Un hombre esencialmente serio, decente, directo y agudo observador como Dickson Quiroz viene convocando para el próximo 27/SEP/18 a Diálogos de Ciudad y el tema principal es el presente y futuro del Festival de la Leyenda Vallenata. He aquí un discernimiento: La música vallenata es una manifestación inmaterial con arreglo a lo señalado por la […]
Un hombre esencialmente serio, decente, directo y agudo observador como Dickson Quiroz viene convocando para el próximo 27/SEP/18 a Diálogos de Ciudad y el tema principal es el presente y futuro del Festival de la Leyenda Vallenata. He aquí un discernimiento:
La música vallenata es una manifestación inmaterial con arreglo a lo señalado por la Ley 1185 de 2008, art. 1º, querido lector. El Festival de la Leyenda Vallenata (léase bien) no solo es patrimonio cultural de la nación conforme lo establece la Ley 739 de 2002 en forma univoca, sino que el Festival de la Leyenda Vallenata es un bien público que pertenece al patrimonio público. En la misma sentencia en la que el Consejo de Estado ordenó a favor del municipio de Valledupar la propiedad de las 23 hectáreas que éste le transfirió a la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, a través del “convenio de aporte” del 18 de mayo de 2000, elevado a escritura pública 1134 del 15 de agosto de 2000, se devela:
“Frente al tema, la Sala debe precisar que, si bien el Festival de la Leyenda Vallenata fue declarado patrimonio cultural de la Nación y, por tanto, según lo ha entendido la jurisprudencia de esta Corporación, al igual que los bienes materiales, como el predio “la Esperanza”, hace parte del patrimonio público, lo cierto es que se trata de dos bienes por completo diferentes y, por ello, aun cuando uno y otro están relacionados, no pueden identificarse o mirarse como si se tratara de un solo bien y tampoco puede entenderse que el aparente beneficio de uno se pueda dar en sacrificio del otro, sin que se afecte el patrimonio público”. Y se remata: “el Festival de la Leyenda Vallenata, pues, se insiste, aunque éste forma parte del patrimonio cultural de la Nación, corresponde a un bien público diferente” (Sección 3ª, Subsección A, 5/JUL/18 CP Dr. Carlos Alberto Zambrano Barrera).
Así las cosas, se viene sibilinamente sugiriendo que la operadora actual del Festival, la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata (FFLV) registró la marca ante la Superentendía de Industria y Comercio y lo hizo bajo lo que se conoce como marca nominativa, aun siendo cierto, eso deviene ilegal como se vio arriba y por una potísima e inexpugnable razón: el Festival de la Leyenda Vallenata, se recalca, es un bien público que se integra al patrimonio público y además declarado (se itera) patrimonio cultural de la nación. En palabras elementales, el Festival es de Colombia.
Sea cual fuere la historia ontológica -anecdótica y melodramática- de haber sido el departamento del Cesar quien empezó a organizar el Festival de la Leyenda Vallenata, no existe un acto administrativo que haya investido a la FFLV como operadora cultural del Festival, pero lo ha venido haciendo con comprobada idoneidad y éxito desde 1986.
La verdad monda y lironda es que el Parque de la Leyenda Vallenata, sus construcciones y mejoras, retornan al Municipio de Valledupar. Ese bien es distinto al otro bien público: el Festival de la Leyenda Vallenata. En resumen:
A la emblemática FFLV deben condensarse como asociados dos entes públicos: La Gobernación y el Municipio de Valledupar y, obvio con consenso recomponer su estructura organizacional. El inmueble será siempre del municipio y con él se hará el cuidadoso contrato que legalmente corresponda, distinto de volver trasferir su dominio, para hacer uso, goce y disfrute, total o parcial del espacio físico donde por siempre se ejecutará el festival. ¡No vuelvan jurídicamente a pifiarse! -saber pensar y saber hacer.
Por Hugo Mendoza
Un hombre esencialmente serio, decente, directo y agudo observador como Dickson Quiroz viene convocando para el próximo 27/SEP/18 a Diálogos de Ciudad y el tema principal es el presente y futuro del Festival de la Leyenda Vallenata. He aquí un discernimiento: La música vallenata es una manifestación inmaterial con arreglo a lo señalado por la […]
Un hombre esencialmente serio, decente, directo y agudo observador como Dickson Quiroz viene convocando para el próximo 27/SEP/18 a Diálogos de Ciudad y el tema principal es el presente y futuro del Festival de la Leyenda Vallenata. He aquí un discernimiento:
La música vallenata es una manifestación inmaterial con arreglo a lo señalado por la Ley 1185 de 2008, art. 1º, querido lector. El Festival de la Leyenda Vallenata (léase bien) no solo es patrimonio cultural de la nación conforme lo establece la Ley 739 de 2002 en forma univoca, sino que el Festival de la Leyenda Vallenata es un bien público que pertenece al patrimonio público. En la misma sentencia en la que el Consejo de Estado ordenó a favor del municipio de Valledupar la propiedad de las 23 hectáreas que éste le transfirió a la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, a través del “convenio de aporte” del 18 de mayo de 2000, elevado a escritura pública 1134 del 15 de agosto de 2000, se devela:
“Frente al tema, la Sala debe precisar que, si bien el Festival de la Leyenda Vallenata fue declarado patrimonio cultural de la Nación y, por tanto, según lo ha entendido la jurisprudencia de esta Corporación, al igual que los bienes materiales, como el predio “la Esperanza”, hace parte del patrimonio público, lo cierto es que se trata de dos bienes por completo diferentes y, por ello, aun cuando uno y otro están relacionados, no pueden identificarse o mirarse como si se tratara de un solo bien y tampoco puede entenderse que el aparente beneficio de uno se pueda dar en sacrificio del otro, sin que se afecte el patrimonio público”. Y se remata: “el Festival de la Leyenda Vallenata, pues, se insiste, aunque éste forma parte del patrimonio cultural de la Nación, corresponde a un bien público diferente” (Sección 3ª, Subsección A, 5/JUL/18 CP Dr. Carlos Alberto Zambrano Barrera).
Así las cosas, se viene sibilinamente sugiriendo que la operadora actual del Festival, la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata (FFLV) registró la marca ante la Superentendía de Industria y Comercio y lo hizo bajo lo que se conoce como marca nominativa, aun siendo cierto, eso deviene ilegal como se vio arriba y por una potísima e inexpugnable razón: el Festival de la Leyenda Vallenata, se recalca, es un bien público que se integra al patrimonio público y además declarado (se itera) patrimonio cultural de la nación. En palabras elementales, el Festival es de Colombia.
Sea cual fuere la historia ontológica -anecdótica y melodramática- de haber sido el departamento del Cesar quien empezó a organizar el Festival de la Leyenda Vallenata, no existe un acto administrativo que haya investido a la FFLV como operadora cultural del Festival, pero lo ha venido haciendo con comprobada idoneidad y éxito desde 1986.
La verdad monda y lironda es que el Parque de la Leyenda Vallenata, sus construcciones y mejoras, retornan al Municipio de Valledupar. Ese bien es distinto al otro bien público: el Festival de la Leyenda Vallenata. En resumen:
A la emblemática FFLV deben condensarse como asociados dos entes públicos: La Gobernación y el Municipio de Valledupar y, obvio con consenso recomponer su estructura organizacional. El inmueble será siempre del municipio y con él se hará el cuidadoso contrato que legalmente corresponda, distinto de volver trasferir su dominio, para hacer uso, goce y disfrute, total o parcial del espacio físico donde por siempre se ejecutará el festival. ¡No vuelvan jurídicamente a pifiarse! -saber pensar y saber hacer.
Por Hugo Mendoza