Esos casos tienen todas las características del falso positivo, pero de las Farc: armar un operativo, tomar a un inocente como objetivo y asesinarlo o desaparecerlo
Ahora que se volvió, no sin razones, el tema central de la JEP lo de los falsos positivos de la Fuerza Pública, en los escasos diálogos que he tenido con funcionarios de la JEP, les he dicho que también consideren el análisis de los falsos positivos de las Farc, porque debemos censurar con la misma fuerza ambas actuaciones, aunque creo que tienen razón los que dicen que con mayor vehemencia lo realizado por miembros de la Fuerza Pública.
Lo digo por casos puntuales como los ocurridos en La Junta, Guajira, la tierra de ‘El Cacique’ Diomedes Diaz, donde las Farc reportaron, por ahora recuerdo cuatro hechos que encajan perfectamente como falsos positivos.
Lo ocurrido con uno de los personajes de La Junta y del folclor vallenato, el gran ‘Piyayo’, es uno. Las Farc lo asesinaron a eso de las 7 a.m. en un punto estratégico del pueblo, por donde hoy queda el Parque de El Cacique y para que todo el mundo observara.
Lo asesinaron con la excusa de que era un peligroso paramilitar, cuando ‘Piyayo’ con sus chistes y su guacharaca solo divertía a la gente.
Casi en el mismo sitio, en un diciembre, las Farc asesinaron al primo ‘Chemi’ Daza Gutiérrez un hombre trabajador que ni opinaba de política, dedicado a su familia, quien hasta hoy no ha tenido un solo señalamiento de mal comportamiento.
Lo ocurrido con dos hermanos indígenas de apellido Chamusera, criados por las familias Sierra Gutiérrez e Hinojosa Sierra, también dejó a las Farc al descubierto como perpetradores de asesinato de inocentes, en un operativo falso en el que llegaron a eso de las diez de la noche a sus respectivas casas, los sacaron, los desaparecieron en ese supuesto operativo exitoso contra una banda paramilitar y nunca entregaron sus cuerpos.
Solo las familias que los habían adoptado desde niños, de vez en cuando preguntaban por ellos, pero las Farc se negaron a informar qué hicieron con sus cuerpos.
Esos casos tienen todas las características del falso positivo, pero de las Farc: armar un operativo, tomar a un inocente como objetivo y asesinarlo o desaparecerlo, a sabiendas de que no tenían la más mínima posibilidad de defenderse, la JEP debía relacionar esos casos por esa cuerda, porque es distinto el proceder a las otras formas de asesinar que utilizaron las Farc. Este tema tampoco se menciona en la Comisión de la Verdad
Esos casos tienen todas las características del falso positivo, pero de las Farc: armar un operativo, tomar a un inocente como objetivo y asesinarlo o desaparecerlo
Ahora que se volvió, no sin razones, el tema central de la JEP lo de los falsos positivos de la Fuerza Pública, en los escasos diálogos que he tenido con funcionarios de la JEP, les he dicho que también consideren el análisis de los falsos positivos de las Farc, porque debemos censurar con la misma fuerza ambas actuaciones, aunque creo que tienen razón los que dicen que con mayor vehemencia lo realizado por miembros de la Fuerza Pública.
Lo digo por casos puntuales como los ocurridos en La Junta, Guajira, la tierra de ‘El Cacique’ Diomedes Diaz, donde las Farc reportaron, por ahora recuerdo cuatro hechos que encajan perfectamente como falsos positivos.
Lo ocurrido con uno de los personajes de La Junta y del folclor vallenato, el gran ‘Piyayo’, es uno. Las Farc lo asesinaron a eso de las 7 a.m. en un punto estratégico del pueblo, por donde hoy queda el Parque de El Cacique y para que todo el mundo observara.
Lo asesinaron con la excusa de que era un peligroso paramilitar, cuando ‘Piyayo’ con sus chistes y su guacharaca solo divertía a la gente.
Casi en el mismo sitio, en un diciembre, las Farc asesinaron al primo ‘Chemi’ Daza Gutiérrez un hombre trabajador que ni opinaba de política, dedicado a su familia, quien hasta hoy no ha tenido un solo señalamiento de mal comportamiento.
Lo ocurrido con dos hermanos indígenas de apellido Chamusera, criados por las familias Sierra Gutiérrez e Hinojosa Sierra, también dejó a las Farc al descubierto como perpetradores de asesinato de inocentes, en un operativo falso en el que llegaron a eso de las diez de la noche a sus respectivas casas, los sacaron, los desaparecieron en ese supuesto operativo exitoso contra una banda paramilitar y nunca entregaron sus cuerpos.
Solo las familias que los habían adoptado desde niños, de vez en cuando preguntaban por ellos, pero las Farc se negaron a informar qué hicieron con sus cuerpos.
Esos casos tienen todas las características del falso positivo, pero de las Farc: armar un operativo, tomar a un inocente como objetivo y asesinarlo o desaparecerlo, a sabiendas de que no tenían la más mínima posibilidad de defenderse, la JEP debía relacionar esos casos por esa cuerda, porque es distinto el proceder a las otras formas de asesinar que utilizaron las Farc. Este tema tampoco se menciona en la Comisión de la Verdad