Uno de estos escenarios está ubicado en La Jagua de Ibirico, Cesar, costó alrededor de $1.250.000.000. A pocos meses de ser inaugurado por el expresidente Iván Duque en 2022, la estructura no aguantó un aguacero.
La consejera presidencial para la Juventud, Gabriela Posso Restrepo, llegó al departamento del Cesar para exponer la oferta institucional del Gobierno nacional para esta población y continuar con la construcción de la política de juventud.
Lee también: En el Cesar invirtieron cerca de $40.000 millones en infraestructuras ‘Sacúdete’
La administradora de empresas oriunda de Cali, Valle del Cauca, lideró un encuentro con la ciudadanía del municipio de La Paz bajo la estrategia ‘Colombia Joven en el territorio’; este sábado estará en la capital guajira, Riohacha.
¿Qué retos encontró, al llegar a la Consejería, para abordar los problemas que tiene la juventud colombiana?
Yo fui la coordinadora del empalme de juventud que fue transversal porque participaron las diferentes entidades y pudimos encontrar varios problemas, el primero es que el programa Sacúdete tenía denuncias de prensa, incluso el alcalde de Guamal, Tolima, fue destituido por temas de corrupción en este programa. Esa fue la primera alerta.
El segundo asunto es que los temas de juventud estaban desarticulados porque la Consejería se había encargado de un tema muy específico que era la participación, pero muchos jóvenes no sentían articulación frente al programa, además muchos temas estaban andando sueltos en otros ministerios y se veía un doble esfuerzo en otras entidades.
Un tercer punto que vimos es que la Consejería quedaba corta para todos las necesidades de la juventud. Todas las recomendaciones se las dimos al señor presidente.
¿Qué ha hecho usted para corregir esos asuntos?
Organicé la consejería para tocar, no solo asuntos del subsistema que es muy importante, sino también otros temas que competen a la juventud como el tema de paz, la no criminalización de la protesta y el tema educativo. Ayer estuvimos en Barranquilla en un ‘Diálogo permanente por la educación’ con el Ministerio de Educación, el cual fue una iniciativa nuestra de cara a la reforma a la Ley 30 de 1992.
No dejes de leer: En González, sur del Cesar, mataron a un pariente del alcalde
Para productividad y empleo digno, hemos venido articulando con el Ministerio del Trabajo, y la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en un proceso de formas de trabajo digno, entre otros asuntos.
La línea de formulación de la política pública nacional de juventud donde se encuentra el componente de justicia social y cierre de brechas con enfoques diferenciales como indígenas, gitanos, narp (negra, afrocolombiana, raizal y palenquera)… estamos hablando de casi $3.000 millones para trabajar con estos enfoques.
También se está trabajando en la participación juvenil que ya se encarga del subsistema y escuelas de liderazgos. Lo que buscamos es articular con los ministerios y entidades para que la Consejería realmente sea esa entidad rectora en temas de juventud.
Por otro lado, todos los enlaces de juventud eran desde Bogotá o de otros municipios, no eran jóvenes que tuvieran procesos de juventud. Teníamos un caso de la persona que trabajaba en Antioquía no vivía en Antioquía.
Ahora se organizó de tal manera que hoy hay más enlaces y personas que además de tener procesos juveniles, viven directamente en los territorios. Por ejemplo, el del Caribe vive en Barranquilla.
La decisión no solo la tomó la Consejería, sino el mismo Gobierno nacional de no seguir fortaleciendo este proceso por todas las razones que nombré, y construir de cara un programa que fuera articulador y que fuera directamente a los jóvenes excluidos que requieren el apoyo del Gobierno para salir de la línea de pobreza y fortalecer la reducción de homicidios, de violencia en el país.
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El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, al final de 2024, va a entregar 50 centros, pero ahora la estrategia se llama ‘Atrapa sueños’, que no es cambio de nombre, sino una lógica distinta de relacionamiento entre el joven y la comunidad. Lo de sacúdete es una deuda que tenemos con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de $50 millones de dólares.
Tenemos un recurso de $15.000 millones para 12 millones de jóvenes, sigue siendo pequeño, pero es el recurso más grande que ha tenido la consejería por todos estos años. La juventud requiere otra instancia administrativa, de hecho el presidente habló de un viceministerio de Juventud que logre cubrir las necesidades.
Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN.
Uno de estos escenarios está ubicado en La Jagua de Ibirico, Cesar, costó alrededor de $1.250.000.000. A pocos meses de ser inaugurado por el expresidente Iván Duque en 2022, la estructura no aguantó un aguacero.
La consejera presidencial para la Juventud, Gabriela Posso Restrepo, llegó al departamento del Cesar para exponer la oferta institucional del Gobierno nacional para esta población y continuar con la construcción de la política de juventud.
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La administradora de empresas oriunda de Cali, Valle del Cauca, lideró un encuentro con la ciudadanía del municipio de La Paz bajo la estrategia ‘Colombia Joven en el territorio’; este sábado estará en la capital guajira, Riohacha.
¿Qué retos encontró, al llegar a la Consejería, para abordar los problemas que tiene la juventud colombiana?
Yo fui la coordinadora del empalme de juventud que fue transversal porque participaron las diferentes entidades y pudimos encontrar varios problemas, el primero es que el programa Sacúdete tenía denuncias de prensa, incluso el alcalde de Guamal, Tolima, fue destituido por temas de corrupción en este programa. Esa fue la primera alerta.
El segundo asunto es que los temas de juventud estaban desarticulados porque la Consejería se había encargado de un tema muy específico que era la participación, pero muchos jóvenes no sentían articulación frente al programa, además muchos temas estaban andando sueltos en otros ministerios y se veía un doble esfuerzo en otras entidades.
Un tercer punto que vimos es que la Consejería quedaba corta para todos las necesidades de la juventud. Todas las recomendaciones se las dimos al señor presidente.
¿Qué ha hecho usted para corregir esos asuntos?
Organicé la consejería para tocar, no solo asuntos del subsistema que es muy importante, sino también otros temas que competen a la juventud como el tema de paz, la no criminalización de la protesta y el tema educativo. Ayer estuvimos en Barranquilla en un ‘Diálogo permanente por la educación’ con el Ministerio de Educación, el cual fue una iniciativa nuestra de cara a la reforma a la Ley 30 de 1992.
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Para productividad y empleo digno, hemos venido articulando con el Ministerio del Trabajo, y la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en un proceso de formas de trabajo digno, entre otros asuntos.
La línea de formulación de la política pública nacional de juventud donde se encuentra el componente de justicia social y cierre de brechas con enfoques diferenciales como indígenas, gitanos, narp (negra, afrocolombiana, raizal y palenquera)… estamos hablando de casi $3.000 millones para trabajar con estos enfoques.
También se está trabajando en la participación juvenil que ya se encarga del subsistema y escuelas de liderazgos. Lo que buscamos es articular con los ministerios y entidades para que la Consejería realmente sea esa entidad rectora en temas de juventud.
Por otro lado, todos los enlaces de juventud eran desde Bogotá o de otros municipios, no eran jóvenes que tuvieran procesos de juventud. Teníamos un caso de la persona que trabajaba en Antioquía no vivía en Antioquía.
Ahora se organizó de tal manera que hoy hay más enlaces y personas que además de tener procesos juveniles, viven directamente en los territorios. Por ejemplo, el del Caribe vive en Barranquilla.
La decisión no solo la tomó la Consejería, sino el mismo Gobierno nacional de no seguir fortaleciendo este proceso por todas las razones que nombré, y construir de cara un programa que fuera articulador y que fuera directamente a los jóvenes excluidos que requieren el apoyo del Gobierno para salir de la línea de pobreza y fortalecer la reducción de homicidios, de violencia en el país.
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El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, al final de 2024, va a entregar 50 centros, pero ahora la estrategia se llama ‘Atrapa sueños’, que no es cambio de nombre, sino una lógica distinta de relacionamiento entre el joven y la comunidad. Lo de sacúdete es una deuda que tenemos con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de $50 millones de dólares.
Tenemos un recurso de $15.000 millones para 12 millones de jóvenes, sigue siendo pequeño, pero es el recurso más grande que ha tenido la consejería por todos estos años. La juventud requiere otra instancia administrativa, de hecho el presidente habló de un viceministerio de Juventud que logre cubrir las necesidades.
Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN.