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Columnista - 22 marzo, 2013

La Propiedad Horizontal

Actualmente en la ciudad proliferan la construcción de conjuntos residenciales cerrados, edificios habitacionales y de oficina, todos sometidos al régimen de la propiedad horizontal

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Por: Claudia Nuñez Padilla

Actualmente en la ciudad proliferan la construcción de conjuntos residenciales cerrados, edificios habitacionales y de oficina, todos sometidos al régimen de la propiedad horizontal, es decir, poco a poco observamos cómo se va imponiendo en Valledupar esta tendencia que reglamenta la vida en común en relación a bienes de uso privado y público y que generan obligaciones, pero también deberes.

El Régimen de la propiedad horizontal está regulado a través de la ley 675 de 2001, que se fundamenta en principios constitucionales como la función social y ecológica de la propiedad que no es más que el cumplimiento de las normas urbanísticas vigentes aplicables a la misma, así mismo en el principio de la convivencia pacífica y la solidaridad social y es aquí donde este nuevo estilo de vida a veces choca con aspectos culturales tan arraigados en nuestra sociedad, porque definitivamente no estamos acostumbrados y por ende no sabemos vivir en comunidad, no somos tolerantes con los demás, no nos importa si incomodamos al vecino con una parranda a todo timbal como decimos coloquialmente, si parqueamos donde no es permitido, si hacemos un mal uso de los bienes comunes como las piscinas, las áreas recreativas, etc y mucho menos nos gusta aceptar las cargas que obligatoriamente debemos asumir cuando decidimos habitar en propiedad horizontal, entre ellas el pago de las expensas para la administración y el mantenimiento de las áreas comunes.

Sin embargo, dichas cargas también se ven compensadas por beneficios como lo es la seguridad, la tranquilidad en la mayoría de los casos, generación de un espacio público y recreativo adecuado para el bienestar de los residentes y la sensación de tener una mejor calidad de vida. Es por ello que en aras de propiciar espacios de una convivencia armónica que tanto necesitamos y que muy seguramente reduciría considerablemente los conflictos entre copropietarios, se requiere educar a los residentes bajo este régimen, capacitar a los administradores con el fin de que cumplan cabalmente con sus funciones y a la ciudadanía en general, pues es innegable que las edificaciones sujetas a propiedad horizontal seguirán creciendo en la ciudad, tanto así, que hasta las viviendas gratuitas para los más pobres que se están construyendo en los proyectos NANDO MARIN y LORENZO MORALES son bajo este esquema, para lo cual, obviamente se necesitará de un acompañamiento muy especial a estas familias para que puedan adaptarse .

La propiedad horizontal ha irrumpido en Valledupar, y es mucho más que la administración de bienes privados y públicos, pues ante todo es un espacio democrático para la interacción dinámica de la sociedad, bajo los preceptos del respeto, la dignidad y tolerancia en un hábitat común.

  

Columnista
22 marzo, 2013

La Propiedad Horizontal

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Claudia Nùñez Padilla

Actualmente en la ciudad proliferan la construcción de conjuntos residenciales cerrados, edificios habitacionales y de oficina, todos sometidos al régimen de la propiedad horizontal


Por: Claudia Nuñez Padilla

Actualmente en la ciudad proliferan la construcción de conjuntos residenciales cerrados, edificios habitacionales y de oficina, todos sometidos al régimen de la propiedad horizontal, es decir, poco a poco observamos cómo se va imponiendo en Valledupar esta tendencia que reglamenta la vida en común en relación a bienes de uso privado y público y que generan obligaciones, pero también deberes.

El Régimen de la propiedad horizontal está regulado a través de la ley 675 de 2001, que se fundamenta en principios constitucionales como la función social y ecológica de la propiedad que no es más que el cumplimiento de las normas urbanísticas vigentes aplicables a la misma, así mismo en el principio de la convivencia pacífica y la solidaridad social y es aquí donde este nuevo estilo de vida a veces choca con aspectos culturales tan arraigados en nuestra sociedad, porque definitivamente no estamos acostumbrados y por ende no sabemos vivir en comunidad, no somos tolerantes con los demás, no nos importa si incomodamos al vecino con una parranda a todo timbal como decimos coloquialmente, si parqueamos donde no es permitido, si hacemos un mal uso de los bienes comunes como las piscinas, las áreas recreativas, etc y mucho menos nos gusta aceptar las cargas que obligatoriamente debemos asumir cuando decidimos habitar en propiedad horizontal, entre ellas el pago de las expensas para la administración y el mantenimiento de las áreas comunes.

Sin embargo, dichas cargas también se ven compensadas por beneficios como lo es la seguridad, la tranquilidad en la mayoría de los casos, generación de un espacio público y recreativo adecuado para el bienestar de los residentes y la sensación de tener una mejor calidad de vida. Es por ello que en aras de propiciar espacios de una convivencia armónica que tanto necesitamos y que muy seguramente reduciría considerablemente los conflictos entre copropietarios, se requiere educar a los residentes bajo este régimen, capacitar a los administradores con el fin de que cumplan cabalmente con sus funciones y a la ciudadanía en general, pues es innegable que las edificaciones sujetas a propiedad horizontal seguirán creciendo en la ciudad, tanto así, que hasta las viviendas gratuitas para los más pobres que se están construyendo en los proyectos NANDO MARIN y LORENZO MORALES son bajo este esquema, para lo cual, obviamente se necesitará de un acompañamiento muy especial a estas familias para que puedan adaptarse .

La propiedad horizontal ha irrumpido en Valledupar, y es mucho más que la administración de bienes privados y públicos, pues ante todo es un espacio democrático para la interacción dinámica de la sociedad, bajo los preceptos del respeto, la dignidad y tolerancia en un hábitat común.