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Historias - 17 julio, 2024

La historia de Rafael, el celador que grupos armados desaparecieron hace 17 años en El Copey 

El pasado 27 de junio, la Unidad de Búsqueda y la Jurisdicción Especial para la Paz realizaron la entrega del cuerpo de Rafael Enrique Nuñez en el municipio de Plato.

La familia recibió el cuerpo 17 años después de su muerte y desaparición.
La familia recibió el cuerpo 17 años después de su muerte y desaparición.
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Antes de su desaparición en mayo de 2007, Rafael Enrique Núñez Tapia trabajaba como celador en la Alcaldía del municipio de El Copey. Por su amabilidad, gozaba del aprecio de todos con los que trataba. Vivía solo, pero mantenía comunicación telefónica con sus hijas.

En promedio, cada dos meses lo visitaban y le recordaban su preocupación por la crítica situación de orden público que atravesaba el municipio.  “La desaparición de mi papá coincide con el delicado estado de salud de mi mamá, la cual estuvo internada en una clínica de Santa Marta. Cuando ella da muestras de recuperación decido junto a mi hermana viajar a El Copey porque teníamos varios meses de no saber de él”, manifestó Alba Núñez, hija de Rafael Enrique.

 Al llegar, cuenta, algunas personas le dijeron que había muerto ahogado en un jagüey cercano. “Empezamos a buscarlo por todos lados, nadie nos daba razón de su paradero. ¿Por qué un mes después de lo ocurrido, ninguno de los vecinos se comunicó con nosotras si nos conocían y sabían cómo ubicarnos?”, se cuestiona Alba.

Era como si la tierra se hubiera tragado a su padre. Nadie sabía nada. Entonces, entendieron que algo malo le había pasado a Rafael Enrique, su padre, quien acostumbraba llamarlas.

UN LARGO PROCESO

Dos años después conocieron la verdad. Durante una visita a El Copey, una persona allegada a su padre se les acercó y les confirmó que Rafael Enrique había sido asesinado por un grupo armado que, posteriormente, lo lanzó al jagüey donde lo encontraron. 

Esa misma persona aprovechó la ocasión para aconsejarlas desistir de las diligencias que adelantaban porque sus vidas corrían peligro. El tiempo pasó, el dolor no se curó, y el cuerpo de Rafael permanecía en un cementerio sin nombre y sin placa. Era un NN más de los miles que ha dejado el conflicto colombiano.

INSISTENCIA

Varios años después, cuando Alba y Enilda quisieron retomar la búsqueda de su papá se enfrentaron a un nuevo obstáculo: la pandemia. Cuando intentaron ingresar al cementerio alterno, el lugar donde presuntamente inhumaron a su progenitor, el paso estaba prohibido porque la Unidad de Búsqueda y la Jurisdicción Especial para la Paz habían intervenido el lugar. 

La Sala de Reconocimiento de esa jurisdicción había decretado una medida cautelar para proteger las zonas donde se podrían hallar víctimas de desaparición forzada, por lo que se ordenó la suspensión de la manipulación, inhumación, exhumación y traslado de estructuras óseas en este sitio.

En medio de esa intervención, el cuerpo de Rafael Enrique Núñez Tapia fue recuperado por la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP en marzo de 2021. 

PROCESO DE ENTREGA

En noviembre de 2022, Alba y Enilda presentaron la solicitud de búsqueda del cuerpo de su padre. Ambas proporcionaron información sobre la desaparición de su papá y, a su vez, conocieron  los resultados de la intervención del Cementerio alterno de El Copey.

En abril de 2024, la Unidad de Búsqueda notificó a Alba y Enilda que su progenitor había sido plenamente identificado y que les sería entregado en las próximas semanas.

El pasado 27 de junio, con el objetivo de cerrar un capítulo, la Unidad de Búsqueda y la Jurisdicción Especial para la Paz realizaron la entrega del cuerpo de Rafael Enrique Nuñez Tapia en el municipio de Plato, Magdalena. Tras 17 años de búsqueda, miles de interrogantes sin solución,  Alba y Enilda pudieron darle el último adiós a su padre.

 La medida cautelar decretada por la JEP sobre el Cementerio de El Copey ha permitido la recuperación de 52 cuerpos, de los cuales 6 han sido plenamente identificados.

Historias
17 julio, 2024

La historia de Rafael, el celador que grupos armados desaparecieron hace 17 años en El Copey 

El pasado 27 de junio, la Unidad de Búsqueda y la Jurisdicción Especial para la Paz realizaron la entrega del cuerpo de Rafael Enrique Nuñez en el municipio de Plato.


La familia recibió el cuerpo 17 años después de su muerte y desaparición.
La familia recibió el cuerpo 17 años después de su muerte y desaparición.
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Antes de su desaparición en mayo de 2007, Rafael Enrique Núñez Tapia trabajaba como celador en la Alcaldía del municipio de El Copey. Por su amabilidad, gozaba del aprecio de todos con los que trataba. Vivía solo, pero mantenía comunicación telefónica con sus hijas.

En promedio, cada dos meses lo visitaban y le recordaban su preocupación por la crítica situación de orden público que atravesaba el municipio.  “La desaparición de mi papá coincide con el delicado estado de salud de mi mamá, la cual estuvo internada en una clínica de Santa Marta. Cuando ella da muestras de recuperación decido junto a mi hermana viajar a El Copey porque teníamos varios meses de no saber de él”, manifestó Alba Núñez, hija de Rafael Enrique.

 Al llegar, cuenta, algunas personas le dijeron que había muerto ahogado en un jagüey cercano. “Empezamos a buscarlo por todos lados, nadie nos daba razón de su paradero. ¿Por qué un mes después de lo ocurrido, ninguno de los vecinos se comunicó con nosotras si nos conocían y sabían cómo ubicarnos?”, se cuestiona Alba.

Era como si la tierra se hubiera tragado a su padre. Nadie sabía nada. Entonces, entendieron que algo malo le había pasado a Rafael Enrique, su padre, quien acostumbraba llamarlas.

UN LARGO PROCESO

Dos años después conocieron la verdad. Durante una visita a El Copey, una persona allegada a su padre se les acercó y les confirmó que Rafael Enrique había sido asesinado por un grupo armado que, posteriormente, lo lanzó al jagüey donde lo encontraron. 

Esa misma persona aprovechó la ocasión para aconsejarlas desistir de las diligencias que adelantaban porque sus vidas corrían peligro. El tiempo pasó, el dolor no se curó, y el cuerpo de Rafael permanecía en un cementerio sin nombre y sin placa. Era un NN más de los miles que ha dejado el conflicto colombiano.

INSISTENCIA

Varios años después, cuando Alba y Enilda quisieron retomar la búsqueda de su papá se enfrentaron a un nuevo obstáculo: la pandemia. Cuando intentaron ingresar al cementerio alterno, el lugar donde presuntamente inhumaron a su progenitor, el paso estaba prohibido porque la Unidad de Búsqueda y la Jurisdicción Especial para la Paz habían intervenido el lugar. 

La Sala de Reconocimiento de esa jurisdicción había decretado una medida cautelar para proteger las zonas donde se podrían hallar víctimas de desaparición forzada, por lo que se ordenó la suspensión de la manipulación, inhumación, exhumación y traslado de estructuras óseas en este sitio.

En medio de esa intervención, el cuerpo de Rafael Enrique Núñez Tapia fue recuperado por la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP en marzo de 2021. 

PROCESO DE ENTREGA

En noviembre de 2022, Alba y Enilda presentaron la solicitud de búsqueda del cuerpo de su padre. Ambas proporcionaron información sobre la desaparición de su papá y, a su vez, conocieron  los resultados de la intervención del Cementerio alterno de El Copey.

En abril de 2024, la Unidad de Búsqueda notificó a Alba y Enilda que su progenitor había sido plenamente identificado y que les sería entregado en las próximas semanas.

El pasado 27 de junio, con el objetivo de cerrar un capítulo, la Unidad de Búsqueda y la Jurisdicción Especial para la Paz realizaron la entrega del cuerpo de Rafael Enrique Nuñez Tapia en el municipio de Plato, Magdalena. Tras 17 años de búsqueda, miles de interrogantes sin solución,  Alba y Enilda pudieron darle el último adiós a su padre.

 La medida cautelar decretada por la JEP sobre el Cementerio de El Copey ha permitido la recuperación de 52 cuerpos, de los cuales 6 han sido plenamente identificados.