Los que estamos en cada uno de los tejidos que la Red impone (no nos sentimos ciudadanos del mundo si no abrimos cuenta en cada una de ellas) aportamos al gran Banco de Conocimientos del que a su vez nos nutrimos al instante
Por Silvia Betancourt Alliegro
Los que estamos en cada uno de los tejidos que la Red impone (no nos sentimos ciudadanos del mundo si no abrimos cuenta en cada una de ellas) aportamos al gran Banco de Conocimientos del que a su vez nos nutrimos al instante, es una maravilla interactiva que ningún escritor de anticipación a la ciencia se pudo imaginar, es decir, vivimos en un sueño calculado desde la visión de poderosos del pensamiento y la acción.
La combinación perfecta que nos llevó al totalitarismo que Hitler hubiera querido para la época en que encarnó.
Ahora anuncian que nos hacen seguimiento, lo reconocen por la fuerza de delaciones sustentadas de dos hombres que se atrevieron a denunciarlos y que estaban dentro de su ‘sistema’, por tanto, sabemos que el Gran Hermano anunciado por Orwell (1984) tiene destacamentos vía Internet; entonces, estamos avisados que la Policía del Pensamiento intervendrá en la Historia.
¿Cómo podríamos sustraernos al espionaje del Gran Hermano?
Cerrar todas las cuentas no servirá, puesto que lo que comunicamos quedará para siempre en sus archivos.
¿Compartiendo links ambientales?
Tampoco servirá, puesto que los afiliados andan a la caza de recursos no renovables, que para ello arman guerras donde sea que estén.
¿Usando múltiples identidades?
Ni soñarlo, muchos hackers expertos lo han intentado, pero alguna vez caen, así actúen desde diferentes PC, la dirección real IP será detectada. Hay que entender con claridad que una vez nos unamos a un grupo clandestino, seremos perseguidos por todos los medios satelitales del planeta y podríamos ser rotulados como terroristas, como quien dice, autorizaríamos nuestra pena de muerte.
Y no solo desapareceríamos físicamente, también todo lo que al acervo hayamos obsequiado… ¡No quedará rastro de nuestro tiempo vivido en esta época!
Vamos a estudiar para eludir, cómo y cuándo nos transmiten los Dos Minutos de Odio subliminales que Orwell anuncia en la página l5 de su libro; porque terminaríamos repitiendo slogans como:
Los que estamos en cada uno de los tejidos que la Red impone (no nos sentimos ciudadanos del mundo si no abrimos cuenta en cada una de ellas) aportamos al gran Banco de Conocimientos del que a su vez nos nutrimos al instante
Por Silvia Betancourt Alliegro
Los que estamos en cada uno de los tejidos que la Red impone (no nos sentimos ciudadanos del mundo si no abrimos cuenta en cada una de ellas) aportamos al gran Banco de Conocimientos del que a su vez nos nutrimos al instante, es una maravilla interactiva que ningún escritor de anticipación a la ciencia se pudo imaginar, es decir, vivimos en un sueño calculado desde la visión de poderosos del pensamiento y la acción.
La combinación perfecta que nos llevó al totalitarismo que Hitler hubiera querido para la época en que encarnó.
Ahora anuncian que nos hacen seguimiento, lo reconocen por la fuerza de delaciones sustentadas de dos hombres que se atrevieron a denunciarlos y que estaban dentro de su ‘sistema’, por tanto, sabemos que el Gran Hermano anunciado por Orwell (1984) tiene destacamentos vía Internet; entonces, estamos avisados que la Policía del Pensamiento intervendrá en la Historia.
¿Cómo podríamos sustraernos al espionaje del Gran Hermano?
Cerrar todas las cuentas no servirá, puesto que lo que comunicamos quedará para siempre en sus archivos.
¿Compartiendo links ambientales?
Tampoco servirá, puesto que los afiliados andan a la caza de recursos no renovables, que para ello arman guerras donde sea que estén.
¿Usando múltiples identidades?
Ni soñarlo, muchos hackers expertos lo han intentado, pero alguna vez caen, así actúen desde diferentes PC, la dirección real IP será detectada. Hay que entender con claridad que una vez nos unamos a un grupo clandestino, seremos perseguidos por todos los medios satelitales del planeta y podríamos ser rotulados como terroristas, como quien dice, autorizaríamos nuestra pena de muerte.
Y no solo desapareceríamos físicamente, también todo lo que al acervo hayamos obsequiado… ¡No quedará rastro de nuestro tiempo vivido en esta época!
Vamos a estudiar para eludir, cómo y cuándo nos transmiten los Dos Minutos de Odio subliminales que Orwell anuncia en la página l5 de su libro; porque terminaríamos repitiendo slogans como: