Entre Otras Cosas…. Por: Dario Arregoces Mucho se habla acerca de la idolatría de los cristianos católicos, cuando realizamos las tradicionales procesiones, pues los hermanos separados de la iglesia, no comparten que adoremos imágenes hechas en yeso y madera, indignas de ser contempladas y menos veneradas. Son variados los argumentos esgrimidos por estos hermanos, entre […]
Entre Otras Cosas….
Por: Dario Arregoces
Mucho se habla acerca de la idolatría de los cristianos católicos, cuando realizamos las tradicionales procesiones, pues los hermanos separados de la iglesia, no comparten que adoremos imágenes hechas en yeso y madera, indignas de ser contempladas y menos veneradas. Son variados los argumentos esgrimidos por estos hermanos, entre los que se encuentran: Éxodo 20, 4-5 “No te harás una imagen, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua bajo tierra. No te postraras ante ellos ni les darás culto; porque yo el Señor tu Dios soy un Dios celoso: castigo la culpa de los padres en los hijos nietos y bisnietos cuando me aborrecen”.
Lo primero que hay que aclarar aquí, es que las imágenes no son ídolos, pues los ídolos son dioses, en tanto que las imágenes para nosotros los católicos son representaciones de Jesús, de la santísima virgen María y de los Santos. El pasaje del becerro de oro, ilustra claramente lo que es la idolatría, pues el pueblo israelita, se postró a los pies de un falso dios, de creación humana, lo que despertó la ira de Dios, un Dios celoso que nos recuerda nuestra promesa de vida eterna a cambio de fidelidad, fidelidad que no admite competencia. Desde luego el mundo está plagado de falsos dioses, tales como la lujuria, el dinero, la soberbia, la tecnología entre otros.
El mismo Dios mandó a Moisés a hacer una serpiente de bronce, con poderes curativos, tal como se narra en Números 21,28. Además es bueno aclarar que nosotros los católicos no veneramos las imágenes en sí mismas, pues sabemos de sobra de lo que están hechas, pero sí lo que representan. Es un recordatorio de cada momento vivido por nuestro Señor, que se vivifica en las procesiones, a las que acudimos masivamente, con auténtico fervor cristiano, como acudimos también a presenciar el sacrificio incruento de nuestro Señor, que nos entrega su cuerpo y su sangre en la santa eucaristía y que nos dice: “Hagan esto en memoria mía”.
Así las cosas, debemos – forzosamente- concluir que las imágenes son representaciones, que forman parte de nuestras tradiciones cristianas. En la procesión católica, se escenifica la vida, pasión y muerte de Jesús, allí presenciamos la imagen de Santa Verónica que lleva en su manos un manto con la imagen del Divino Rostro.
A lo anterior puede agregarse la costumbre de tener en nuestra cartera, la foto de un ser querido, llámese, madre, hijo, hermano etc. De más está decir, que es una imagen plasmada en un pedazo de papel, pero no es el papel, sino la representación de ese ser querido, la que conservamos con afecto y respeto. Por último recordemos que nuestra fe católica nos lleva a creer no solo en un Dios vivo y verdadero, sino también A creer en su madre la Santísima Virgen María y en los Santos que con su vida dieron ejemplo de verdadera fe cristiana y por ello, los recordamos en nuestro Credo Católico, donde expresamos que no solo creemos en Dios sino también en su hijo Jesús, en la Virgen María y en la comunión de los Santos.
Considerar que los católicos somos idólatras, no es más que una falsa doctrina que pretende confundirnos y hacernos perder el camino que conduce al Padre.
Sólo me resta invitarlos para que con auténtica devoción cristiana, nos preparemos para tomar parte en esta Semana Santa, que inició este 1º de Abril con la celebración del Domingo de Ramos.
[email protected]
Valledupar, Marzo de 2012.
Entre Otras Cosas…. Por: Dario Arregoces Mucho se habla acerca de la idolatría de los cristianos católicos, cuando realizamos las tradicionales procesiones, pues los hermanos separados de la iglesia, no comparten que adoremos imágenes hechas en yeso y madera, indignas de ser contempladas y menos veneradas. Son variados los argumentos esgrimidos por estos hermanos, entre […]
Entre Otras Cosas….
Por: Dario Arregoces
Mucho se habla acerca de la idolatría de los cristianos católicos, cuando realizamos las tradicionales procesiones, pues los hermanos separados de la iglesia, no comparten que adoremos imágenes hechas en yeso y madera, indignas de ser contempladas y menos veneradas. Son variados los argumentos esgrimidos por estos hermanos, entre los que se encuentran: Éxodo 20, 4-5 “No te harás una imagen, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua bajo tierra. No te postraras ante ellos ni les darás culto; porque yo el Señor tu Dios soy un Dios celoso: castigo la culpa de los padres en los hijos nietos y bisnietos cuando me aborrecen”.
Lo primero que hay que aclarar aquí, es que las imágenes no son ídolos, pues los ídolos son dioses, en tanto que las imágenes para nosotros los católicos son representaciones de Jesús, de la santísima virgen María y de los Santos. El pasaje del becerro de oro, ilustra claramente lo que es la idolatría, pues el pueblo israelita, se postró a los pies de un falso dios, de creación humana, lo que despertó la ira de Dios, un Dios celoso que nos recuerda nuestra promesa de vida eterna a cambio de fidelidad, fidelidad que no admite competencia. Desde luego el mundo está plagado de falsos dioses, tales como la lujuria, el dinero, la soberbia, la tecnología entre otros.
El mismo Dios mandó a Moisés a hacer una serpiente de bronce, con poderes curativos, tal como se narra en Números 21,28. Además es bueno aclarar que nosotros los católicos no veneramos las imágenes en sí mismas, pues sabemos de sobra de lo que están hechas, pero sí lo que representan. Es un recordatorio de cada momento vivido por nuestro Señor, que se vivifica en las procesiones, a las que acudimos masivamente, con auténtico fervor cristiano, como acudimos también a presenciar el sacrificio incruento de nuestro Señor, que nos entrega su cuerpo y su sangre en la santa eucaristía y que nos dice: “Hagan esto en memoria mía”.
Así las cosas, debemos – forzosamente- concluir que las imágenes son representaciones, que forman parte de nuestras tradiciones cristianas. En la procesión católica, se escenifica la vida, pasión y muerte de Jesús, allí presenciamos la imagen de Santa Verónica que lleva en su manos un manto con la imagen del Divino Rostro.
A lo anterior puede agregarse la costumbre de tener en nuestra cartera, la foto de un ser querido, llámese, madre, hijo, hermano etc. De más está decir, que es una imagen plasmada en un pedazo de papel, pero no es el papel, sino la representación de ese ser querido, la que conservamos con afecto y respeto. Por último recordemos que nuestra fe católica nos lleva a creer no solo en un Dios vivo y verdadero, sino también A creer en su madre la Santísima Virgen María y en los Santos que con su vida dieron ejemplo de verdadera fe cristiana y por ello, los recordamos en nuestro Credo Católico, donde expresamos que no solo creemos en Dios sino también en su hijo Jesús, en la Virgen María y en la comunión de los Santos.
Considerar que los católicos somos idólatras, no es más que una falsa doctrina que pretende confundirnos y hacernos perder el camino que conduce al Padre.
Sólo me resta invitarlos para que con auténtica devoción cristiana, nos preparemos para tomar parte en esta Semana Santa, que inició este 1º de Abril con la celebración del Domingo de Ramos.
[email protected]
Valledupar, Marzo de 2012.