Ignorar la normatividad que existe sobre la equidad de género y ser convicto de prácticas misóginas, no debería ser el perfil del mandatario de todos los colombianos
El promedio de los colombianos vota por ímpetus emocionales; muchos empleados lo hacen por constreñimiento, otros vendiendo el voto y en las regiones rurales aún es válida la amenaza de muerte; aquí las razones para votar no se construyen escuchando los debates, ni analizando las propuestas de gobierno; el llenado de plazas públicas tampoco es un indicador que nos permita decidir.
La dignidad, el pasado, la coherencia, el perfil y la conveniencia del candidato no son determinantes. La gente, en cambio, puede votar por el tren de la victoria, por apariencias insustanciales, por circunstancias ajenas a la situación del país. Es como comprar un libro solo porque nos gusta la portada sin importar su contenido. Es el caso de ‘Fico’ y RH que son como dos conjuntos vacíos, cuyas aspiraciones carecen de una lógica racional para convertirse en un capricho personal.
‘Fico’ no pasó la prueba y en su reemplazo se coló Rodolfo Hernández, un candidato que desconoce la más elemental dinámica de la institucionalidad del país. Ignorar que en el país exista una organización policial que casi todos los días está en la calle como el ESMAD, desconocer los principios y objetivos del tratado de Escazú, fundamental para la preservación del páramo de Santurbán, es ignorancia crasa para un candidato; por eso, los santandereanos están frente a una disyuntiva de vida o muerte: o RH o el páramo de Santurbán.
Ignorar la normatividad que existe sobre la equidad de género y ser convicto de prácticas misóginas, no debería ser el perfil del mandatario de todos los colombianos. Sería aterrador tener un presidente que ignore a las mujeres y las quiera confinar en la casa, haciendo comida. Su propia exesposa ha confesado que siempre la ignoró sobre los emprendimientos que ella ha hecho. Este comportamiento no es de cristianos, más bien de ayatolas, fundamentado en los viejos postulados del Antiguo Testamento: “Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en ellas.”
1 Corintios, 14: 34-35. Por otro lado, si alguien tiene como referente a Adolfo Hitler, y curiosamente tiene agradecimientos con Álvaro Uribe (no dice por qué), su ventana oculta, la de Johari, la de sus posibles acciones y pretensiones como mandatario, queda al descubierto.
Además, su propuesta central de gobierno es insustancial: luchar contra la corrupción como si esta fuera una causa, siendo una consecuencia, no es la secuencia adecuada; esto no puede ser un programa de gobierno; eso dejémoselos a los alcalditos de los colegios. La corrupción se mueve transversalmente en la administración pública promovida desde las altas instancias del Estado y lo que se debe hacer es atacar sus causas. Pero, ¿podrá hacerlo quien tenga varios procesos en contra por estas acciones? ¿Habrá ética para tanto arrojo? ¿Quién garantiza que la senilidad le quite ecuanimidad? Por otro lado, el temperamento de R.H. no garantiza la gobernabilidad; muchos son los videos que muestran su irritabilidad y agresividad verbal y de hechos. Ya me imagino a R.H. increpando a un general como Zapateiro. Ese día hay cortocircuito. En un video que vi de Salud Hernández, ultraderechista reconocida, lo descalifica y le dice que ya debería renunciar a su candidatura; dice Salud que en una reunión acalorada de gabinete, algún ministro podría ser lanzado por una ventana. ¡Qué horror! Petro presidente.
Ignorar la normatividad que existe sobre la equidad de género y ser convicto de prácticas misóginas, no debería ser el perfil del mandatario de todos los colombianos
El promedio de los colombianos vota por ímpetus emocionales; muchos empleados lo hacen por constreñimiento, otros vendiendo el voto y en las regiones rurales aún es válida la amenaza de muerte; aquí las razones para votar no se construyen escuchando los debates, ni analizando las propuestas de gobierno; el llenado de plazas públicas tampoco es un indicador que nos permita decidir.
La dignidad, el pasado, la coherencia, el perfil y la conveniencia del candidato no son determinantes. La gente, en cambio, puede votar por el tren de la victoria, por apariencias insustanciales, por circunstancias ajenas a la situación del país. Es como comprar un libro solo porque nos gusta la portada sin importar su contenido. Es el caso de ‘Fico’ y RH que son como dos conjuntos vacíos, cuyas aspiraciones carecen de una lógica racional para convertirse en un capricho personal.
‘Fico’ no pasó la prueba y en su reemplazo se coló Rodolfo Hernández, un candidato que desconoce la más elemental dinámica de la institucionalidad del país. Ignorar que en el país exista una organización policial que casi todos los días está en la calle como el ESMAD, desconocer los principios y objetivos del tratado de Escazú, fundamental para la preservación del páramo de Santurbán, es ignorancia crasa para un candidato; por eso, los santandereanos están frente a una disyuntiva de vida o muerte: o RH o el páramo de Santurbán.
Ignorar la normatividad que existe sobre la equidad de género y ser convicto de prácticas misóginas, no debería ser el perfil del mandatario de todos los colombianos. Sería aterrador tener un presidente que ignore a las mujeres y las quiera confinar en la casa, haciendo comida. Su propia exesposa ha confesado que siempre la ignoró sobre los emprendimientos que ella ha hecho. Este comportamiento no es de cristianos, más bien de ayatolas, fundamentado en los viejos postulados del Antiguo Testamento: “Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en ellas.”
1 Corintios, 14: 34-35. Por otro lado, si alguien tiene como referente a Adolfo Hitler, y curiosamente tiene agradecimientos con Álvaro Uribe (no dice por qué), su ventana oculta, la de Johari, la de sus posibles acciones y pretensiones como mandatario, queda al descubierto.
Además, su propuesta central de gobierno es insustancial: luchar contra la corrupción como si esta fuera una causa, siendo una consecuencia, no es la secuencia adecuada; esto no puede ser un programa de gobierno; eso dejémoselos a los alcalditos de los colegios. La corrupción se mueve transversalmente en la administración pública promovida desde las altas instancias del Estado y lo que se debe hacer es atacar sus causas. Pero, ¿podrá hacerlo quien tenga varios procesos en contra por estas acciones? ¿Habrá ética para tanto arrojo? ¿Quién garantiza que la senilidad le quite ecuanimidad? Por otro lado, el temperamento de R.H. no garantiza la gobernabilidad; muchos son los videos que muestran su irritabilidad y agresividad verbal y de hechos. Ya me imagino a R.H. increpando a un general como Zapateiro. Ese día hay cortocircuito. En un video que vi de Salud Hernández, ultraderechista reconocida, lo descalifica y le dice que ya debería renunciar a su candidatura; dice Salud que en una reunión acalorada de gabinete, algún ministro podría ser lanzado por una ventana. ¡Qué horror! Petro presidente.