El compositor de música vallenata Julio César Daza, anotaba acertadamente en una de sus décimas muy diciente para el momento que vivimos, un buen mensaje para meditar:

Sino empezamos ahora
A la tierra proteger,
No tendremos que comer
Eso es lo que se avizora.

Depredando fauna y flora
El planeta se resiente,
Se requiere que la gente
Cambie pronto de actitud
Y enseñe a la juventud
Protegiendo el medio ambiente.

Al continuar este artículo, anotamos que el ser humano debe producir conservando y conservar produciendo, ya que no podemos seguir viviendo ante este desequilibrio ecológico.

La situación que nos azota nos debe permitir cambiar, y es que para tales efectos tenemos que tener participación todos; es decir, mayor intervención de las autoridades locales, las comunidades indígenas, afrodescendientes, campesinas y barriales y otros estamentos de la sociedad civil en lo que teóricamente se le llama planificación, diseño, evaluación y seguimiento de las políticas ambientales.

Ya existen leyes desde hace bastante tiempo que nos permiten esta intervención, por ejemplo: las leyes sobre descentralización y autonomía municipal sin duda, fortalecen el papel protagónico, que deben jugar los municipios. Estas jurisdicciones debemos considerarlas como el único ámbito desde donde pueden generarse y proyectarse verdaderas opciones de desarrollo sostenible, toda vez que son escenarios propicios para el encuentro del Estado con la sociedad civil en una fusión de interés en la que todos los protagonistas salimos beneficiados.

Por tal razón es apropiado facilitar el rol a los municipios y a las comunidades locales en los procesos de planificación, diseño, evaluación y seguimiento de los planes, programas y proyectos que puedan o estén generando impactos ambientales significativos. Se deben superar por lo tanto la participación fría de las audiencias públicas.

Tenemos que significar que la construcción de la sostenibilidad debe ir pareja al crecimiento de la sociedad; debemos impulsar los consejos verdes regionales elegidos y conformados por los sectores comunitarios, los líderes y organizaciones ambientalistas, el sector productivo, el sector académico y el sector institucional como espacios de participación ciudadana en la gestión ambiental.

Cabe manifestar aquí como ejemplo singular, que el sector agrario a nivel municipal puede jugar un papel importante en la construcción ambiental en la medida que estas instituciones locales son portadoras de un amplio y preciso conocimiento de la problemática ambiental local y se encuentran cada vez más incrustadas en las comunidades rurales y sus vivencias cotidianas.

Este es un buen momento para empezar ya, comprometamos a los municipios en lo ambiental tenemos que entrar a convencer a los municipios que ellos en su área son autoridad ambiental solo que no tienen capacidad sancionatoria.

Los municipios y muchos departamentos están convencidos o se hacen los de la vista gorda que todo lo que concierne a lo ambiental le corresponde a las corporaciones autónomas o de desarrollo sostenible y que son las que deben actuar; pues no. Los municipios también tienen funciones ambientales estatuidas en ciertas leyes colombianas, entre otras la Ley 99/93, Ley 388/97, Decreto 233/16, Decreto 233/12, Ley 1333/09.