Es un sentimiento que emana del entendimiento sobre el sufrimiento de otro ser, que lleva hasta la compenetración con el mero espíritu de apaciguar la acción dolorosa, y si es posible, eliminarla por completo.
Es un sentimiento que emana del entendimiento sobre el sufrimiento de otro ser, que lleva hasta la compenetración con el mero espíritu de apaciguar la acción dolorosa, y si es posible, eliminarla por completo.
Es una especie de empatía, solo que esta se queda en el deseo de actuar. La compasión estremece, humaniza y nos enriquece el espíritu y entonces brotan las palabras oportunas frente al abatido.
La compasión es el deseo complementado con la acción que nos lleva a ser mejores seres humanos, solidarios y más felices, ya que nos hace sensibles a los problemas y dificultades sociales; es una práctica del espíritu que nos libera del odio, resentimientos, egoísmos y nos dirige a ser lo que verdaderamente somos y sentimos, a respetar los sentimientos de los demás, a aceptarlos como verdaderamente son y reconocerles ante Dios y el prójimo.
Para las religiones la compasión llega a hacer hasta referencias de amar al enemigo y a los contrarios a la ética social.
La filósofa francesa Simone Weil comenta en sus notas: “quien sea que ame auténticamente al prójimo, incluso si niega la existencia de Dios, ama a Dios”.
La compasión sin dirección se transforma en sentimiento universal y de allí la concepción de pobreza y miseria y el enfoque a su destrucción total, que es lo que convierte al hombre en verdadero líder y en esta forma lo identifica con Dios. La compasión es la combinación de lo natural con lo sobrenatural.
La compasión ampara con la bondad y permite las buenas relaciones sociales con el desarrollo del espíritu social; y sentir por otros ayuda a identificar el sufrimiento y a erradicarlo para construir bienestar.
Es un sentimiento de empatía con sensación de tristeza, pero que ayuda a buscar el trato de lo igual al comprender la situación inferior a la de uno; es una muestra de misericordia y piedad por el prójimo.
La compasión en lo político hace al hombre amable y solvente para con aquellos que sufren y padecen muchas necesidades y evita brotar el deseo de usufructuar los bienes ajenos, los bienes comunitarios, maltratar con el poder, permitirse el irrespeto por un estado de derecho y de asistencia para con los más necesitados, pero permite manejar el perdón hacia el enemigo, sin recurrir a la anomia, o falta de aplicación y eliminación de las leyes y normas que amparan al universo estatal y a la sociedad.
La compasión política y social indica la forma en que se debe tratar a todos los seres vivos, para que rija la equidad ya que todos tenemos derecho a un mundo mejor albergando menos males y sufrimientos.
La compasión en lo político se traduce en el respeto por la dignidad que cada ser vivo merece.
Recordemos que se acercan unas elecciones políticas y es conveniente fijarnos en aquellos que practiquen la compasión y el sentido social primero en su filosofía, para no tener que continuar viviendo la vida sumidos en el arrepentimiento como propagadores de la miseria humana.
La compasión es una necesidad inherente a la sociedad y no un lujo para mostrar en la solapa; eliminemos a la clase política que juzga, ya que no tiene tiempo para la compasión y busquemos la que abra los caminos de la esperanza y tenga sentido de pertenencia por su región.
Por Fausto Cotes Núñez
Es un sentimiento que emana del entendimiento sobre el sufrimiento de otro ser, que lleva hasta la compenetración con el mero espíritu de apaciguar la acción dolorosa, y si es posible, eliminarla por completo.
Es un sentimiento que emana del entendimiento sobre el sufrimiento de otro ser, que lleva hasta la compenetración con el mero espíritu de apaciguar la acción dolorosa, y si es posible, eliminarla por completo.
Es una especie de empatía, solo que esta se queda en el deseo de actuar. La compasión estremece, humaniza y nos enriquece el espíritu y entonces brotan las palabras oportunas frente al abatido.
La compasión es el deseo complementado con la acción que nos lleva a ser mejores seres humanos, solidarios y más felices, ya que nos hace sensibles a los problemas y dificultades sociales; es una práctica del espíritu que nos libera del odio, resentimientos, egoísmos y nos dirige a ser lo que verdaderamente somos y sentimos, a respetar los sentimientos de los demás, a aceptarlos como verdaderamente son y reconocerles ante Dios y el prójimo.
Para las religiones la compasión llega a hacer hasta referencias de amar al enemigo y a los contrarios a la ética social.
La filósofa francesa Simone Weil comenta en sus notas: “quien sea que ame auténticamente al prójimo, incluso si niega la existencia de Dios, ama a Dios”.
La compasión sin dirección se transforma en sentimiento universal y de allí la concepción de pobreza y miseria y el enfoque a su destrucción total, que es lo que convierte al hombre en verdadero líder y en esta forma lo identifica con Dios. La compasión es la combinación de lo natural con lo sobrenatural.
La compasión ampara con la bondad y permite las buenas relaciones sociales con el desarrollo del espíritu social; y sentir por otros ayuda a identificar el sufrimiento y a erradicarlo para construir bienestar.
Es un sentimiento de empatía con sensación de tristeza, pero que ayuda a buscar el trato de lo igual al comprender la situación inferior a la de uno; es una muestra de misericordia y piedad por el prójimo.
La compasión en lo político hace al hombre amable y solvente para con aquellos que sufren y padecen muchas necesidades y evita brotar el deseo de usufructuar los bienes ajenos, los bienes comunitarios, maltratar con el poder, permitirse el irrespeto por un estado de derecho y de asistencia para con los más necesitados, pero permite manejar el perdón hacia el enemigo, sin recurrir a la anomia, o falta de aplicación y eliminación de las leyes y normas que amparan al universo estatal y a la sociedad.
La compasión política y social indica la forma en que se debe tratar a todos los seres vivos, para que rija la equidad ya que todos tenemos derecho a un mundo mejor albergando menos males y sufrimientos.
La compasión en lo político se traduce en el respeto por la dignidad que cada ser vivo merece.
Recordemos que se acercan unas elecciones políticas y es conveniente fijarnos en aquellos que practiquen la compasión y el sentido social primero en su filosofía, para no tener que continuar viviendo la vida sumidos en el arrepentimiento como propagadores de la miseria humana.
La compasión es una necesidad inherente a la sociedad y no un lujo para mostrar en la solapa; eliminemos a la clase política que juzga, ya que no tiene tiempo para la compasión y busquemos la que abra los caminos de la esperanza y tenga sentido de pertenencia por su región.
Por Fausto Cotes Núñez