para eliminar, de una vez por todas, estas lamentables situaciones que demuestran la pésima administración que se presenta en la mayoría de las alcaldías municipales del país.
En la presente época el alcalde del municipio de Íquira es Alberto Yustres Barrera. Esta población huilense, con más de 12 mil habitantes, es visitada frecuentemente por turistas extranjeros por su plena tranquilidad; en Íquira se encuentra la reserva forestal de Tarpeya y en su parque principal está un árbol samán centenario.
La economía de Íquira se sustenta principalmente en actividades agropecuarias y en la vereda Buenos Aires, zona rural de éste municipio, se extrae, desde las entrañas de sus montañas, oro de veinticuatro quilates que es utilizado para la elaboración de medallas y trofeos como el del Premio Nobel de Paz.
La población de Íquira fue fundado por Francisco Martínez de Ospina en 1694 y es la ciudad luz de Huila con la primera planta hidroeléctrica del departamento. Limita por el norte con Teruel; por el sur con Tesalia; por el este con Teruel y Yaguará y por el oeste con Nátaga y el municipio de Páez (Cauca).