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Columnista - 8 diciembre, 2024

La Casa en el Aire: hacer funcional lo infuncional

Celebro que Ernesto y su secretario Layonel acaben de abrir una convocatoria para contratar la construcción de componentes de la segunda etapa y del mantenimiento del parque Casa en el Aire.

Quintín Quintero, político y columnista
Quintín Quintero, político y columnista
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Tiene Ernesto Orozco la oportunidad de poner en funcionamiento la Casa en el Aire y trascender como el alcalde que logro dar utilidad pública a una obra cuyas prórrogas en tiempo y suspensiones han dejado el sinsabor más grande de las últimas administraciones municipales. Tiene Layonel Arenas la posibilidad como secretario de obras de Valledupar y como supervisor de lograr con la Casa en el Aire, hacer funcional una obra infuncional.

Con anterioridad al primero de enero de este año, por esta obra han pasado dos alcaldes municipales, un consorcio contratista de obra, tres secretarios general de la Alcaldía de Valledupar, cinco secretarios de obra de nuestro municipio en condición de supervisores, más de tres funcionarios de la alcaldía como apoyo a la supervisión, tres compañías de seguro. La Universidad Nacional de Colombia y la Sociedad Colombiana de Arquitectos-Seccional Cesar.

Sin necesidad de poner dedos en la llaga y menos de hacer señalamientos, posiblemente con algunos aportes de cada uno de los que han pasado por la obra y algunos desaciertos, a Ernesto Orozco y a Layonel Arenas les está dada la posibilidad de mostrar prontamente una obra que está en un lugar altamente visible, que hasta ahora genera fastidio en la ciudadanía y en toda la población de nuestra ciudad y que nos ridiculiza a nivel nacional.

Ernesto Orozco tiene la posibilidad de quitarnos el lastre que lamentablemente ha suscitado está obra que más que una casa en el aire es una casa sin cimientos. Una obra que no ha logrado su propósito de ser un homenaje al más grande hombre de la música vallenata, el maestro Rafael Escalona Martinez.

Celebro que Ernesto (tutearlo no es por irrespeto, lo reconozco como nuestro alcalde y sé entender las distancias y las dignidades) y su secretario Layonel, acaben de abrir una convocatoria para contratar la construcción de componentes de la segunda etapa y del mantenimiento del parque Casa en el Aire. Nada peor que un elefante blanco.

Está nueva contratación tendrá un plazo de ejecución de 75 días (dos meses y medio) y contará con una inversión de mil 104 millones de pesos. Pero el alcalde, debe tener presente que el común de la gente en Valledupar, lo que quiere es celeridad en la terminación de la obra y lo que menos ya interesa es que del parque Casa en el Aire en su primera etapa ya exista un acta de liquidación unilateral, tampoco es de interes conocer de valores unitarios del contrato en esa etapa inicial o de análisis técnicos y económicos.

Para los vallenatos la obra no está terminada; por lo cual, tal cual dupla, Ernesto y Layonel haciendo lectura, deberían meterle todo el empeño y darle la vuelta a la negatividad que se respira en torno a la obra y hacer de ese un escenario con calidad en esta segunda etapa y con una terminación y puesta en funcionamiento con la ornamentación adecuada y acompañada de un operador que cambie el concepto al de una visión positiva.

Meterle cara positiva a una obra que no gusta, posiblemente mal concebida en su diseños, lo cual no es culpa de Ernesto y Layonel.

Al fin y al cabo no se trata de botar recursos públicos de una contratación que inicio el 29 de noviembre del 2018, con un valor inicial de 6 mil 398 millones de pesos y una adición de 2 mil 897 millones de pesos. De calidad de la obra, de planeación de la misma y de otras adicciones en valor, ya es mucho lo que se ha dicho, para que repetir, Valledupar necesita que un alcalde con pragmatismo entienda que eso de que era una obra por etapas no lo entiende ni mandiga y que basta ya de bailarnos el indio con la Casa en el Aire.

Columnista
8 diciembre, 2024

La Casa en el Aire: hacer funcional lo infuncional

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Ricardo Quintero Baute

Celebro que Ernesto y su secretario Layonel acaben de abrir una convocatoria para contratar la construcción de componentes de la segunda etapa y del mantenimiento del parque Casa en el Aire.


Quintín Quintero, político y columnista
Quintín Quintero, político y columnista

Tiene Ernesto Orozco la oportunidad de poner en funcionamiento la Casa en el Aire y trascender como el alcalde que logro dar utilidad pública a una obra cuyas prórrogas en tiempo y suspensiones han dejado el sinsabor más grande de las últimas administraciones municipales. Tiene Layonel Arenas la posibilidad como secretario de obras de Valledupar y como supervisor de lograr con la Casa en el Aire, hacer funcional una obra infuncional.

Con anterioridad al primero de enero de este año, por esta obra han pasado dos alcaldes municipales, un consorcio contratista de obra, tres secretarios general de la Alcaldía de Valledupar, cinco secretarios de obra de nuestro municipio en condición de supervisores, más de tres funcionarios de la alcaldía como apoyo a la supervisión, tres compañías de seguro. La Universidad Nacional de Colombia y la Sociedad Colombiana de Arquitectos-Seccional Cesar.

Sin necesidad de poner dedos en la llaga y menos de hacer señalamientos, posiblemente con algunos aportes de cada uno de los que han pasado por la obra y algunos desaciertos, a Ernesto Orozco y a Layonel Arenas les está dada la posibilidad de mostrar prontamente una obra que está en un lugar altamente visible, que hasta ahora genera fastidio en la ciudadanía y en toda la población de nuestra ciudad y que nos ridiculiza a nivel nacional.

Ernesto Orozco tiene la posibilidad de quitarnos el lastre que lamentablemente ha suscitado está obra que más que una casa en el aire es una casa sin cimientos. Una obra que no ha logrado su propósito de ser un homenaje al más grande hombre de la música vallenata, el maestro Rafael Escalona Martinez.

Celebro que Ernesto (tutearlo no es por irrespeto, lo reconozco como nuestro alcalde y sé entender las distancias y las dignidades) y su secretario Layonel, acaben de abrir una convocatoria para contratar la construcción de componentes de la segunda etapa y del mantenimiento del parque Casa en el Aire. Nada peor que un elefante blanco.

Está nueva contratación tendrá un plazo de ejecución de 75 días (dos meses y medio) y contará con una inversión de mil 104 millones de pesos. Pero el alcalde, debe tener presente que el común de la gente en Valledupar, lo que quiere es celeridad en la terminación de la obra y lo que menos ya interesa es que del parque Casa en el Aire en su primera etapa ya exista un acta de liquidación unilateral, tampoco es de interes conocer de valores unitarios del contrato en esa etapa inicial o de análisis técnicos y económicos.

Para los vallenatos la obra no está terminada; por lo cual, tal cual dupla, Ernesto y Layonel haciendo lectura, deberían meterle todo el empeño y darle la vuelta a la negatividad que se respira en torno a la obra y hacer de ese un escenario con calidad en esta segunda etapa y con una terminación y puesta en funcionamiento con la ornamentación adecuada y acompañada de un operador que cambie el concepto al de una visión positiva.

Meterle cara positiva a una obra que no gusta, posiblemente mal concebida en su diseños, lo cual no es culpa de Ernesto y Layonel.

Al fin y al cabo no se trata de botar recursos públicos de una contratación que inicio el 29 de noviembre del 2018, con un valor inicial de 6 mil 398 millones de pesos y una adición de 2 mil 897 millones de pesos. De calidad de la obra, de planeación de la misma y de otras adicciones en valor, ya es mucho lo que se ha dicho, para que repetir, Valledupar necesita que un alcalde con pragmatismo entienda que eso de que era una obra por etapas no lo entiende ni mandiga y que basta ya de bailarnos el indio con la Casa en el Aire.