Por qué será que a veces es tan fácil escribir esta columna, pero otras la mollera se cierra y no hay forma. Hoy jueves a las 7 de la mañana no hallaba que escribir y prendí el televisor para ver lo que más me gusta: Tony Aguilar montado en fina bestia y cantando ‘Sonaron 4 […]
Por qué será que a veces es tan fácil escribir esta columna, pero otras la mollera se cierra y no hay forma. Hoy jueves a las 7 de la mañana no hallaba que escribir y prendí el televisor para ver lo que más me gusta: Tony Aguilar montado en fina bestia y cantando ‘Sonaron 4 balazos’, ‘El Enamorao’, ‘La Martina’ y el terraplén de corridos de caballos famosos: ‘El 7 Leguas’, “El caballo que Villa más estimaba”, El Caballo Blanco “que salió un domingo de Guadalajara” y el Alazán Lucero que lo salvó cuando iban a fusilarlo y una que otra de Luis Aguilar, el famoso Gallo Giro, como No Volveré, Muchacha Bonita, La Llorona, El Chorro de Voz y El 7 Mares, pero me gusta más como actor que cantante y veo sus películas Carabina Punto 30, El Revólver Sangriento y El Gallo Giro y para qué hablar de Pedro Infante con su famosa Calandria, Entre Copa y Copa, Deja que salga la luna, Tu Enamorado y la inigualable Mañanitas.
Poco me he entendido con Jorge Negrete, no me gusta como actor, pero nadie ha cantado como él ‘Ay Jalisco no te rajes’, ‘Yo soy mejicano’, ‘Me he de comer esa tuna’ y ‘la Feria de Las Flores’; y otro con el que tampoco me entiendo a pesar de su grandeza es con Miguel Aceves Mejía, porque no es elegante ni tiene la destreza de Tony Aguilar montando un caballo, pero sus falsetes son únicos en La Malagueña, El Pastor y El Jinete.
Vicente Fernández, otro que emula en la cría y manejo de equinos, pero que no le da por las patas a Tony Aguilar, no me gusta como cantante, a pesar de que lo vi aquí en Valledupar en un derroche de voz interpretando más de 50 canciones y al terminar dijo que apenas estaba calentando, el Cristo de la Montaña y El Pastor son muy bien interpretadas por él.
Se me olvidaba El Escalona mejicano, el compositor más grande que ha dado la tierra de Cantinflas, José Alfredo Jiménez, a quien oigo con deleite, pues no tiene presa mala comenzando por El Rey que en los cumpleaños de Mercy, mi costillita adorada, le canto con mi hijo Carlos José “Ché”, Llegó Borracho el Borracho, Ella, Pa´to el Año, Serenata Huasteca, Paloma Querida, Amarga Navidad, No me amenaces, Ojalá que te vaya bonito y muchas más, pues, como Leandro Díaz, José Alfredo cantaba especialmente sus composiciones que fueron más de 300.
Caso especial “La Mano de Dios” de José Alfredo, canción esta que oí y reoí dando serenatas en Riohacha, Villanueva, La Paz, Codazzi y aquí en El Valle, en donde definitivamente la ganadora fue María Mercedes Morón de Aponte, más conocida como Mercy, repito mi costillita y mi todo.
El famoso Juan Charrasquiado, Pedro Armendáriz, no cantaba, montaba muy bien y qué actorazo. A la edad de 10 años en los billares de mi inolvidable tío Nelson Martínez, antes de abrir, montado en una canasta de cerveza practicaba este hermoso deporte y prendía el traganique y con monedas de 5 chavos que le cogía del “pote” a mi mamá oí este corrido y me lo aprendí de pe a pa: “Juan se llamaba y lo apodaban Charriasquiado, era valiente y arriesgado en el amor, a las mueres más bonitas se llevaba, por esos campos no quedaba ni una flor, un día domingo que se estaba emborrachando a la cantina le llegaron a avisar, cuídate Juan que por ahí te andan buscando son muchos hombres no te vayan a matar; estoy borracho les gritaba y soy buen gallo cuando una bala atravesó su corazón”. Hasta ahí.
Pero definitivamente mi preferido es el gran Tony Aguilar, me divierto, me relajo viéndolo y oyéndolo y aquí en Colombia su emulo Poncho Zuleta, como se parecen, ¿no sería que el Viejo Mile estuvo en la otra Villanueva donde nació Tony e hizo su travesura?. Casos se han visto.
Poncho, hermano mío, fallé en el Festival no estuve en las fiestas del Club Valledupar donde eres el gran protagonista, pero me dicen que estuviste colosal y me recordaste y preguntaste por mí, gracias, muchas gracias, mi hermano del alma.
Todas las canciones que he citado, me las sé, pero aun así no alcanzo a William Mardo, que en un aniversario de la muerte de Pedro Infante en México se atrevió a cantarle.
Lo que iba a decir no lo dije y no he dicho nada, pero hice una columna.
POR: José Manuel Aponte Martínez
Por qué será que a veces es tan fácil escribir esta columna, pero otras la mollera se cierra y no hay forma. Hoy jueves a las 7 de la mañana no hallaba que escribir y prendí el televisor para ver lo que más me gusta: Tony Aguilar montado en fina bestia y cantando ‘Sonaron 4 […]
Por qué será que a veces es tan fácil escribir esta columna, pero otras la mollera se cierra y no hay forma. Hoy jueves a las 7 de la mañana no hallaba que escribir y prendí el televisor para ver lo que más me gusta: Tony Aguilar montado en fina bestia y cantando ‘Sonaron 4 balazos’, ‘El Enamorao’, ‘La Martina’ y el terraplén de corridos de caballos famosos: ‘El 7 Leguas’, “El caballo que Villa más estimaba”, El Caballo Blanco “que salió un domingo de Guadalajara” y el Alazán Lucero que lo salvó cuando iban a fusilarlo y una que otra de Luis Aguilar, el famoso Gallo Giro, como No Volveré, Muchacha Bonita, La Llorona, El Chorro de Voz y El 7 Mares, pero me gusta más como actor que cantante y veo sus películas Carabina Punto 30, El Revólver Sangriento y El Gallo Giro y para qué hablar de Pedro Infante con su famosa Calandria, Entre Copa y Copa, Deja que salga la luna, Tu Enamorado y la inigualable Mañanitas.
Poco me he entendido con Jorge Negrete, no me gusta como actor, pero nadie ha cantado como él ‘Ay Jalisco no te rajes’, ‘Yo soy mejicano’, ‘Me he de comer esa tuna’ y ‘la Feria de Las Flores’; y otro con el que tampoco me entiendo a pesar de su grandeza es con Miguel Aceves Mejía, porque no es elegante ni tiene la destreza de Tony Aguilar montando un caballo, pero sus falsetes son únicos en La Malagueña, El Pastor y El Jinete.
Vicente Fernández, otro que emula en la cría y manejo de equinos, pero que no le da por las patas a Tony Aguilar, no me gusta como cantante, a pesar de que lo vi aquí en Valledupar en un derroche de voz interpretando más de 50 canciones y al terminar dijo que apenas estaba calentando, el Cristo de la Montaña y El Pastor son muy bien interpretadas por él.
Se me olvidaba El Escalona mejicano, el compositor más grande que ha dado la tierra de Cantinflas, José Alfredo Jiménez, a quien oigo con deleite, pues no tiene presa mala comenzando por El Rey que en los cumpleaños de Mercy, mi costillita adorada, le canto con mi hijo Carlos José “Ché”, Llegó Borracho el Borracho, Ella, Pa´to el Año, Serenata Huasteca, Paloma Querida, Amarga Navidad, No me amenaces, Ojalá que te vaya bonito y muchas más, pues, como Leandro Díaz, José Alfredo cantaba especialmente sus composiciones que fueron más de 300.
Caso especial “La Mano de Dios” de José Alfredo, canción esta que oí y reoí dando serenatas en Riohacha, Villanueva, La Paz, Codazzi y aquí en El Valle, en donde definitivamente la ganadora fue María Mercedes Morón de Aponte, más conocida como Mercy, repito mi costillita y mi todo.
El famoso Juan Charrasquiado, Pedro Armendáriz, no cantaba, montaba muy bien y qué actorazo. A la edad de 10 años en los billares de mi inolvidable tío Nelson Martínez, antes de abrir, montado en una canasta de cerveza practicaba este hermoso deporte y prendía el traganique y con monedas de 5 chavos que le cogía del “pote” a mi mamá oí este corrido y me lo aprendí de pe a pa: “Juan se llamaba y lo apodaban Charriasquiado, era valiente y arriesgado en el amor, a las mueres más bonitas se llevaba, por esos campos no quedaba ni una flor, un día domingo que se estaba emborrachando a la cantina le llegaron a avisar, cuídate Juan que por ahí te andan buscando son muchos hombres no te vayan a matar; estoy borracho les gritaba y soy buen gallo cuando una bala atravesó su corazón”. Hasta ahí.
Pero definitivamente mi preferido es el gran Tony Aguilar, me divierto, me relajo viéndolo y oyéndolo y aquí en Colombia su emulo Poncho Zuleta, como se parecen, ¿no sería que el Viejo Mile estuvo en la otra Villanueva donde nació Tony e hizo su travesura?. Casos se han visto.
Poncho, hermano mío, fallé en el Festival no estuve en las fiestas del Club Valledupar donde eres el gran protagonista, pero me dicen que estuviste colosal y me recordaste y preguntaste por mí, gracias, muchas gracias, mi hermano del alma.
Todas las canciones que he citado, me las sé, pero aun así no alcanzo a William Mardo, que en un aniversario de la muerte de Pedro Infante en México se atrevió a cantarle.
Lo que iba a decir no lo dije y no he dicho nada, pero hice una columna.
POR: José Manuel Aponte Martínez