Después de un receso de 34 días, retomo mi actividad como columnista de EL PILÓN. El pasado 21 de diciembre, con mi esposa y ‘Yiya’, mi cuñada, viajé de vacaciones a Europa, donde nos recibió nuestra hija Marta Tere y su esposo, Juan Pablo San Segundo de Lózar, residentes en Madrid, España.
Después de un receso de 34 días, retomo mi actividad como columnista de EL PILÓN. El pasado 21 de diciembre, con mi esposa y ‘Yiya’, mi cuñada, viajé de vacaciones a Europa, donde nos recibió nuestra hija Marta Tere y su esposo, Juan Pablo San Segundo de Lózar, residentes en Madrid, España. La fiestas de navidad la celebramos con la familia de mi yerno en la ciudad de Palencia, capital municipal, situada a orillas del río Carrión de la provincia homónima en la comunidad autónoma de Castilla y León.
El fin de año lo festejamos en Unterseen y en Interlaken -a estos dos pueblos turísticos de Suiza los separa el río Aar, un afluente caudaloso del río Rin; además, rodeados de grandes lagos y montañas con nieves perpetuas de la cordillera de los Alpes. En estos pueblos permanecimos cinco días como huéspedes en la residencia vacacional de la familia Moroder-Calderón, conformada por Ricardo Moroder, su esposa, mi prima Carolina Calderón Churio y su hijo de 11 años, Elías Moroder Calderón. Uno de los tantos bienestares que disfrutamos fue el baño en aguas termales a 35°C entre el ambiente de nevados alpinos ¡Maravilloso! y ¡Gratificante! Después en la ciudad de Valencia, España, en la residencia habitual de los Moroder-Calderón, duramos tres días, en esa linda ciudad fuimos agasajados por la vallenata Marlene Peñalver Calderón y su esposo (español), Miguel Rodríguez. Marlene nos ofreció arroz horneado, plato tradicional valenciano, tan o más delicioso que la paella valenciana, que yo repetí una buena porción y me reservaron otra para el desayuno.
La ciudad de Valencia tiene de adorno el Jardín del Turia, parque urbano público lineal situado en el antiguo cauce del río Turia, que atraviesa a la ciudad, con su área es de 136 hectáreas, 10 kilómetros de largo y 160 metros de ancho, es una maravilla, diversiones y deportes diarios, no dispongo de espacio para describir su belleza. Aledaño a una de sus márgenes construyeron el parque museo de las Artes y las Ciencias, espectacular complemento con diseño arquitectónico extraordinario. Ernesto Orozco cuando fue candidato a la alcaldía de Valledupar estuvo visitando esta magnificencia, pienso que con el propósito de copiar algo de esto.
Ávila, fue otra de las tantas ciudades que visité en España, sus iconos son sus antiguas murallas, más grandes y vistosas que las de Toledo y Lugo que les siguen en longitud, pero no en majestuosidad. La otra hermosa reliquia de Ávila es la inmensa catedral de Santa Teresa de Jesús (su verdadero nombre lo escribió Miguel Aroca Yepes en su columna de ayer), monja oriunda de Ávila, erudita para su época y multimillonaria, y toda su fortuna fue invertida en la construcción de dicha catedral.
En mi regreso a Valledupar, encuentro que estaban enterrando al popular Romoca, a sus familiares mis sentidas condolencias; sin duda alguna Rodolfo Montero Castro ‘Romoca’, fue todo un personaje, cuyo fallecimiento es muy lamentable para la sociedad vallenata. Me adhiero a los elogiosos comentarios del reconocido locutor y folclorista Jaime Pérez Parodi. No sabía que padecía de cáncer que, finalmente lo llevó a la tumba, me alegra mucho que su sepelio y entierro haya sido bastante concurrido, muestra de la simpatía que se granjeó con su enorme labor social, Q.E.P.D.
Lo otro que encuentro es la fuerte disputa por la administración de la gobernación del departamento del Cesar y de la Alcaldía de Valledupar en el próximo periodo, cuyas elecciones serán en octubre de este año. Cada ciudadano es libre de votar por los candidatos de sus preferencias; sin embargo, lo más importante es otorgar el poder a aquellos que creamos van a desempeñar mejores gestiones en procura de mejorar las condiciones sociales, económicas, arquitectónicas, ambientales, salud, cultural y servicios públicos de nuestro departamento y su capital Valledupar.
Por José Romero Churio
Después de un receso de 34 días, retomo mi actividad como columnista de EL PILÓN. El pasado 21 de diciembre, con mi esposa y ‘Yiya’, mi cuñada, viajé de vacaciones a Europa, donde nos recibió nuestra hija Marta Tere y su esposo, Juan Pablo San Segundo de Lózar, residentes en Madrid, España.
Después de un receso de 34 días, retomo mi actividad como columnista de EL PILÓN. El pasado 21 de diciembre, con mi esposa y ‘Yiya’, mi cuñada, viajé de vacaciones a Europa, donde nos recibió nuestra hija Marta Tere y su esposo, Juan Pablo San Segundo de Lózar, residentes en Madrid, España. La fiestas de navidad la celebramos con la familia de mi yerno en la ciudad de Palencia, capital municipal, situada a orillas del río Carrión de la provincia homónima en la comunidad autónoma de Castilla y León.
El fin de año lo festejamos en Unterseen y en Interlaken -a estos dos pueblos turísticos de Suiza los separa el río Aar, un afluente caudaloso del río Rin; además, rodeados de grandes lagos y montañas con nieves perpetuas de la cordillera de los Alpes. En estos pueblos permanecimos cinco días como huéspedes en la residencia vacacional de la familia Moroder-Calderón, conformada por Ricardo Moroder, su esposa, mi prima Carolina Calderón Churio y su hijo de 11 años, Elías Moroder Calderón. Uno de los tantos bienestares que disfrutamos fue el baño en aguas termales a 35°C entre el ambiente de nevados alpinos ¡Maravilloso! y ¡Gratificante! Después en la ciudad de Valencia, España, en la residencia habitual de los Moroder-Calderón, duramos tres días, en esa linda ciudad fuimos agasajados por la vallenata Marlene Peñalver Calderón y su esposo (español), Miguel Rodríguez. Marlene nos ofreció arroz horneado, plato tradicional valenciano, tan o más delicioso que la paella valenciana, que yo repetí una buena porción y me reservaron otra para el desayuno.
La ciudad de Valencia tiene de adorno el Jardín del Turia, parque urbano público lineal situado en el antiguo cauce del río Turia, que atraviesa a la ciudad, con su área es de 136 hectáreas, 10 kilómetros de largo y 160 metros de ancho, es una maravilla, diversiones y deportes diarios, no dispongo de espacio para describir su belleza. Aledaño a una de sus márgenes construyeron el parque museo de las Artes y las Ciencias, espectacular complemento con diseño arquitectónico extraordinario. Ernesto Orozco cuando fue candidato a la alcaldía de Valledupar estuvo visitando esta magnificencia, pienso que con el propósito de copiar algo de esto.
Ávila, fue otra de las tantas ciudades que visité en España, sus iconos son sus antiguas murallas, más grandes y vistosas que las de Toledo y Lugo que les siguen en longitud, pero no en majestuosidad. La otra hermosa reliquia de Ávila es la inmensa catedral de Santa Teresa de Jesús (su verdadero nombre lo escribió Miguel Aroca Yepes en su columna de ayer), monja oriunda de Ávila, erudita para su época y multimillonaria, y toda su fortuna fue invertida en la construcción de dicha catedral.
En mi regreso a Valledupar, encuentro que estaban enterrando al popular Romoca, a sus familiares mis sentidas condolencias; sin duda alguna Rodolfo Montero Castro ‘Romoca’, fue todo un personaje, cuyo fallecimiento es muy lamentable para la sociedad vallenata. Me adhiero a los elogiosos comentarios del reconocido locutor y folclorista Jaime Pérez Parodi. No sabía que padecía de cáncer que, finalmente lo llevó a la tumba, me alegra mucho que su sepelio y entierro haya sido bastante concurrido, muestra de la simpatía que se granjeó con su enorme labor social, Q.E.P.D.
Lo otro que encuentro es la fuerte disputa por la administración de la gobernación del departamento del Cesar y de la Alcaldía de Valledupar en el próximo periodo, cuyas elecciones serán en octubre de este año. Cada ciudadano es libre de votar por los candidatos de sus preferencias; sin embargo, lo más importante es otorgar el poder a aquellos que creamos van a desempeñar mejores gestiones en procura de mejorar las condiciones sociales, económicas, arquitectónicas, ambientales, salud, cultural y servicios públicos de nuestro departamento y su capital Valledupar.
Por José Romero Churio