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Columnista - 21 febrero, 2014

Esperamos mucho más de nuestros congresistas

Por: Nurys Pardo Conrado Los ciudadanos colombianos tenemos la oportunidad una vez más de elegir un nuevo congreso. De este organismo legislativo esperamos mucho más, por que el desempeño de los anteriores no ha sido el mejor, hasta el punto de ver a muchos de sus integrantes cuestionados por las actitudes que han asumido frente […]

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Por: Nurys Pardo Conrado

Los ciudadanos colombianos tenemos la oportunidad una vez más de elegir un nuevo congreso. De este organismo legislativo esperamos mucho más, por que el desempeño de los anteriores no ha sido el mejor, hasta el punto de ver a muchos de sus integrantes cuestionados por las actitudes que han asumido frente a la responsabilidad que le compete, entre ellas, la de mantener una postura ética y moral acorde con la dignidad que representan. El 9 de marzo no es día de fiesta es todo lo contrario, es la fecha en que Colombia se juega su destino histórico, el futuro a recorrer, porque con todas las vicisitudes y fracasos hasta hoy ocurrido, no es posible que repitamos la tragedia que hemos vivido y la cual no es inocultable ni ignorada por el conglomerado en general.

En cada voto está incluida una esperanza, un optimismo, una paz, un nuevo modelo de país y algo más, la subsistencia de una nación patriótica integrada por hombres dignos, quizás traicionados por pocos pero que nos ha cobijado a todos, manchándonos para siempre la vida que dignamente hemos querido llevar.

Llego el momento, la hora trágica o benigna de su voto mostrando las ansias de cambio, esas que siempre hemos reclamado y que nunca hemos tenido a la vista por que en realidad no se ha materializado. El Cesar es testigo de esto, su dirigencia ha fallado integralmente, nadie se salva, porque los que no han cometido delito han traicionado a su pueblo y han sido ingrato con sus electores, dándole la espalda como si nuevamente no se volvieran a encontrar con ellos para renovar sus credenciales y pedirle lo que una vez le dieron y que no es nada más que el voto que hoy le niegan.

Esos torrentes de dinero que están detrás de cada campaña, no los motiva el querer o el exigir del pueblo, aflora este mecanismo buscando que bajo el amparo de lo monetario resulte un apoyo, por que quien no paga lo que se le fía tiene que comprar la mercancía pero en efectivo, tal como sucede en el comercio de bienes y servicios. Es doloroso decirlo pero es el deber también hacerlo conocer de todos, que la dirigencia cesarence que creó el departamento se distinguió por sus virtudes, por ese laborioso trabajo que hicieron a favor de la comunidad, hombres que murieron con gloria y que nos hicieron derramar lagrimas imposible de detener, solamente basta ver sus obras, las que conllevaron al progreso que hoy tenemos.

Ahora es todo lo contrario, se ha cambiado vicios por virtudes, de nada vale ser correcto porque parece que eso no da resultado, la tramposería paso a ser el nuevo modelo reemplazando el honor y el buen criterio; estas cualidades deben ser nuevamente revividas, para que sean los mejores quienes dirijan a este sector de la patria, porque un estado en manos de irresponsables es una sociedad fracasada.

El día de las elecciones vote bajo el criterio de la bondad y del servicio, no lo haga por agradecimiento, ya que por hacer un favor terminara haciéndose un mal usted y también a los demás. Hágalo por sus hijos, por usted y por Colombia.

[email protected]

Columnista
21 febrero, 2014

Esperamos mucho más de nuestros congresistas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Nurys Pardo Conrado

Por: Nurys Pardo Conrado Los ciudadanos colombianos tenemos la oportunidad una vez más de elegir un nuevo congreso. De este organismo legislativo esperamos mucho más, por que el desempeño de los anteriores no ha sido el mejor, hasta el punto de ver a muchos de sus integrantes cuestionados por las actitudes que han asumido frente […]


Por: Nurys Pardo Conrado

Los ciudadanos colombianos tenemos la oportunidad una vez más de elegir un nuevo congreso. De este organismo legislativo esperamos mucho más, por que el desempeño de los anteriores no ha sido el mejor, hasta el punto de ver a muchos de sus integrantes cuestionados por las actitudes que han asumido frente a la responsabilidad que le compete, entre ellas, la de mantener una postura ética y moral acorde con la dignidad que representan. El 9 de marzo no es día de fiesta es todo lo contrario, es la fecha en que Colombia se juega su destino histórico, el futuro a recorrer, porque con todas las vicisitudes y fracasos hasta hoy ocurrido, no es posible que repitamos la tragedia que hemos vivido y la cual no es inocultable ni ignorada por el conglomerado en general.

En cada voto está incluida una esperanza, un optimismo, una paz, un nuevo modelo de país y algo más, la subsistencia de una nación patriótica integrada por hombres dignos, quizás traicionados por pocos pero que nos ha cobijado a todos, manchándonos para siempre la vida que dignamente hemos querido llevar.

Llego el momento, la hora trágica o benigna de su voto mostrando las ansias de cambio, esas que siempre hemos reclamado y que nunca hemos tenido a la vista por que en realidad no se ha materializado. El Cesar es testigo de esto, su dirigencia ha fallado integralmente, nadie se salva, porque los que no han cometido delito han traicionado a su pueblo y han sido ingrato con sus electores, dándole la espalda como si nuevamente no se volvieran a encontrar con ellos para renovar sus credenciales y pedirle lo que una vez le dieron y que no es nada más que el voto que hoy le niegan.

Esos torrentes de dinero que están detrás de cada campaña, no los motiva el querer o el exigir del pueblo, aflora este mecanismo buscando que bajo el amparo de lo monetario resulte un apoyo, por que quien no paga lo que se le fía tiene que comprar la mercancía pero en efectivo, tal como sucede en el comercio de bienes y servicios. Es doloroso decirlo pero es el deber también hacerlo conocer de todos, que la dirigencia cesarence que creó el departamento se distinguió por sus virtudes, por ese laborioso trabajo que hicieron a favor de la comunidad, hombres que murieron con gloria y que nos hicieron derramar lagrimas imposible de detener, solamente basta ver sus obras, las que conllevaron al progreso que hoy tenemos.

Ahora es todo lo contrario, se ha cambiado vicios por virtudes, de nada vale ser correcto porque parece que eso no da resultado, la tramposería paso a ser el nuevo modelo reemplazando el honor y el buen criterio; estas cualidades deben ser nuevamente revividas, para que sean los mejores quienes dirijan a este sector de la patria, porque un estado en manos de irresponsables es una sociedad fracasada.

El día de las elecciones vote bajo el criterio de la bondad y del servicio, no lo haga por agradecimiento, ya que por hacer un favor terminara haciéndose un mal usted y también a los demás. Hágalo por sus hijos, por usted y por Colombia.

[email protected]