No siempre el fútbol es justo, es común, pasa mucho, que el mejor no es necesariamente el campeón. Hay casos claros como la Copa Libertadores de 1989, la que terminó ganando el Atlético Nacional, que en 2 juegos previos con Millonarios había sido superado, excepto por los árbitros, que ya sabemos pagados por quién, le dieron 2 manitas para seguir con vida en dicho torneo. Pablo Escobar invirtió y cobró. Esto lo recordamos todos.
No siempre el fútbol es justo, es común, pasa mucho, que el mejor no es necesariamente el campeón. Hay casos claros como la Copa Libertadores de 1989, la que terminó ganando el Atlético Nacional, que en 2 juegos previos con Millonarios había sido superado, excepto por los árbitros, que ya sabemos pagados por quién, le dieron 2 manitas para seguir con vida en dicho torneo. Pablo Escobar invirtió y cobró. Esto lo recordamos todos.
En el mundial celebrado y ganado por Argentina en 1978, aquel en que el matador Kempes fue goleador, algunos seguimos pensando que quien verdaderamente debió ganar fue la ‘Naranja Mecánica’, pero la dictadura hizo también su trabajo.
Pero a veces sí hay justicia en este deporte que nos encanta y hace parte clave de nuestra vida. Así viene a mi memoria el título de Brasil de 1970, quien se impuso en México y puede ser, sin duda, el mejor equipo de la historia a nivel de selecciones nacionales.
También recuerdo el título de Millonarios de 2012, cuando bajo la dirección técnica del tolimense Hernán Torres, le ganó la final al Deportivo Independiente Medellín en la tanda de cobros desde el punto penal. Millonarios, de lejos, fue el mejor equipo del torneo finalización y fue merecido ganador de su decimocuarta estrella en diciembre de 2012, después de 24 años de ayuno.
Pues bien. Llegó otro caso en el que el fútbol ha sido más que justo, en el que este deporte ha sido decente: Millonarios se acaba de coronar campeón del fútbol colombiano, del torneo apertura, logrando así su decimosexto título de liga. Este equipo, ahora bajo la dirección técnica del gran Alberto Gamero, cabalgó de principio a fin este torneo. Jugó 28 partidos -el máximo de juegos que sólo acumulan quienes llegan a la final-, sumó 53 puntos de 84 posibles, el 63% de los puntos, marcó 40 goles para un promedio de 1.42, más 15 en la diferencia. ¡Campañón! Pero, además, de lejos, fue el mejor equipo de la fase todos contra todos, del cuadrangular B, y de la final, a pesar de los 2 empates tras jugarse 180 minutos. Millonarios debió ganar por lo menos 2 a 0 el partido de ida en el Atanasio Girardot.
Puso 2 balones en los palos, ese disparo de Cataño que terminaba una pintura de jugada debe tener ese vertical aún en movimiento. Y en Bogotá, partido que escuché desde Madrid por el canal de YouTube de Antena 2 y narrado por Antonio Casale, el equipo de Di Estéfano, de Pedernera, de Rossi, la única escuadra colombiana que ha sido la mejor del planeta, fue quien propuso y quiso que la gente se divirtiera en El Campín.
En Medellín el Atlético Nacional se veía asustado, tomando medidas para no perder; y en Bogotá no jugó, no se vio, se dedicó a perder tiempo y apostó, como el mejor botín al que sabía que podía aspirar, a ganar en la lotería de los penales. Sin duda esos cobros son una lotería, nadie me convencerá de lo contrario; pero en este caso, igual de convencido, afirmo que esos cobros fueron justos y nos dieron un campeonato que nadie más merecía.
Millonarios es un equipazo, dirigido por el mejor técnico del rentado nacional, que consolida un proceso serio que se ve premiado en cada juego con un lleno total gracias a tener la mejor hinchada del país.
Este proceso del equipo azul ha generado la mayor cantidad de jugadores exportados e ingresos millonarios como nunca en Colombia. No tiene precedentes que, en muy poco tiempo, nombres como los de Oscar Cortés, Daniel Ruiz, Emerson Rivaldo Rodríguez hayan sido vendidos al exterior asegurando enormes ingresos. Beckham Castro ahora deslumbra junto con Llinás, Vargas, Macalister, Cataño, Leonardo Castro, entre otros. Esto va bien, se deben mantener la nómina y a Gamero y reforzar algunas posiciones. Que tiemble el fútbol nacional porque Millonarios seguirá dando de qué hablar, ganando títulos jugando y no comprando. Soy hincha de toda la vida y socio del equipo desde hace varios años.
Entre tanto, acompañamos las celebraciones del Día Internacional del Orgullo Gay. Todos somos iguales, merecemos respeto y debemos poder ser lo que queremos ser. ¡Saludos desde una calurosa Madrid!
No siempre el fútbol es justo, es común, pasa mucho, que el mejor no es necesariamente el campeón. Hay casos claros como la Copa Libertadores de 1989, la que terminó ganando el Atlético Nacional, que en 2 juegos previos con Millonarios había sido superado, excepto por los árbitros, que ya sabemos pagados por quién, le dieron 2 manitas para seguir con vida en dicho torneo. Pablo Escobar invirtió y cobró. Esto lo recordamos todos.
No siempre el fútbol es justo, es común, pasa mucho, que el mejor no es necesariamente el campeón. Hay casos claros como la Copa Libertadores de 1989, la que terminó ganando el Atlético Nacional, que en 2 juegos previos con Millonarios había sido superado, excepto por los árbitros, que ya sabemos pagados por quién, le dieron 2 manitas para seguir con vida en dicho torneo. Pablo Escobar invirtió y cobró. Esto lo recordamos todos.
En el mundial celebrado y ganado por Argentina en 1978, aquel en que el matador Kempes fue goleador, algunos seguimos pensando que quien verdaderamente debió ganar fue la ‘Naranja Mecánica’, pero la dictadura hizo también su trabajo.
Pero a veces sí hay justicia en este deporte que nos encanta y hace parte clave de nuestra vida. Así viene a mi memoria el título de Brasil de 1970, quien se impuso en México y puede ser, sin duda, el mejor equipo de la historia a nivel de selecciones nacionales.
También recuerdo el título de Millonarios de 2012, cuando bajo la dirección técnica del tolimense Hernán Torres, le ganó la final al Deportivo Independiente Medellín en la tanda de cobros desde el punto penal. Millonarios, de lejos, fue el mejor equipo del torneo finalización y fue merecido ganador de su decimocuarta estrella en diciembre de 2012, después de 24 años de ayuno.
Pues bien. Llegó otro caso en el que el fútbol ha sido más que justo, en el que este deporte ha sido decente: Millonarios se acaba de coronar campeón del fútbol colombiano, del torneo apertura, logrando así su decimosexto título de liga. Este equipo, ahora bajo la dirección técnica del gran Alberto Gamero, cabalgó de principio a fin este torneo. Jugó 28 partidos -el máximo de juegos que sólo acumulan quienes llegan a la final-, sumó 53 puntos de 84 posibles, el 63% de los puntos, marcó 40 goles para un promedio de 1.42, más 15 en la diferencia. ¡Campañón! Pero, además, de lejos, fue el mejor equipo de la fase todos contra todos, del cuadrangular B, y de la final, a pesar de los 2 empates tras jugarse 180 minutos. Millonarios debió ganar por lo menos 2 a 0 el partido de ida en el Atanasio Girardot.
Puso 2 balones en los palos, ese disparo de Cataño que terminaba una pintura de jugada debe tener ese vertical aún en movimiento. Y en Bogotá, partido que escuché desde Madrid por el canal de YouTube de Antena 2 y narrado por Antonio Casale, el equipo de Di Estéfano, de Pedernera, de Rossi, la única escuadra colombiana que ha sido la mejor del planeta, fue quien propuso y quiso que la gente se divirtiera en El Campín.
En Medellín el Atlético Nacional se veía asustado, tomando medidas para no perder; y en Bogotá no jugó, no se vio, se dedicó a perder tiempo y apostó, como el mejor botín al que sabía que podía aspirar, a ganar en la lotería de los penales. Sin duda esos cobros son una lotería, nadie me convencerá de lo contrario; pero en este caso, igual de convencido, afirmo que esos cobros fueron justos y nos dieron un campeonato que nadie más merecía.
Millonarios es un equipazo, dirigido por el mejor técnico del rentado nacional, que consolida un proceso serio que se ve premiado en cada juego con un lleno total gracias a tener la mejor hinchada del país.
Este proceso del equipo azul ha generado la mayor cantidad de jugadores exportados e ingresos millonarios como nunca en Colombia. No tiene precedentes que, en muy poco tiempo, nombres como los de Oscar Cortés, Daniel Ruiz, Emerson Rivaldo Rodríguez hayan sido vendidos al exterior asegurando enormes ingresos. Beckham Castro ahora deslumbra junto con Llinás, Vargas, Macalister, Cataño, Leonardo Castro, entre otros. Esto va bien, se deben mantener la nómina y a Gamero y reforzar algunas posiciones. Que tiemble el fútbol nacional porque Millonarios seguirá dando de qué hablar, ganando títulos jugando y no comprando. Soy hincha de toda la vida y socio del equipo desde hace varios años.
Entre tanto, acompañamos las celebraciones del Día Internacional del Orgullo Gay. Todos somos iguales, merecemos respeto y debemos poder ser lo que queremos ser. ¡Saludos desde una calurosa Madrid!