En el manejo de agroquímicos se comenten muchos errores que redundan en la degradación de los recursos naturales, el medio ambiente y la salud de los seres vivos, sin que se tome conciencia de la importancia de hacer un uso responsable de los plaguicidas y fertilizantes. En el primer caso se abusa del uso de […]
En el manejo de agroquímicos se comenten muchos errores que redundan en la degradación de los recursos naturales, el medio ambiente y la salud de los seres vivos, sin que se tome conciencia de la importancia de hacer un uso responsable de los plaguicidas y fertilizantes.
En el primer caso se abusa del uso de productos para la protección de los cultivos, sin la recomendación del ingeniero agrónomo, sin leer por lo menos la etiqueta, sin dosificar adecuadamente, sin respetar las épocas de carencia, y sin cumplir las recomendaciones mínimas sobre almacenamiento, manejo de equipos, disposición de envases, y protección de los trabajadores, lo que facilita que los riesgos se conviertan en peligros, contra la vida humana y la de las demás especies. En el segundo caso la situación es similar porque se procede a suministrar fertilizantes a los diferentes cultivos, sin la guía del análisis de suelo, sin la interpretación adecuada del ingeniero agrónomo para obtener la recomendación, acorde con la disponibilidad de los nutrimentos del suelo, sus deficiencias y los requerimientos del cultivo a establecer, para lograr un buen rendimiento, lo que facilita la afectación nociva a los suelos por salinidad, alcalinidad, acidificación, compactación y erosión.
El entorno ambiental en nuestro país se ha venido perjudicando progresivamente a tal punto que son inminentes las crisis ambientales por deforestación, contaminación de suelos, aguas, alimentos y aire, afectación negativa a páramos y humedales, donde es alta la incidencia de las actividades del agro. Sin embargo, la actividad agropecuaria de Colombia es muy importante y su potencial supera al de muchos países en el mundo, por lo que debemos comprometernos con el desarrollo rural sostenible y competitivo, que no puede prescindir de los agroquímicos, pero si de los malos procedimientos en su aplicación y manejo.
El uso de agroquímicos no se puede suspender, so pena de sacrificar la productividad, la seguridad alimentaria y el desarrollo del campo colombiano; lo indispensable es hacer un uso racional, con la utilización de plaguicidas como parte de manejos integrales y en la fertilización, como aplicación de recomendaciones técnicas para la nutrición efectiva de los cultivos, en completa armonía con los recursos naturales y el medio ambiente. Si miramos solo el manejo de herbicidas, este procedimiento es una necesidad, para evitar la competencia de las arvenses en cultivos comerciales, donde otro método de control sería muy costoso y de alta utilización de mano de obra. En la erradicación de cultivos ilícitos con glifosato por ejemplo, lo procedente no es prohibir su utilización, sino extremar las precauciones de manejo y las recomendaciones para que su uso sea lo más eficiente y seguro.
En conclusión los agroquímicos son una herramienta de gran importancia para la productividad y el desarrollo del sector agropecuario y la capacitación, información y comunicación integral de las comunidades en cada región, debe estar fundamentada en la formación de competencias para el uso responsable de los agroquímicos, donde el productor conozca y desarrolle las mejores formas de aplicación, para proteger y nutrir sus explotaciones.
Por Darío Álvarez Morantes
En el manejo de agroquímicos se comenten muchos errores que redundan en la degradación de los recursos naturales, el medio ambiente y la salud de los seres vivos, sin que se tome conciencia de la importancia de hacer un uso responsable de los plaguicidas y fertilizantes. En el primer caso se abusa del uso de […]
En el manejo de agroquímicos se comenten muchos errores que redundan en la degradación de los recursos naturales, el medio ambiente y la salud de los seres vivos, sin que se tome conciencia de la importancia de hacer un uso responsable de los plaguicidas y fertilizantes.
En el primer caso se abusa del uso de productos para la protección de los cultivos, sin la recomendación del ingeniero agrónomo, sin leer por lo menos la etiqueta, sin dosificar adecuadamente, sin respetar las épocas de carencia, y sin cumplir las recomendaciones mínimas sobre almacenamiento, manejo de equipos, disposición de envases, y protección de los trabajadores, lo que facilita que los riesgos se conviertan en peligros, contra la vida humana y la de las demás especies. En el segundo caso la situación es similar porque se procede a suministrar fertilizantes a los diferentes cultivos, sin la guía del análisis de suelo, sin la interpretación adecuada del ingeniero agrónomo para obtener la recomendación, acorde con la disponibilidad de los nutrimentos del suelo, sus deficiencias y los requerimientos del cultivo a establecer, para lograr un buen rendimiento, lo que facilita la afectación nociva a los suelos por salinidad, alcalinidad, acidificación, compactación y erosión.
El entorno ambiental en nuestro país se ha venido perjudicando progresivamente a tal punto que son inminentes las crisis ambientales por deforestación, contaminación de suelos, aguas, alimentos y aire, afectación negativa a páramos y humedales, donde es alta la incidencia de las actividades del agro. Sin embargo, la actividad agropecuaria de Colombia es muy importante y su potencial supera al de muchos países en el mundo, por lo que debemos comprometernos con el desarrollo rural sostenible y competitivo, que no puede prescindir de los agroquímicos, pero si de los malos procedimientos en su aplicación y manejo.
El uso de agroquímicos no se puede suspender, so pena de sacrificar la productividad, la seguridad alimentaria y el desarrollo del campo colombiano; lo indispensable es hacer un uso racional, con la utilización de plaguicidas como parte de manejos integrales y en la fertilización, como aplicación de recomendaciones técnicas para la nutrición efectiva de los cultivos, en completa armonía con los recursos naturales y el medio ambiente. Si miramos solo el manejo de herbicidas, este procedimiento es una necesidad, para evitar la competencia de las arvenses en cultivos comerciales, donde otro método de control sería muy costoso y de alta utilización de mano de obra. En la erradicación de cultivos ilícitos con glifosato por ejemplo, lo procedente no es prohibir su utilización, sino extremar las precauciones de manejo y las recomendaciones para que su uso sea lo más eficiente y seguro.
En conclusión los agroquímicos son una herramienta de gran importancia para la productividad y el desarrollo del sector agropecuario y la capacitación, información y comunicación integral de las comunidades en cada región, debe estar fundamentada en la formación de competencias para el uso responsable de los agroquímicos, donde el productor conozca y desarrolle las mejores formas de aplicación, para proteger y nutrir sus explotaciones.
Por Darío Álvarez Morantes