En la historia de Valledupar y del departamento del Cesar, el papel de la mujer ha sido decisivo para moldear la identidad cultural, social y política de la región. A lo largo de las décadas, nombres como Consuelo Araújo Noguera, Rita Fernández Padilla, Cecilia “La Polla” Monsalvo Riveira, Nohema Fragozo, Elvia Milena Sanjuán Dávila, Claudia Margarita Zuleta Murgas, María Clara Quintero de Daza, Sara Emilia Daza Rivera, María Mercedes Medina Zabaleta y Cecy Dangond, junto a pioneras como María Elena Castro, Encarnación Viña y Elsa Castro, han dejado una huella imborrable en el desarrollo del Cesar.
Cada una, desde su ámbito, ha contribuido a la transformación de la sociedad vallenata, abriendo espacios de participación femenina y construyendo un legado de tradición, progreso y resiliencia que sigue inspirando a las nuevas generaciones.
Mujeres en la cultura
Consuelo Araújo Noguera, “La Cacica”, fue mucho más que una gestora cultural. Su visión y liderazgo permitieron la creación del Festival de la Leyenda Vallenata, un evento que hoy es símbolo nacional del folclor colombiano. Desde su columna La Carta Vallenata y su paso por el Ministerio de Cultura, luchó por el reconocimiento del arte popular y la preservación de las raíces vallenatas, demostrando que la cultura también es una forma de poder y transformación social. Su vida representa la fuerza femenina que desafía estructuras tradicionales en defensa de la identidad regional.
En el ámbito musical, Rita Fernández Padilla rompió esquemas al ser la primera mujer presidenta de SAYCO, abanderando los derechos de autor y la visibilidad femenina en la composición. Su talento y liderazgo se reflejan en el himno de Valledupar, así como en la fundación del grupo femenino Las Universitarias, con el cual abrió camino a nuevas generaciones de artistas. Su trabajo demostró que las mujeres podían ser creadoras, líderes y protagonistas en el mundo del vallenato.
Por su parte, Cecilia “La Polla” Monsalvo Riveira revivió la tradición del Desfile de las Piloneras, convirtiéndolo en un acto de orgullo popular que hoy marca el inicio del Festival Vallenato. Su papel como presidenta de la Fundación del Festival entre 2001 y 2004 reafirmó su compromiso con el rescate de las tradiciones y la memoria colectiva, integrando a los barrios y comunidades en la construcción cultural. En la misma línea, Nohema Fragozo rompió barreras de género al ser una de las primeras mujeres en cantar vallenato en escenarios públicos, demostrando que la voz femenina también tiene lugar en las parrandas y tarimas de la región.
Mujeres en la política
En la política contemporánea, Elvia Milena Sanjuán Dávila hizo historia al convertirse en la primera gobernadora del Cesar elegida por voto popular (2024-2027). Su administración ha impulsado políticas de equidad, inclusión y discapacidad, con iniciativas destacadas como el Pacto por las Mujeres del Cesar y la Política Pública de Discapacidad 2025-2035. Su liderazgo simboliza la ruptura de una larga tradición masculina en el poder regional, marcando el inicio de una nueva etapa en la representación femenina en la política del Caribe colombiano.
De igual forma, Claudia Margarita Zuleta Murgas, desde la Asamblea Departamental del Cesar, ha utilizado su voz para visibilizar temas sociales de gran relevancia, como la protección de mujeres y niñas, el control político y la responsabilidad en la gestión pública. Aunque se enfrenta a un entorno político dominado por estructuras tradicionales, ha demostrado que la participación femenina es esencial para el ejercicio ético del poder y la defensa de los derechos ciudadanos.
Antes que ellas, María Clara Quintero de Daza fue pionera al convertirse en la primera mujer alcaldesa de Valledupar (1981-1982). Su gestión se caracterizó por una planificación urbana moderna y por sentar las bases de un desarrollo ordenado y sostenible para la ciudad. Su paso por el sector público y privado consolidó la idea de que la mujer puede dirigir con visión, responsabilidad y compromiso social, incluso en tiempos en los que el liderazgo femenino era una excepción.
Mujeres en la gastronomía
El ámbito empresarial y gastronómico también ha sido terreno fértil para el liderazgo de las mujeres. Sara Emilia Daza Rivera, fundadora de Saralí, convirtió su pasión por la repostería en un legado de tradición familiar que endulza la identidad vallenata desde hace más de cuatro décadas. María Mercedes Medina Zabaleta, con su restaurante Las Majomas, ha preservado la cocina tradicional vallenata, exaltando sabores autóctonos y fortaleciendo el turismo cultural. Por su parte, Cecy Dangond, con su marca de repostería moderna, ha fusionado tradición e innovación, generando empleo y llevando el sabor vallenato a nuevos públicos.
Por último, mujeres como María Elena Castro, Encarnación Viña y Elsa Castro representan los cimientos silenciosos del liderazgo femenino en Valledupar. Desde el comercio, la cultura y la gestión social, impulsaron el progreso de la ciudad cuando el reconocimiento público era limitado. Su trabajo comunitario, educativo y empresarial demuestra que el cambio comienza en los espacios cotidianos y que el empoderamiento femenino tiene muchas formas.
Por Gloriamaría Romero, estudiante de Comunicación Social Andina
